Kina vota por el No
Ricardo de la Cruz denunció a la campeona mundial de box, Kina Malpartida, por haberle chocado su vehículo y por intentar darse a la fuga.
El tráfico de la Carretera Central posibilitó que el conductor alcanzara a la deportista y le cerrará el camino para encararla. Sin embargo, Malpartida logró esquivarlo.
Según América Noticias, fue necesaria la presencia de la Policía y varios serenos de Ate para que la boxeadora detuviera su carro y asuma su responsabilidad.
Esta es la segunda vez que a la ‘Dinamita’ se le ve manejando un auto, a pesar de que tiene el brevete suspendido por un año luego de que manejara ebria en junio de 2012.
El no del No
Por Fernando Vivas Sabroso- Diario El Comercio
Mientras el No se rompe cabeza y bolsillos para persuadir a la gente de aguantar a Susana; el Sí cabalga sin esfuerzo y a costo módico sobre las ganas populares de botarla ya sin importar qué pase después. Un amigo revocador prefiere otro verbo: “surfeamos sobre la ola”, me dice. Claro, Marco Tulio y Alan son tablistas sin dejar la orilla, mientras Susana nada contra la corriente.
Mientras el No ya rompió fuegos de campaña grande y millonaria con paneles subliminales que asocian la negación a otros conceptos atacables (no al abuso contra la mujer, no a la corrupción, etc.); el Sí distribuye pequeños carteles que dicen algo tan directo como “sí a la revocatoria” para que la gente los pegue en sus casas y negocios. Fíjense en la desproporción: el No invierte fuertes sumas en una campaña sofisticada, mientras el Sí hace sus chuscos cartelitos con participación vecinal y los exhibe sin costo alguno en los bolsones electorales donde se decidirá todo.
El No tiene que convertirse en un movimiento popular, cosa que de algún modo ya es el Sí. Para eso tiene que cambiar el chip de su campaña. Su reto no es programático sino pragmático, porque tiene que persuadir a la antipolítica con razones meramente prácticas, sin perder el tiempo en pisar los palitos que le tire el Apra, ni en discursear ideológicamente sobre temas ajenos a su gestión, ni en acusar genéricamente de corrupción a los revocadores. Villarán tiene que revertir el perfil de política tradicional con “sonrisa rictus” y razones íntimas escudadas detrás de conceptos (“no pierdo yo, pierde Lima”) con la frescura que tuvo de candidata y decir algo así como “déjenme terminar que lo voy a hacer mejor que hasta ahora”. Algunos le sugieren que pida una “segunda oportunidad”, o diga “me equivoqué”. En fin, ella escogerá la frase, pero que le salga del alma, que sea práctica y franca. ¿Pero cómo hacerlo sin que los ciudadanos reaccionen molestos y se resistan a la presión del derroche publicitario, sin que se sientan discriminados ante el protagonismo de los voceros del “establishment”, sin que teman apoyar reformas que podrían alterar drásticamente sus costumbres informales?
Un amigo del Sí me decía a modo de crítica a los paneles del No: “¿Y dónde está la gente?”. He ahí una clave de lo que falta a la campaña de Villarán: la sensación de que son una ola opuesta al Sí que crecerá hasta ganarla. Si Susana habla de emprendedores que han enganchado con su gestión, entonces, lo lógico sería que, en esta campaña que no es de candidatos opuestos sino de posturas opuestas en torno a ella, se vea a sus simpatizantes produciendo los pins, polos, comestibles, banderines de temas limeños, canciones y clips que apoyen el No, más que la fría maquinaria dirigida por el estratega Luis Favre, quien se ha convertido en un protagonista aparte.
Los no del No: no más derroche de publicidad sin gente (¡y, ojo, que aún no salen los “spots”!), no más bronca política, no más circunloquios, no más nadar contra la corriente.
Amigos del No me han contado que en sus “focus groups” han detectado los grupos y resistencias más fuertes contra Susana (jóvenes en general y mujeres que recelan que esta las haya dejado mal ante los hombres) de modo que saben más de lo que su campaña parece sugerir. Y apristas del Sí me comentan que sus “focus” no les aseguran nada sobre quién podría suceder a Villarán. En resumen, nadie sabe hasta dónde nos llevará la ola.
Campaña VIP
Editorial del Diario El Comercio
Las explicaciones de la alcaldesa de Lima con respecto al origen de los fondos con los que está sustentando su cada vez más costosa campaña siguen siendo desconcertantes. Su respuesta, ahora que ha contratado veinte torres unipolares con sus respectivos paneles, se puede resumir en dos partes. La primera: hay personas de buena voluntad (como “un coordinador de Somos Perú”) que se le acercan a regalarle estas cosas. La segunda: en realidad, la que sabe es Anel. Ninguna de las dos es satisfactoria, teniendo en cuenta que ya en enero la señora Townsend ofreció que “en el más breve plazo” haría pública la lista de donantes de su campaña y que hasta hoy se sigue a la espera de esta información (que ahora ha sido prometida para el 18 de marzo). Algo que solo se vuelve más desconcertante cuando se recuerda que antes de hacer esta oferta incumplida la señora Townsend no supo justificar bien de dónde había salido el dinero que posibilitó asegurar la contratación de su lujoso publicista (solo hizo una vaga alusión al ex ministro Salomón Lerner, quien luego se negó a dar explicaciones al respecto).Y más todavía, cuando se considera que la cifra que después dio la señora Townsend para esta contratación no parece muy verosímil como precio de mercado para los servicios de una empresa publicitaria internacional tan importante como la del señor Favre. Puede, desde luego, que la empresa brasileña haya decidido darle un muy buen descuento a la causa de la señora Villarán pero, si ese es el caso, interesa saber por qué. Hay que recordar, después de todo, que esta empresa está ligada a varios otros negocios de su misma nacionalidad que a la fecha tienen grandes contratos con la Municipalidad de Lima y son, sin duda, aspirantes a tener muchos más.
Esta falta de claridad, por otra parte, puede dañar la causa de la señora Villarán más que cualquier otra cosa. Al fin y al cabo, de las cabezas de la revocación nadie parece esperar transparencia: entre otras cosas, este Diario ha publicado la transcripción de un audio del que se traslucía que un congresista del partido del ex alcalde limeño (y eventual aspirante a reemplazar a Villarán) era financista de la campaña por la revocación. El activo principal de la alcaldesa, en cambio, es su imagen de honestidad y juego limpio. Sería una dura paradoja que sea justamente su campaña publicitaria la que venga a acabar con él.
Las advertencias de Mariátegui
Por Juan Carlos Valdivia
“Otra vez repito que no soy un crítico imparcial ni objetivo. Mis juicios se nutren de mis ideales, de mis sentimientos, de mis pasiones”, decía José Carlos Mariátegui en su “Advertencia” a los 7 ensayos. Es una cita que podría suscribir su nieto, Aldo Mariátegui. Hace casi ocho años, Aldo se convirtió en director de Correo, e hizo del periodismo un testimonio diario de sus pasiones y de sus ideas, de esa forma que le hizo ganarse anónimas lealtades y públicas enemistades, un estilo que le venía -como lo demuestra la cita de su abuelo- en los genes.
Aldo venía de ejercer el periodismo en la sección Economía de El Comercio, donde ya dio muestras de un periodismo militante en la defensa de las libertades económicas y enemigo del mercantilismo y el estatismo. Esto le hizo ganarse a pulso el aprecio de unos y la repulsa de otros. La defensa de las ideas, en una sociedad de modales pulcros y tibieza en el carácter, siempre ha traído problemas.
Al asumir la dirección de Correo, descubrió un nuevo e incómodo reto: buscar establecer un balance con el pensamiento “políticamente correcto” que estaba vigente. Mariátegui se convenció de que para este debate no cabían las formas edulcoradas, solo las ideas claras y el verbo afilado, con el que embistió una y otra vez a quienes él consideró los representantes del pensamiento “caviar”.
Correo se convirtió así en el buque insignia de la defensa de la libertad económica y de la libertad de pensamiento. Aldo le puso su sello, y convirtió cada sección del diario en un espacio de combate.
“Ninguno de estos ensayos está acabado: no lo estarán mientras yo viva y piense y tenga algo que añadir a lo por mí escrito, vivido y pensado”, nos advertía Mariátegui, el abuelo, con respecto a sus 7 ensayos. Aldo, su nieto, podría decir lo mismo respecto de su último ensayo, al terminar su etapa como director de Correo. Sus miles de lectores y amigos de siempre sabemos que así será. Así sea.
Roque Benavides Ganoza
El gerente de Buenaventura, Roque Benavides, criticó que en la reunión sostenida por el primer ministro, Juan Jiménez Mayor, y el presidente regional de Cajamarca, Gregorio Santos, no se haya hablado del conflicto minero en la esa zona del país. Agregó que se deben “evitar los complejos”.
“El problema de Cajamarca es el minero, los recursos de Cajamarca vienen del sector minero. ¿Cómo es posible que no se haya hablado del sector minero como si fuera un apestado? Yo creo que debió hablarse de las posibilidades de desarrollo, de Conga, de cómo se va a mantener las operaciones de Yanacocha y otras mineras”, manifestó.
En el noticiero “Abre los ojos”, dijo que ha visto a Santos en dos oportunidades y que en ambos la autoridad regional lo desairó.
“La primera vez estaba esperando para ingresar al despacho del ministro de Energía y Minas, él salió y me paré para saludarlo, pero se pasó de largo. La otra ocurrió en Conga cuando fueron tres ministros, él le dio la mano a las autoridades y cuando estiré mi mano, se dio la media vuelta y se fue”, contó.
Benavides, socio de Newmont, sostuvo que “no es problema de los privados” que el Estado no sepa distribuir la riqueza.
“Que el sector minero genere recursos, pague sus impuestos, se los entregue al Estado y que no haya redistribución de la riqueza, ese no es problema de los privados. Creo que se pretende que nosotros hagamos más de la cuenta”, dijo el también sobrino nieto de Víctor Raúl Haya de La Torre, fundador del Partido Aprista.
“VILLARÁN ENTRÓ CON LA PATA EN ALTO”
De otro lado, Benavides señaló que el “gran error” de la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, “fue entrar con la pata en alto contra Lucho Castañeda”. “Conozco a Susana y le tengo aprecio y respeto, pero creo que haber criticado tanto a Castañeda hizo que hubiera una reacción en contra. Siembra vientos y cosecharás tormentas”, agregó.
El empresario opinó que no debería existir el sistema de revocación “si no existe para otros funcionarios públicos”.
“A mí me toca votar como ciudadano limeño y veré por cuál de las opciones voto. Tengo un gran aprecio por Castañeda, quien hizo una magnífica labor”, manifestó sin revelar su apoyo por el Sí o No a la revocación en Lima.
Fuente: Diarios El Comercio, La República, Correo y Perú21.
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