Victor Raul Haya de la Torre de joven

Víctor Raúl Haya de la Torre, joven

HAYA DE LA TORRE EN SU ESPACIO Y EN SU TIEMPO (1990)

 De Pedro Planas y Hugo Vallenas

 

Lo esencial es invisible a los ojos (Antoine De Saint-Exupery)

Las reseñas de un libro suelen escribirse a poco de aparecidos o presentados; se trata de eso, de comentar una novedad bibliográfica y dar una opinión sobre ella, no exenta de críticas. Pero yo no leo así y aunque me gusta actualizarme, me gusta todavía más ponerme al día de producciones que no leí cuando aparecieron por una y mil razones, y no encuentro motivo para no comentarlas. Finalmente, los libros o se olvidan o cambian solos. Cada lector y cada tiempo lo convierte en algo distinto a lo que era o a lo que quisieron decirnos sus autores.

Haya de la Torre en su espacio y en su tiempo es un libro de los que permanecen porque representa un desafío multidimensional para todo el que lo lee, porque está lleno de ángulos y alcanza a atacar las bases del conocimiento previo del lector. Este libro se parece a su personaje principal, quien posee también diversas dimensiones y es imposible de encasillar, ni mucho menos de aprisionar tras los  barrotes de un dogma inequívoco. Por eso, el texto nos deja la sensación de que quizá el eje transversal de toda su trayectoria no sea otro más que su liderazgo moral y su apostolado político.

 Pedro Planas

Pedro Planas, joven valor de las letras, lamentablemente desparecido

A contracorriente, el trabajo de Planas y Vallenas intenta periodificar lo que parece imposible de periodificarse, pero no estableciendo hitos a base de acontecimientos cruciales o decisivos, como pudieron serlo la oposición a la consagración del Perú a los Sagrados Corazones de 1923, las revoluciones de 1932 y 1948, o los pactos políticos de 1956 y 1963. Más bien, las fases que propone esta investigación responde a la evolución de las ideas de Haya, las que, a su vez, se supeditan al desarrollo de una serie de acontecimientos inter-hemisféricos. El esfuerzo intelectual de los autores parece encontrar un lugar de llegada en el año 1931, el que coincide con la fecha en la que Haya realiza quizá su único y radicalísimo viraje doctrinal.

No exagero al señalar que Planas y Vallenas pueden llegar a ser más críticos de Haya que sus opositores más encarnizados. Lo interesante es que Planas y Vallenas son aún más críticos de las tesis de estos antagonistas de Haya que del propio Víctor Raúl, lo cual le otorga a la investigación un raro y fascinante equilibrio. Será por eso que el texto nos ofrece varias decantaciones del personaje que, luego de ser fustigado duramente por su lectura poco rigurosa de Hegel, se recompone apareciendo como un seguidor más bien ortodoxo de Lenin, etc.

De hecho, el texto intercambia los roles que tradicionalmente se les ha asignado a Haya y Mariátegui. Como hemos señalado, se nos presenta a Haya como intérprete fiel del líder de la revolución bolchevique al proponer la tesis del Estado Antimperialista en EAA de 1928, la que equivaldría al capitalismo de estado que para Lenin, es una fase previa al socialismo y que en la URSS se expresase a través de la NEP. Desde 1926, ya con José Stalin instalado en el poder, se inicia un proceso de homogenización, burocratización y centralización de la revolución que, en lugar de dar paso a la fase plenamente socialista, agudiza al extremo la fase del capitalismo de estado cuya más terrorífica expresión es el totalitarismo estalinista.

 Hugo Vallenas

Hugo Vallenas, principal estudioso del aprismo

En tal sentido, el distanciamiento entre Haya y la Komintern, tras el abierto disenso de aquel en el Congreso Antimperialista de Bruselas de 1927, es el resultado de la estalinización de la revolución: no es Haya el que cambia. Paso seguido, la polémica con Mariátegui es también el reflejo del alineamiento del “amauta” con las nuevas tesis de la Komintern: de nuevo no es Haya el que cambia.

Pero la estalinización de la revolución tuvo un impacto aún mayor en el pensamiento político de Haya pues este colige que ya no hay socialismo después del capitalismo de estado (NEP) y que por consiguiente su sosías peruano, el estado antimperialista de EAA, no es más la fase previa de ningún socialismo. Lenin había errado, o, en todo caso, Stalin “lo indujo al error”.

Estas circunstancias precipitan el gran viraje de Haya en 1931 cuando, con ocasión de realizarse el primer congreso del Partido Aprista Peruano, marcó las pautas para un desarrollo ideológico profundamente distinto al anterior, permeable a una penetración regulada del capital extranjero, propenso a la consolidación de una democracia social y dispuesto a dialogar con todos los sectores de la sociedad a través del Congreso Económico Nacional, entendido como supra poder parlamentario de carácter técnico, cuyo concepto Haya no dejará de modificar con el correr de las décadas.

El periodo posterior a 1931, hablamos de casi cinco décadas, aparece solo esbozado en el texto de Planas y Vallenas. Sin embargo, esta aparente ausencia la aborda el segundo en “Haya de la Torre: político de realidades” publicado en 1992, que divide hasta en 7 etapas la evolución ideológica del fundador del APRA, desde 1919 hasta 1979.

Dos ideas se nos quedan en el tintero tras leer “Haya de la Torre en su espacio y en su tiempo”. La primera, muy puntual, busca la razón por la que Haya permite la publicación de EAA en 1936 a pesar de que ya había abandonado el programa leninista que este desarrolla (¿?). La segunda se pregunta si finalmente existen elementos permanentes en el pensamiento de Haya, tesis que el texto discute al punto de señalar que aquel lleva al extremo el principio hegeliano de la negación de la negación para darle al aprismo apenas una apariencia de coherencia y organicidad. Quizá la postura de la democracia social adoptada desde 1931, junto con el ideal de la unión indoamericana –aunque variase en su formulación con el correr del tiempo – pudiesen constituir dos puntos de partida para atar los cabos sueltos de la ideología de tan fecundo patricio de la política y apóstol del servicio público.

La lectura de “Haya de la Torre en su espacio y en su tiempo” de Planas y Vallenas, más que invitar, desafía a tirios y troyanos a purgar sus demonios acerca de Haya y el aprismo. El mayor mérito de esta obra, es que culminada su lectura, culmina también su labor de derrumbar los conocimientos previos con los que la iniciamos. Más que una conclusión, Planas y Vallenas nos ofrecen un nuevo principio.

Siglas: EAA, El Antimperialismo y el APRA; NEP, nueva política económica, que aplicó Lenin a la URSS desde 1921 que permitía, de manera controlada, la presencia del capital y la inversión privada en la economía. Stalin la reemplazó por los planes quinquenales desde 1928, año de la ruptura entre Haya y Mariátegui.

Exclusivo para Palabras Esdrújulas

Daniel Parodi

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