China encabeza BRICS

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BRICS
En economía internacional, se emplea la sigla BRICS para referirse conjuntamente a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica , que tienen en común una gran población (Rusia y Brasil por encima de los ciento cuarenta millones, China e India por encima de los mil cien millones), un enorme territorio (casi 38.5 millones km²), lo que les proporciona dimensiones estratégicas continentales y una gigantesca cantidad de recursos naturales, y lo más importante, las cifras que han presentado de crecimiento de su PIB y de participación en el comercio mundial han sido enormes en los últimos años, lo que los hace atractivos como destino de inversiones.
México y Corea del Sur son los únicos países comparables a los BRICS, pero sus economías se excluyeron debido a que ya son miembros de la OCDE.
La tesis BRICS
Goldman Sachs argumenta que el potencial económico del Brasil, de Rusia, de la India, y de China es tal que pueden convertirse en las cuatro economías dominantes hacia el año 2050. La tesis fue propuesta por Jim O’Neill, economista global en Goldman Sachs. Estos países se estima que tendrán más del 40% de la población mundial y tendrán un PIB combinado de 134.951 billones de dólares. En casi cada escala, serían las entidades más grandes en la escena global. Sin embargo, es importante observar que no es el intento de Goldman Sachs el de argumentar que estos cinco países forman una alianza política, tal como la Unión Europea, o cualquier asociación que negocia formalmente, como la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN). Sin embargo, han tomado medidas para aumentar su cooperación política, principalmente, pues una manera de influenciar los Estados Unidos coloca en acuerdos del comercio mayor, o, con la amenaza implícita de la cooperación política, como manera de extraer concesiones políticas de los países desarrollados, tales como la cooperación nuclear propuesta con la India y Brasil.
Soñando con BRICS: Rumbo al 2050
La tesis BRICS, defendida en el ensayo Dreaming with BRICs: The Path to 2050, reconoce que Brasil, Rusia, India y China han cambiado sus sistemas políticos para abrazar el capitalismo global. Goldman Sachs predice que China e India, respectivamente, serán los proveedores globales dominantes de tecnología y de servicios, mientras que el Brasil y Rusia llegarán a ser semejantemente dominantes como proveedores de materias primas, aunque los dos últimos ya empezaron a aumentar de manera estupenda sus parques industriales. Se presume así que el paso siguiente será la cooperación dentro del BRICS, puesto que Brasil y Rusia juntos constituyen los mayores surtidores de materiales y alimentos del mundo actual. Así, el BRICS tiene el potencial de formar un bloque económico de enorme alcance con un estatus mayor que del actual G8, G7 + Rusia. Brasil es dominante en biodiversidad, mineral de hierro, etanol y en alimentos, mientras que Rusia tiene una potente industria de armamentos, enormes fuentes de petróleo y gas natural. La tesis de Goldman Sachs documenta así cómo las materias primas, el trabajo, la tecnología, y las compañías se han difundido hacia fuera de Estados Unidos a través del mundo.
Después del final de la guerra fría, o aún antes, los gobiernos del BRICS llevaron a cabo reformas económicas o políticas encaminadas a permitir que sus países se incorporaran a la economía mundial. Para competir, estos países han fortalecido mucho la educación, la inversión extranjera directa, el consumo doméstico, la división de los ingresos y el espíritu de empresa doméstico. Según el estudio, India y Brasil tienen el potencial de crecimiento más rápido entre los cinco países de BRICS durante los próximos 30 ó 50 años. Una razón importante para esto es que la disminución de la población en edad de trabajar sucederá mucho después en India y Brasil que en Rusia y China.
El informe de la carta recordativa
El equipo de economía global de Goldman Sachs lanzó en una carta recordativa su estudio inicial de BRICS en 2004. Este nuevo informe lleva el análisis un paso adelante y lo enfoca en el impacto que el crecimiento de estas cuatro economías tendrá en los mercados globales. En este informe se estima que la participación de las economías de BRICS en el crecimiento económico mundial podría elevarse a partir de 20% en 2003 a más del 45% en 2025. También, su peso total en la economía mundial se elevaría a partir de aproximadamente 10% en 2004 a más de 30% en 2025. Además, entre 2005 y 2015, más de 950 millones de personas en estos países habrán cruzado el umbral del ingreso anual de $5.000. En 2025, se calcula que aproximadamente 600 millones de personas en estas economías tendrán ingresos anuales por encima de $25.000. Por lo tanto, la recolección enorme en demanda no estará restringida a las mercancías básicas sino a mercancías calificadas más caras también. Según el informe, primero China e India, y una década más tarde Brasil, sobrepasará a los EEUU como el mercado de automóviles más grande del mundo.
A pesar de que el balance del crecimiento muestra un corrimiento decisivo en favor de las economías del BRICS, la riqueza promedio de los individuos en las economías más avanzadas continuará por encima del promedio de las economías de BRICS. Goldman Sachs estima que para el 2025 el ingreso per cápita del G6 (G8) excederá de $35.000, mientras que cerca de 340 millones de personas en las economías del BRICS tendrán niveles de ingresos similares. El informe también destaca la gran ineficacia de la India en uso de la energía y menciona la dramática subrepresentación de estas economías en los mercados de capitales globales. Estas contradicciones resaltan las poblaciones enormes que existen dentro del BRICS, que hace relativamente fácil obtener una abundancia agregada que eclipse el G6 a pesar de que seguían habiendo niveles de ingreso per cápita por debajo de la media de los países industrializados de hoy. Este fenómeno afectará también mercados mundiales pues las corporaciones multinacionales procurarán aprovecharse de los potenciales enormes de los mercados en el BRICs produciendo, por ejemplo, automóviles más baratos y otras manufacturas al alcance de los consumidores dentro del BRICS en lugar de los modelos de lujo que generan la mayor parte de las ganancias a los fabricantes.
Después de la crisis del 2008
De acuerdo a la publicación de Goldman Sachs las economías BRICS y N-11, en conjunto, parecen estar surgiendo de la crisis de crédito global mejor que las principales economías.
En la actualidad alrededor de ocho años desde que se introdujo por primera vez el acrónimo BRICS, y seis años desde que se había estimado que mundo podría ser en 2050, como el resto del mundo, los BRICS se han enfrentado a una severa crisis en los últimos dos años. Aunque Rusia ha luchado a través de la crisis, vemos pocas razones por las que no debe seguir considerado como un BRICS, pero aun se cree que Rusia podría ser más grande que Japón. Los otros tres Brasil, China e India tienen cada uno esta manejado mejor la crisis.
Los N-11 o Siguiente Once son once países -Bangladesh, Egipto, Indonesia, Irán, México, Nigeria, Pakistán, Filipinas, Corea del Sur, Turquía y Vietnam- identificados por Goldman Sachs, porque tienen un alto potencial de convertirse, junto con los BRICS, en las mayores economías del mundo en el siglo 21.
Fuente: Wikipedia.
La Internacional neomarxista del Brasil
Por Francisco Tudela
En el mundo existen fuerzas poderosas que, desbordando a las naciones y actuando detrás de la línea del horizonte, no son visibles a primera vista. Las grandes agrupaciones ideológicas internacionales, la acción externa y discreta de las grandes potencias, los intereses movilizados por las expectativas de lucro del gran capital, entre otros vectores de poder global, actúan silenciosamente en sus respectivas esferas de influencia, como ahora ocurre con las elecciones peruanas.
Mary O ‘Grady, la conocida columnista del Wall Street Journal, publicó este 9 de mayo un artículo (“The Leftist Threat to Peru’s Prosperity”, WSJ, 09.05.2011) donde advierte a los peruanos sobre la injerencia del partido gobernante del Brasil, el Partido de los Trabajadores, en la campaña electoral de Ollanta Humala. Según esta periodista, el Brasil pretende organizar continentalmente al extremismo comunista, nacionalista, socialista, neomarxista, anarquista, antiglobalista, cocalero, etnicista y guerrillero, mediante una organización fundada por el PT en 1990 –y muy activa hoy en día-, llamada el “Foro de Sao Paulo”, una internacional que busca la resurrección del poder marxista en América Latina.
Si bien Mary O ‘Grady acierta en su análisis político, creemos que esta explicación ideológica resulta insuficiente si no comprendemos bien la geopolítica del Brasil actual y sus ambiciones regionales y globales.
A principios de 1995, como Embajador en misión especial en los EE.UU. y el Canadá, tuve el encargo de hacer una presentación a Henry Kissinger sobre la disputa demarcatoria con el Ecuador. En sus comentarios a ésta, Kissinger expresó dos conceptos fundamentales, aún válidos hoy en día: 1) que no tratáramos el asunto directamente con el Departamento de Estado de los Estados Unidos, pues eran proclives a imponer soluciones políticas, en lugar de considerar los tratados vigentes y los derechos que emanaban de ellos; y, 2) que debíamos buscar la intermediación del Brasil para tratar con los Estados Unidos, pues esa era la potencia regional sudamericana a la cual los EE.UU. escuchaban. Kissinger nos reveló así, sencilla y brillantemente, el importante rol histórico que cumplía el Brasil como intermediario sudamericano ante Washington.
Hoy, ese rol adquiere una mayor entidad. La dimensión geográfica del Brasil, su habitabilidad, su importancia económica y demográfica, así como la multiplicidad de sus fronteras, lo han convertido en el pivote de la historia sudamericana del siglo XXI. Resuelta su carencia de energía con el hallazgo de grandes reservas de petróleo en el mar adyacente, el Brasil puede ahora utilizar sus excedentes de capital para establecer vigorosamente su política de potencia dominante en Sudamérica, a través de la inversión continental en infraestructura, energía y servicios, especialmente en lo que concierne a su proyección hacia el Océano Pacífico.
Siendo gobernado el Brasil de hoy por los neomarxistas del Partido de los Trabajadores, ese rol geopolítico incluye ahora un objetivo ideológico: la expansión del “Socialismo del Siglo XXI” en toda América del Sur, para lo cual se vale del “Foro de Sao Paulo”. En efecto, mientras más estados contestatarios tenga el Brasil en su cartera, más poderosa será su capacidad tradicional de intermediación con los EEUU. Si, además, hay una afinidad ideológica entre el Brasil y sus clientes o socios, como es el caso de la Argentina, Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua, Paraguay, Uruguay y Venezuela, entonces la intermediación se convierte en una demostración de poder regional que da verosimilitud a su aspiración de sentarse algún día entre los grandes en el Consejo de Seguridad de la ONU.
La nueva herramienta geopolítica en el arsenal brasileño es la ideología neomarxista. Por primera vez en su historia, el Brasil tiene un discurso transnacional, capaz de vertebrar voluntades en nuestro continente, más allá de cualquier barrera lingüística o cultural. Pareciera que el Brasil ha encontrado una forma poderosa de “soft power”, de poder ideológico persuasivo, que le permite conseguir aliados políticos en la región y fuera de ella, como es el caso con Irán, reforzando así exponencialmente su rol hegemónico en América del Sur. Antes, esto no ocurría. Así, pues, en la acometida de la política sudamericana del Brasil, se unen hoy la ideología neomarxista y las viejas ambiciones regionales, dándole una nueva y peligrosa potencia a su proverbial proyección geopolítica.

Fuente: Diario Expreso.

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