Archivo por meses: noviembre 2016

Tren bioceánico por Bolivia

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Tren bioceánico por Bolivia: la historia

En 1876 se inauguró en el Perú un tren que fue el resultado del controversial contrato Dreyfus de 1869. Se trata del ferrocarril del sur que cubría la ruta Mollendo – Arequipa – Puno. Su intención no solo fue transportar rápidamente a la costa las lanas y minerales del sur peruano, sino facilitar la salida y entrada del comercio boliviano al Océano Pacífico. Recordemos que entonces las mercaderías bolivianas utilizaban la larga ruta hasta Arica, tradicional desde los tiempos coloniales. Con el tren, los productos del país vecino debían trasladarse hasta solo Puno para allí continuar en ferrocarril hasta el puerto de Mollendo.

Esta situación la modificó el Tratado de límites chileno-boliviano de 1904 que acordó la construcción de un ferrocarril Arica – La Paz, cuyas obras comenzaron a ejecutarse en 1905 y se concluyó en 1913. Desde entonces Chile hizo realidad unos de los objetivos geoeconómicos que se trazó durante la Guerra del 79: que el comercio boliviano fluya al océano desde sus aduanas y ya no desde las peruanas.

No está de más recordar que la construcción de dicho ferrocarril contravino indirectamente las estipulaciones del tratado de Ancón que establecían la realización de un plebiscito en Arica y Tacna en 1894 para que sus pobladores decidiesen si se mantenían en Chile o se reintegraban al Perú. La construcción del ferrocarril supuso la confirmación, de facto, de la anexión chilena de Arica pues Chile no dejaría ir un puerto en el que había invertido tanto.

Hoy, cuando el proyecto Bolivia-mar sigue encarpetado en nuestro Congreso por aprehensiones nacionalistas que remiten al siglo XIX, el apoyo peruano a la construcción de un ferrocarril bioceánico desde las costas del Pacífico del Perú hasta las atlánticas de Brasil, pasando por Bolivia e interconectándose, en el camino, con Paraguay, Uruguay y Argentina, es una estupenda noticia, es la llegada de la era postnacional, es pensar la región en términos globales, por lo que esperamos que pronto se convierta en una feliz realidad.

Hay que comenzar a redefinir los conceptos de soberanía, territorio y frontera con ojos del siglo XXI. Solo así alcanzaremos la interconexión regional y lograremos a ser competitivos en el mundo global.

Publicado en Diario Expreso el 21 de octubre de 2016

NICARAGUA: ni socialismo, ni democracia

Nicaragua: ni socialismo, ni democracia, por Daniel Parodi

NICARAGUA: ni socialismo, ni democracia

Recientemente tuve la oportunidad de asistir a la conferencia de Edmundo Jarquín Calderón, ex embajador de Nicaragua y ex candidato a la vicepresidencia por el Partido Liberal Independiente, organizada por la comisión para la creación de la Facultad de Relaciones Internacionales de la PUCP. Jarquín es disidente del Frente Sandinista para la Liberación Nacional (FSLN), liderado casi cuatro décadas por Daniel Ortega, presidente de la nación centroamericana desde el 2006.

La disertación de Jarquín me deja la sensación de que un fenómeno latinoamericano que atraviesa siglos, décadas e ideologías no es otro más que el caudillismo providencial y que este es el verdadero enemigo de la democracia en la región, más allá de derechas e izquierdas sistémicas y de uno que otro que todavía cree en la lucha de clases, tal y como la plantearon Marx y Engels hace casi 200 años.

Nos contó Jarquín la historia latinoamericana en clave nicaragüense; es decir, la de un siglo XX en el que la dictadura pesó más que la democracia. Hasta 1979 gobernó Nicaragua la tiranía de los Somoza, luego siguieron diez años de revolución sandinista que, justo es decirlo, no pudo consolidarse, entre otras razones, debido a la subvención estadounidense de las fuerzas  contrarrevolucionarias. Finalmente, en 1990 se abre el telón de la república liberal con el triunfo de la opositora Violeta Chamorro, lo que dio lugar a sucesivos gobiernos constitucionales hasta el 2006 en que Daniel Ortega gana las elecciones y vuelve al poder. Es entonces cuando el proceso de construcción democrática nicaragüense ingresa en un período de franco retroceso.

Jarquín añadió que Ortega se cuidó de mantener el manejo macroeconómico de corte librecambista y favorable a la inversión extranjera de los regímenes anteriores (que ha permitido, desde 1990, una considerable reducción de la pobreza en el país centroamericano). Asimismo, el líder del FSLN ha logrado ganarse el apoyo de la oligarquía nicaragüense, más preocupada por la estabilidad económica que por la institucionalidad democrática. En simultáneo, “el comandante Daniel” se sumó hábilmente al chavismo venezolano, lo que le depara alrededor de US$15.000 millones al año en subvención petrolífera. Con todo este respaldo, lo único que le faltaba a Ortega era cruzar el Rubicón que separa la democracia de la dictadura, y vaya que lo cruzó.

El autoritarismo sandinista, explicado detalladamente por Jarquín en su conferencia, se ha agudizado desde que el sandinismo retomó el poder el 10 de enero del 2007. Así, las elecciones municipales del 2008 fueron muy cuestionadas y anunciaron lo que sucedería en las presidenciales del 2011, donde Ortega obtuvo una nueva victoria, sin la observación electoral del Centro Carter, considerado parcial por el Consejo Supremo Electoral, y en medio de serias denuncias de fraude. Seguidamente, comenzó a aplicarse un plan para transformar su régimen en una dictadura de partido único cuyos resultados más notables hemos podido observar este 2016: se ha cancelado la personería jurídica de las agrupaciones opositoras PLI y PAC y, seguidamente, se ha destituido a los 28 representantes de la oposición en el Congreso.

Con todo lo dicho podemos añadir, sin temor a equivocarnos, que el sandinismo ganará las elecciones de este domingo 6 de noviembre porque Ortega corre prácticamente solo, o más bien, con su esposa Rosario Murillo, candidata a la vicepresidencia. De allí el alucinante eslogan de campaña: “Dios, el comandante Daniel y la compañera Rosario”. ¿Cómo una revolución socialista legitimada por haber derrocado la dictadura dinástica, familiar y autoritaria de los Somoza se convierte en la dictadura dinástica, familiar y autoritaria de los Ortega? Pobre América Latina, cuyos emprendimientos democráticos, ya sean de izquierda o de derecha, desembocan siempre en el caudillo providencial. El rey ha muerto, ¡viva el rey!

Publicado hoy en El Comercio

http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/nicaragua-ni-socialismo-ni-democracia-daniel-parodi-noticia-1943266