Archivo por meses: junio 2010

GUERRA DEL PACIFICO Tacna y Arica 130 años después

Estimados amigos: hoy el articulo adjunto ha sido publicado en .EDU de la PUCP. Espero sea de su agrado

Cordiales saludos

Daniel

Tacna y Arica 130 años después

Tacna y Arica representan, en la memoria de los peruanos, las gestas patrióticas más relevantes, las que más recrean los imaginarios del heroísmo y coraje del sujeto colectivo nacional. Ciertamente, la exaltación de mártires y de batallas memorables es esencial en la narración histórica de toda nación moderna.

A Tacna, sin embargo, no se le recuerda tanto por su batalla. Tal parece que el esfuerzo de 25 mil hombres que se enfrentaron a cañonazos, balazos y bayonetazos en el Campo de la Alianza, el 26 de mayo de 1880, no fue suficiente para instalar imágenes claras de aquel combate en la posteridad.

Restos mortales de combatientes en la batalla de Tacna

A Tacna se le recuerda más por lo que ocurrió después, por sus 49 años de cautiverio, por la resistencia activa y pasiva de su población civil, por el heroísmo de sus mujeres. A Tacna elegimos recordarla por sus efemérides victoriosas: por el “enésimo” año de su reincorporación al Perú.

Arica, en cambio, es la batalla modélica de la Guerra del 79, es la batalla de los héroes gloriosos, de aquellos que alcanzan las palmas del martirio. Arica nos deja frases para la posteridad, así como la pintura del viejo coronel resistente y el idealismo del joven mártir acaudalado. Los héroes de Arica son los que más se asemejan a los héroes clásicos, como a los trescientos de las Termópilas que prefirieron la gloria eterna a los años que les quedaban por vivir.

Arica nos legó los héroes más legendarios

La paradoja de todo aquello es que la recordación de las dos cautivas está signada por el destino que a cada una le tocó en suerte. Pareciera que en el inconciente colectivo nacional –o en la lucubración de algún político– el tratado de 1929 hubiese determinado no solo de qué manera recordar a Tacna y Arica, sino también de qué manera olvidarlas.

Es así como en la percepción corriente nacional, a la batalla de Arica se le recuerda más que a la de Tacna, cuando en esta última se decidió la campaña terrestre de la Guerra del 79. Ciertamente, la batalla de Tacna –o del Campo de la Alianza– enfrentó a las principales divisiones de los ejércitos de los tres países implicados en el conflicto, y fue el mayor enfrentamiento militar a lo largo de toda la conflagración.

Al contrario, poco se ha investigado y difundido acerca de los esfuerzos resistentes que realizó la población ariqueña entre 1880 y 1929, e incluso después. En general, sabemos de los tarapaqueños repatriados por Leguía en la década de 1920. Sin embargo, parece que cuando se trata de Arica, preferimos que Bolognesi queme eternamente su último cartucho y que Alfonso Ugarte salte a la gloria por toda la eternidad.

Como hemos podido observar, el dilema entre la memoria y olvido influye en la manera como nos representamos el pasado nacional. Por un lado, es claro que nuestros héroes son personajes entrañables que ameritan nuestra recordación. Por el otro, parece impostergable la difusión de nuevas interpretaciones de la Guerra del 79 que posibilite la discusión de antiguas posturas, así como la revisión de los postulados tradicionales de la historia oficial.

» Leer más

La Casa Roja

Estimados amigos:

Comparto con ustedes el poemario titulado “La Casa Roja”. Con este trabajo gané los juegos florales de UPC en 2007 o 2008, ya no lo recuerdo bien.

Espero les agrade

Daniel

LA CASA ROJA

20100617-casa-roja.jpg

La Casa Roja

He contemplado por la tarde
Que había tonalidades en la casa
Donde persuadido de pasado
Creí sepultar mis ilusiones

Antes

No sé si atarme a la ilusión
De tu singular imagen
O si detenerme a contemplar
Cuatro trepidantes sobras
A la caza de tu laberinto

El camino

No sé hasta dónde lleva
La pequeña embarcación marina
Al océano verde de árboles y flores
O hacia el firmamento de gigantes marionetas

Por las escaleras

Soy el espiral y el vértigo
El tiempo ha vuelto a refregar mi vida
El infinito anuncia a lo alto
Que la ameba asecha
Se acerca y me intimida

Pecas

Sólo sé que no he entendido
Absorto de tu claroscuro
Los infinitos puntos que he unido con delicadeza
Para delinear perfectas tus constelaciones

Cóncavo y convexo

Con colores tenues configuras
Tus graves y agudos con los que trajinas
A mis sensaciones tras la curvatura

Voy hacia el serpentín
Que convoca tu violencia

Coloquio

El ritmo ha vencido al contenido
Del coloquio por donde se asoma
El refugio del pequeño arácnido

La cadencia ha dado paso al vértigo
Que sosiega la avidez de mi ternura
De mis ocho patas
Y mi aguijón ponzoñoso

Castañas

Las castañas que dejé sobre la mesa
Prodigaron la noche a la intemperie
Pernoctaron mirando su árbol
Y esperaron con paciencia
La graciosa calidez de su crepúsculo

Lomas

Recorrí el camino en que se extienden
Sobradas y laxas curvaturas
Con rosadas lomas que salpican
Manantiales de aguas cristalinas

Intersección

Se cruzaron las dos sendas que transito
En la intersección de un reino imaginario
Donde detallé confines y parajes
Donde pernoctó la eternidad
De mi centésima de segundo

El cactus de las lomas frescas

Me he arrebatado de la noche cubierta
Para descubrir las lomas matinales
Húmedas y versátiles

Y me deslicé desde la cima
Donde florece a veces
El frágil cactus que mañana
Humedecerá de nuevo la pradera

Pan árabe integral con queso fresco y salsa de tomate

De marrón, de rojo y blanco
Edifiqué el confín de tu paraje
Que mi saciedad ha procreado
Al atardecer de su fortaleza

Retorno

Dejé con la penumbra
Las tonalidades de la casa roja
Zarpó mi embarcación marina
A mi otra selva de cemento
De metal y de barullo

pd. 70

Falta un verso para el número 70 de tu cábala extraña

» Leer más