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Batalla de Canchas Blancas: ¿una tradición inventada?

 

 

Batalla de Canchas Blancas

¿Una tradición inventada?

Antes de la reciente controversia sobre la Batalla de Canchas Blancas, supuestamente librada el 12 de noviembre de 1879, en un paraje del departamento de Potosí, no se sabía mucho de un enfrentamiento entre chilenos y bolivianos, distinto a los que tuvieron lugar en la provincia de Atacama, y a la cruenta batalla del Alto de la Alianza del 26 de mayo de 1880. Aquella vez el ejército de Chile derrotó a sus homólogos de Perú y Bolivia, en la batalla más cruenta y decisiva de la fase terrestre de la Guerra del Pacífico.

Entonces revisé algunos títulos de mi biblioteca y acudí a buscadores de internet para indagar desde cuando las webs dan cuenta del enfrentamiento de Canchas Blancas. Al respecto, me llamó la atención que Wikipedia, fuente de divulgación (no académica) mundialmente conocida, recién dedicó una página a esta batalla el 28 de marzo de 2018. Es decir, el mismo día en el cual, con su escenificación, Bolivia celebró el fin de la fase oral del litigio que le sigue a Chile en la Corte de la Haya. En los días siguientes, la página ha sido actualizada decenas de veces.

Luego, resulta complejo validar la veracidad de la batalla que hoy se conmemora en Bolivia y se niega en Chile. La información no es concluyente. Lo que está demostrado es que durante la Guerra del Pacífico hubo algunas avanzadas chilenas a los territorios de Oruro y Potosí para apropiarse de ganado y eventualmente cortar una ruta de abastecimiento aliado desde Argentina, vía Tarija. En ese contexto, es posible que se haya producido alguna refriega, escaramuza o emboscada, pero difícilmente con las dimensiones de una batalla que habrían librado 2000 hombres, como sostiene la parte boliviana.

Así pues, las fuentes bolivianas remiten a dos diarios de oficiales combatientes, el segundo publicado en 2017 por su Ministerio de Defensa y se titula “Memorias del Coronel Ezequiel Apodaca”. En dicho diario se relata las andanzas del ejército altiplánico comandado por el general Narciso Campero hasta producirse una emboscada en Canchas Blancas que obligó a una división chilena de 1500 hombres a emprender la retirada hasta Atacama, provincia litoral ocupada por Chile desde el desembarco de sus fuerzas en Antofagasta el 14 de febrero de 1879.

A su turno, las fuentes chilenas remiten al “Boletín de la Guerra del Pacífico”, creado por el Presidente Aníbal Pinto el 1ero de abril de 1879, y que publicó sistemáticamente los partes e informes del conflicto generados por su oficialidad. En dicho Boletín no se menciona la batalla de Canchas Blancas, más sí algunas pequeñas avanzadas de la caballería chilena sobre Oruro y Potosí, en número nunca superior a las treinta unidades.

Al respecto, el historiador boliviano Roberto Querejazu dedica solo un párrafo de su clásico “Guano, Salitre y Sangre” a un “encuentro con los chilenos” en la zona, por lo que, de haberse producido, difícilmente pudo tratarse de un encuentro de gran magnitud. Finalmente, un detalle no menor es que, hasta ahora, no se ha encontrado el “sitio arqueológico” de la batalla de Canchas Blancas, cuando un enfrentamiento importante deja huellas tales como restos óseos, trozos de uniformes, armas, balas etc.

Conscientes de que sobre la materia no alcanzaremos un rápido consenso, detengámonos a analizar sus soportes metatextuales. Lo primero que salta a la vista es que los sudamericanos seguimos aferrados al positivismo histórico y buscamos en los historiadores a los “jueces del pasado” quienes, con documentos, pugnan por demostrar la verdad o falsedad del acontecimiento. Al respecto, la Batalla de Canchas Blancas es prototípica y nos muestra a académicos de uno y otro lado librando su propio combate por la historia[ii] por defender la postura de su país.

Lo segundo remite a la mirada nacionalista del siglo XIX, cuando resultaba heroico entregar la vida por la defensa del último centímetro del territorio nacional. Y este es el escenario que ha montado Evo Morales al escenificar una supuesta victoria militar de Bolivia sobre Chile, como colofón simbólico de la participación de su país en la fase oral del litigio en La Haya. Es en este sentido que defino la batalla de Canchas Blancas como una “tradición inventada”, como diría Eric Hobsbawm, pues su recordación persigue la finalidad de unificar la nación a través de la creación de un imaginario victorioso -novísimo en tanto que conmemoración- y establecer su analogía con la causa de su país en la Corte Internacional de Justicia, independientemente de si la batalla tuvo o no lugar[iii].

Sobre el juicio de Bolivia a Chile en La Haya, ya me he pronunciado: si las partes le quitasen al concepto de soberanía la enorme carga nacionalista que depositan sobre él, la cuestión se reduciría a un puerto. En todo caso, la exaltación de una batalla, real o imaginaria, de la guerra del Pacífico, no parece el mejor camino para acercar a Bolivia al mar, máxime si, eventualmente, tendría que concertar con Chile dicha posibilidad.

[i] Historiador, Docente en Universidad de Lima, PUCP y UPC.

[ii] En Referencia a Combates por la Historia, título del célebre texto del historiador francés Lucien Febvre

[iii] Véase Hobsbawm, Eric. La invención de la tradición. Barcelona, Crítica, 2002

Publicado en El Dominical de El Comercio, edición del 21 de abril de 2018

Enroque Corto: la interpelación a Saavedra

 

 

Enroque corto: la interpelación a Saavedra

Cuestión de confianza procede si se aprueba pedido de censura

 

¿Qué es una cuestión de confianza? ¿Es o no pertinente aplicarla en el caso de que el Congreso formalice una moción de censura contra el ministro Jaime Saavedra?. Vamos por partes:

La cuestión de confianza debe presentarla el Premier, en este caso Fernando Zavala, ante el Congreso e implicaría asociar la suerte del titular de la cartera de educación a la de todo el gabinete. De esta manera, la censura a Saavedra implicaría la del Consejo de Ministros por lo que, tras la renuncia del Premier, tendría que formarse otro gabinete con otro Premier y cambiar otras piezas del gabinete ministerial, ya sea sustituyéndolas o enrrocándolas, como sucedió recientemente con Jorge Nieto que pasó de la cartera de cultura a la de defensa.

La principal consecuencia de una jugada así es que la eventual no confianza a Saavedra implicará la censura al gabinete y una segunda censura a este le otorga al Presidente de la República la facultad constitucional de disolver el parlamento y convocar a nuevas elecciones legislativas. De esta manera, el sacrificio del gabinete Zavala otorgaría al gobierno la tranquilidad de lidiar, desde temprano, con un parlamento que ya habría quemado su nave principal y que se la pensará dos veces antes de intentar bajarse a otro ministro por razones que la opinión pública pondera como particulares.

A saber: la discusión sobre las computadoras adquiridas por Minedu y la organización de los Panamericanos parece esconder una razón más poderosa: los intereses de muchas –no todas- universidades privadas que “pierden plata” invirtiendo para lograr los estándares académicos que exige SUNEDU para mejorar la calidad de la educación peruana en beneficio de la juventud.

Estos días, la Constitución ha sido materia de debate y cada quien la ha interpretado según su buen parecer. Para algunos es completamente legítimo y constitucional que el Congreso interpele y eventualmente censure al ministro Saavedra. Para otros lo es que el Premier plantee una cuestión de confianza sobre Saavedra: si cae él, caen todos.

En realidad, ambas parten tienen razón; tanto la censura como la cuestión de confianza son constitucionales y existen para ser usadas si las circunstancias lo requieren. Al respecto, lo que parece mostrarnos la constitución del 93 -la del fujimorismo, sí la del fujimorismo- es que está diseñada para contrapesar bien a los poderes Ejecutivo y Legislativo.

¿Constitución presidencialista? Es posible, será por eso que la promulgó Alberto Fujimori. ¡Qué paradoja!, pues ahora Fuerza Popular, cuyo humor autoritario está a la orden del día, sólo controla el legislativo y tiene que atenerse a ella, felizmente.

Publicado en La Mula el 7 de diciembre de 2016

https://daupare.lamula.pe/2016/12/07/enroque-corto/daupare/

Hoy somos más república que ayer

Foto: Exitosa

el proyecto de los padres fundadores va avanzando

Hoy somos más república que ayer

La sobriedad del premier Fernando Zavala y el realismo del ministro de economía Alfredo Thorne, desnudando las miserias e irresponsabilidad fiscal del régimen saliente, fueron las piedras de toque de un debate maratónico que concluyó con la investidura casi unánime del primer gabinete del nuevo gobierno presidido por PPK.

La sesión comenzó tensa, la intervención inicial de Zavala dejó flancos descubiertos que motivaron el ataque desde la oposición. El fuego más recargado provino del fujimorismo casi insinuando que no daría la confianza en la intervención de su vocero Luis Galarreta. A su turno, Carlos Bruce se batió bien y Javier Velásquez puso paños fríos al exigir cuentas respecto de cómo dejaba el Estado el gobierno anterior, pero, al mismo tiempo, señalar que los apristas darían la confianza, palabra que por primera vez se dejaba escuchar en el hemiciclo.

A su turno, el tono beligerante de Marissa Glave se dejó sentir desde las líneas de un Frente Amplio exigiendo al gobierno cumplir compromisos sociales adquiridos durante la campaña; también puso el acento en el gas de Camisea, que será medular para definir la postura del gobierno frente al extractivismo y la inversión privada extranjera.

Pero el inteligente contrataque llegó cuando le tocó responder a los ministros, quienes en gesto de alta consideración hacia la representación parlamentaria, se tomaron el trabajo de responder una a una sus preguntas. Importante lo de Thorne, que rompe definitivamente el inquietante silencio gobiernistas frente al régimen anterior. El país perdió, el país gastó superfluamente, el país no atesoró, ese fue el diagnóstico del titular de economía que dejó un mensaje político claro: nosotros no somos el nacionalismo.

El perfil técnico del mensaje es otra de sus características que se expresó en cuatro ejes a saber inversión social e infraestructura; seguridad ciudadana y lucha contra la corrupción; empleo y reactivación económica, y acercamiento del Estado al ciudadano. Particularmente, extrañé el eje de la revolución educativa acompañando la tan mentada revolución social. Si la continuidad de Saavedra parece una decisión coherente, la inversión en el capital humano es prioritaria para pasar a las reformas de segunda generación que el país necesita.

El jueves y viernes pasados, el Perú vivió una histórica investidura ministerial que es  expresión de 4 gobiernos constitucionales continuados y de una madurez institucional que va abriéndose paso aunque a algunos les pese. Hoy somos más república que ayer  y este es un buen motivo para alegrarse.

@parodirevoredo

Publicado en Exitosa el día de hoy. darle clic al link abajo

Opinión | Daniel Parodi: Hoy somos más república que ayer

Un 28 para festejar con moderación

Un 28 para festejar con moderación

Sólo en visiones utópicas como la de Tomás Moro  (Utopía) o Miguel Gutiérrez (Babel, el paraíso) existe la sociedad perfecta. En la realidad  no es posible, lo que no quita su búsqueda constante. Si esta búsqueda nos ha colocado en la senda del progreso (como dirían los filósofos ilustrados) es materia de otra discusión, pero el Perú, con todas sus dificultades, hoy es un país más institucional que aquel que entró convulsionado al siglo XXI, echando a las patadas a la dictadura  fujimontesinista.

PPK será el 4to presidente consecutivo en recibir la banda presidencial de otro presidente democrático, hoy somos más república que hace 16 años. Nos faltan los partidos (o más partidos si consideramos como uno a Fuerza Popular) pero no debemos perder de vista que la ex-pareja presidencial quiso implementar un proyecto reeleccionista-autoritario y no pudo: las instituciones y un partido político en particular –el APRA con su no a la reelección conyugal– se lo impidieron. Al mismo tiempo, Martín Belaúnde fue extraditado a pesar de la primera dama quien tuvo que contener la rabieta y comparecer ante los poderes legislativo y judicial. ¿No es esto un síntoma de que el republicanismo comienza a andar?

La democracia es el sistema político vigente en la gran mayoría de países del planeta; unas son sólidas y otras cosméticas. Comprendámoslo, la dictadura es más fácil que la democracia porque implica imposición, mientras que la segunda consenso; en la primera, las instituciones son copadas desde un centro, en la segunda cada una delimita su espacio de actuación y fricciona con las otras, por eso hay que defenderla y apuntalarla constantemente.

Está claro que nuestra democracia no es sólida, pero tampoco cosmética. Se encuentra en un nivel intermedio pero la vamos construyendo y sus metas inmediatas son el retroceso de la delincuencia y de los conflictos sociales. Paso seguido, la gran reforma es la educación: hoy somos un país mayoritariamente de clase media cuya educación, sin embargo,  es básicamente deficitaria.

Una república exitosa necesita un ciudadano dispuesto a defenderla y con capacidades que le permitan competir en igualdad de oportunidades. El quinquenio que comienza debería ser el la educación y la continuidad del ministro del ramo es una señal positiva. En todo caso, hoy 28 de julio de 2016 tenemos más motivos para brindar por la patria que hace 16 años, que sea con pisco y del bueno, por favor.

Publicado el Expreso el viernes 29 de julio de 2016

http://www.expreso.com.pe/opinion/daniel-parodi/fiestas-patrias-para-festejar-con-moderacion/

 

La “bizarre” herencia

 

IZQUIERDA

La bizarra herencia

las diásporas de la izquierda peruana no son novedad

En lúcido artículo titulado cambalache, Nelson Manrique hace una dura autocrítica del desbande político de la izquierda peruana de la que llama la atención la presencia de Vladimiro Huaroc en la plancha fujimorista, la de Anel Townsend –exdefensora de Villarán- en la de Acuña, las voceadas candidaturas congresales de Augusto Rey y Susel Paredes en la lista de PPK y, como anfitriona de la fiesta, Susana Villarán al lado de Daniel Urresti.  En realidad, las diásporas de la izquierda peruana no son novedad. Antes, es verdad, eran todos comunistas, pero igual andaban divididos en decenas de ramificaciones.

Meditando al respecto, me puse a pensar en el aporte de la izquierda peruana al desarrollo del Perú del último medio siglo y este es más que discutible. En tanto que tal, los partidos marxistas recién aparecieron en la década de 1970, con excepción del PCP que fundara Mariátegui en 1928, luego de que se escindiese del APRA. Con lo mucho de malo o bueno de Velasco, lo cierto es que dichas agrupaciones le jalaron la alfombra al único intento sistemático de implementar una revolución social en el Perú. Las razones son dos: o Velasco no les pareció lo suficientemente radical o les reventaba no ser ellos quienes liderasen el proceso.

En los ochentas el panorama no mejoró. A pesar de participar activamente del juego democrático, el sistema no terminó de convencerles, lo tildaron de burgués y disentían con Sendero más bien respecto del “momento indicado” para abrazar la lucha armada. Al finalizar la década, inmerso el país en una profunda crisis, no se les ocurrió nada mejor que dividirse en dos en la que fue su última participación electoral presidencial medianamente importante. Ya en la década de los noventas, toda vez que enfrentamos una dictadura de derecha, convenientemente adoptaron posturas más democráticas que abandonaron tan pronto como a Hugo Chávez se le ocurrió que “el socialismo” era una buena etiqueta con la que revestir su autoritarismo populista.

Para comprender el aporte de la izquierda al proceso político peruano más contemporáneo, la trayectoria de Sergio Tejada es de suma utilidad. Tejada es corresponsable del pésimo gobierno que ya se va, al que le sirvió denostando por cuatro años consecutivos, con el dinero de todos los peruanos, al segundo gobierno aprista. El resultado: Alan no tiene desbalance patrimonial pero igual Tejada no para de acusar.

En vistas de que el barco nacionalista comenzó a hundirse, Tejada lo abandonó en enero de 2015. Luego, en noviembre del mismo año, fue precandidato presidencial por la Unidad Democrática en cuyas primarias fue aplastado por Gonzalo García quien cuadruplicó su votación. Entonces Tejada no perdió el tiempo en saltar por la borda y al día siguiente anunció muy campante su paso al Frente Amplio con la intención de integrar la lista congresal de la chavista Verónika Mendoza.

Me pregunto está vez a quién culpará la izquierda si elegimos mal en abril y terminamos de caer por el despeñadero. Ciertamente, ya nos hicieron un muy flaco favor Siomi y compañía al endilgarnos al improvisado Humala. Hoy, mientras que desde todos los flancos buscan tumbarse a la Alianza Popular, cuya coherencia e institucionalidad los supera enormemente, nos ofrecen, en simultáneo, el mismo autoritarismo que ha arruinado a Venezuela, hasta hace poco el país más rico de la región.

Macartista me dirán, pero resulta que me gusta el PSOE de España y que soy el convencido de que cualquier democracia, para sostenerse, requiere también de una izquierda de calidad. La nuestra sin embargo, no pasa de lo bizarre, no más no nos arruinen el país mientras no madura la criatura.

Daniel Parodi Revoredo

@parodirevoredo

Felices Fiestas

FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO

Queridos amigas y amigos:

Estas son las sextas fiestas desde la creación de Palabras Esdrújulas y por ello queremos agradecerle a todos y caca uno de ustedes por seguirnos, al mismo tiempo que desearles una feliz navidad y un 2016 de realizaciones tanto personales, familiares, como para el país y la región.

El 2016 será crucial para el Perú, nos queda desear que la elección que tomemos sea la mejor y que nuestras próximas autoridades estén a la altura de la gran responsabilidad que depositaremos en ellos.

Felices fiestas a todos, cordiales abrazos desde su blog Palabras Esdrújulas

Daniel Parodi Revoredo

 

 

Condecoración de Cancillería

Parodi Herrera

Con Carlos Herrera, Embajador del Perú en los Países Bajos

Estimados amigos y amigas:

Ayer el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú me condecoró  con la “Orden al Mérito del Servicio Diplomático del Perú José Gregorio Paz Soldán”, en el grado de “Gran Oficial”, por mi contribución a la causa peruana en el litigio contra Chile en la Corte de La Haya.

Es para mi un honor formar parte del distinguido grupo de diplomáticos, profesionales y trabajadores del Ministerio de Relaciones Exteriores cuyo aporte a la causa del Perú ante Chile en la CIJ  ha sido reconocido de esta manera.

En lo que a mi respecta, debo decir que es un doble honor este reconocimiento porque es demostración de que los altos intereses nacionales están y deben estar siempre por encima de cualquier partidismo. El éxito obtenido en la Corte en 2014 es sin duda la mejor expresión de los resultados que podemos obtener como país si mantenemos en el tiempo políticas de estado coherentes.

Quisiera también reiterar mi eterno llamado a la reconciliación con Chile, a comprender que existe una mirada histórica del presente, que la dota de una dimensión subjetiva que debe lograr una sinergia de armonía con los demás elementos de la realidad pues esta se construye también con algo de nuestro pasado.

Por ello, y por el mundo global, la integración  con nuestros vecinos, que pasa por la superación del pasado doloroso -que implica diálogo y no olvido- son elementos que la diplomacia debe considerar con la misma importancia que el derecho internacional y que las demás herramientas teóricas y metodológicas de su disciplina.

Mis ultimas palabras son para la Ministra Ana María Sánchez, para el Embajador Allan Wagner y el excanciller Rafael Roncagliolo, a los tres por la oportunidad. También para los amigos miembros del servicio diplomático que me enseñaron una nueva manera de amar a mi patria y construirla.

Gracias pues por este reconocimiento que solo potencia mi compromiso con el Perú que como dijera Jorge Basadre, tiene de problema todo lo que tiene de posibilidad, y por eso vale la pena vivirse intensamente.

Historiador Daniel Parodi Revoredo

Daniel Parodi

El link de Cancillería acerca de la Condecoración

http://www.rree.gob.pe/Noticias/Paginas/NP-124-15.aspx

Twitter: @parodirevoredo

Chile-Bolivia: mi posición

Perú Bolivia y Chile

Chile-Bolivia, mi posición

Hace ya dos décadas trabajo la problemática peruano-chileno-boliviana. Llegué a ella a través de mis estudios sobre la Guerra del Pacífico. Significativamente, mi interés en el imaginario colectivo y la reconciliación me llevaron pronto a los temas del presente por lo que los últimos años he trabajado la cuestión del litigio entre el Perú y Chile en la Haya, desde una postura peruanista a la vez que reconciliadora, y luego he escrito notas y brindado entrevistas sobre la cuestión que Bolivia y Chile ventilan actualmente en el mismo tribunal.

Sobre este último tema, se me ha formulado diferentes preguntas acerca de sus diversos aspectos y es por eso que en estas líneas he querido expresar mi opinión sobre los que considero son sus temas centrales. De este modo podrá conocerse con claridad lo que pienso y discutirse mis ideas sobre una problemática respecto de la cual, desde luego, seguiré opinando en el futuro.

La bilateralidad de la cuestión chileno-boliviana

La solución de la mediterraneidad boliviana es un tema que corresponde solo a Bolivia y Chile, o en todo caso debería serlo. Al respecto, he expresado repetidas veces mis observaciones a una salida boliviana al Océano Pacífico por un corredor paralelo a la frontera con el Perú que desemboque en los pocos kilómetros de litoral que separan Arica del punto Concordia. Mis razones son varias pero las dividiré en dos partes:

  1. Históricas: el Perú perdió ya mucho en la Guerra del Pacífico y creo que se merece el descanso de su memoria doliente para esmerarse, más bien, en un trabajo de reconciliación e integración con Chile, el que se inició durante el litigio con dicho país, y en otro con Bolivia. No me parece justo, merced al Tratado de 1929, involucrar al Perú en la solución de una situación que él no creó y que le resultó muy dolorosa, tan sencillo como eso.

  2. Geoeconómicas: creo que dicha fórmula hoy es problemática para el Perú y para Chile, vistos como un conjunto por la integración económico-fronteriza que se ha desarrollado entre Tacna y Arica durante las últimas dos décadas. Las implicancias de perder la condición de países fronterizos también debe evaluarse, así como los aspectos administrativos y de la pesca en la zona pues la fórmula, a simple vista, parece forzada.

Lo que veo como una solución

En años recientes -y muy recientemente a fines de 2014- Bolivia y Chile han evaluado oficiosamente una salida al mar para Bolivia por una o dos zonas del litoral de Tarapacá. Esa es la opción que encuentro más viable  y, en relación con ella, he disertado acerca del concepto soberanía. Es a este nivel que quizá Bolivia debiera hacer su mayor concesión pues el apego al suelo, al terruño, es aún hoy una realidad en las emociones de autoridades y pueblos, y por ello la exigencia de una salida soberana parece el punto de inflexión más grande en esta problemática.

A este nivel, debe comprenderse la posición de Chile, incluso en su frente interno, respecto de la cesión de soberanía que resultaría igual de complicada para cualquier otro Estado. Quizás el tema podría resultar más sencillo si vemos la praxis por encima del valor subjetivo que le asignamos a los conceptos, y, en tal sentido, Bolivia podría obtener incluso más que lo que se propone si flexibilizase su posición y en la medida en que Chile esté realmente dispuesto a garantizar a aquella su acceso a las áreas mencionadas.  Digámoslo más sencillo, hablamos de una salida no soberana pero que en la práctica posea varias –no todas- de las características de una salida soberana.

El aporte peruano

El aporte peruano a la solución del enclaustramiento boliviano es y no puede ser otro más que Bolivia-mar (4 km2 de litoral ofrecidos a Bolivia, sin soberanía, cerca de Ilo) en donde este país podrá instalar una importante infraestructura portuaria, turística-vacacional, además de una escuela de marina mercante. Bolivia-mar, en las costas del Perú, se conectará con el resto del territorio del país altiplánico a través de las carreteras y vías de comunicación existentes entre Ilo y La Paz, las que deben potenciarse para reducir los tiempos y aumentar la conectividad entre ambos puntos estratégicos.

Al respecto, lo que no resulta aceptable es que, a pesar de haberse subsanado una serie de observaciones al proyecto original, nuestro Congreso Nacional demore tanto su aprobación definitiva. Consideremos que Bolivia es una economía emergente y, por lo tanto, debe evaluarse también los beneficios que, en el contexto de la globalización económica, podría obtenerse si conectamos el tráfico comercial entre Bolivia y el Océano Pacífico a través del puerto de Ilo.

Reconciliación   Trinacional

No soy de los que piensan que dos países no pueden sanar sus heridas del pasado al margen de un tercero supuestamente involucrado en el evento doloroso. Los estados son soberanos. El Perú y Chile casi resolvieron todos sus pendientes limítrofes con el fallo de la Corte de enero de 2014 y digo casi porque desde la misma complejidad del concepto soberanía en lo que tiene de emocional, la cuestión del triángulo terrestre sigue sin resolverse y deberá solucionarse algún día, mejor más temprano que tarde.

Sin embargo, mucho se avanzó y mucho más puede avanzarse entre el Perú y Chile en materia de integración dependiendo de la voluntad política de sus autoridades y a pesar de que la atmósfera no es la mejor debido a la natural tensión que en el país vecino genera su litigio con Bolivia en la CIJ. No obstante, mi apuesta por la reconciliación con Chile no me hace enemigo de Bolivia, no soy alguien que tenga que elegir entre uno y otro vecino.  Por el contrario, soy seguidor del sueño indoamericanista de Haya de la Torre y activista de la reconciliación como proceso conducente a la superación –lo que no equivale a olvido- de acontecimientos dolorosos entre estados y pueblos, en cualquier circunstancia y sin restricciones. En este contexto, el perdón por los excesos del ayer es el mejor testimonio de la madurez de las generaciones de hoy, las que  quieren y deben vivir mirando hacia el futuro.

Como estudioso de los discursos históricos e imaginarios, todos de tintes nacionalista, con los que cada uno de nuestros tres países -Perú, Bolivia y Chile- se representa a los otros dos, creo fervientemente que es necesario vernos de nuevo como región para encontrar las intersecciones positivas de nuestro pasado, tanto como para recordar acontecimientos que nos acercan, más allá de las batallas y héroes militares de los que están saturadas nuestras efemérides patrias.

A manera de conclusión

Cada cosa tiene su tiempo. Hoy,  qué duda cabe, nos encontramos más lejos que hace unos años de esa posibilidad porque nuestros vecinos están litigando en La Haya. Por eso insisto en que el gran objetivo de abrir un proceso de reconciliación peruano-chileno-boliviano con nuestro pasado doliente –que no implica una solución trinacional de la mediterraneidad Bolivia (son temas distintos, entiéndase)– no excluye la posibilidad de una agenda bilateral de reconciliación entre el Perú y Chile a la que creo haber contribuido con decenas de publicaciones académicas y periodísticas, y a la que seguiré contribuyendo con mi más firme voluntad.

Por otro lado, tras la firma del Acta de la Isla Esteves, otra agenda de reconciliación que estamos en condiciones de implementar es una peruano-boliviana. Nuestros imaginarios sobre Bolivia suelen proyectar una edición negativizada del vecino que debiéramos revisar si observásemos, apenas para comenzar, la premisa obvia de que vecinos seremos siempre y compartimos un riquísimo y milenario acervo cultural.

Qué duda cabe, que después de compilar “Las Historias que nos Unen” entre el Perú y Chile, me encantaría dirigir una compilación de historias positivas entre nuestros tres países. Mientras se generan las condiciones, y hay que luchar para generarlas, nuestro esfuerzo debe enfocarse allí donde pueda obtenerse resultados en el corto y en el mediano plazo. Tienen entonces mi posición. Conversemos.

Valiente Arequipeño

 

 

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VALIENTE AREQUIPEÑO

 

“Es discutible dicho popular que cuestiona voluntad combativa de Ciudad Blanca en la Guerra del Pacífico”.

La vieja cuarteta que dice “oh valiente arequipeño, que al pie del Misti naciste, cuando la Guerra con Chile, donde m te metiste” contiene una leyenda popular que solo manifiesta el  desconocimiento que existe sobre un triste capítulo de la Guerra del 79.

Sobre el tema circulan relatos fantásticos. Uno dice que Arequipa fue tomada cuando los chilenos se dirigían hacia la capital del Perú con la intención de ocuparla. De ser cierta esta versión, la captura de la Ciudad Blanca se habría producido a fines de 1880, pues Lima cayó bajo el manto invasor el 17 de enero de 1881.

Además de inexacta, esta versión es absurda: Arequipa se ubica en la sierra sur y la expedición contra Lima fue marítima; carecía de todo sentido una excursión a la tierra de Mariano Melgar. La toma chilena de Arequipa se produjo el 28 de octubre de 1883, tres días después de que una algarada popular depusiese al gobierno de Lizardo Montero que se había instalado en esa plaza debido a la ocupación de Lima y la deportación a Chile del Presidente Francisco García-Calderón.

¿Por qué no resistió Arequipa?   

La decisión de no presentar resistencia al invasor no fue ni de la ciudad de Arequipa, ni de sus habitantes sino del mando político-militar, encabezado por el Presidente Lizardo Montero, aunque no se trató de un acto de traición a la patria, ni cosa por el estilo.

La clave para comprender esta medida se remonta al 16 de mayo de 1882, cuando se reunieron en Oruro los mandos militares de la Alianza Perú-Boliviana para decidir qué hacer en el caso de una expedición chilena al sur del Perú. En esa ocasión, se trazó un plan de retirada a Puno para unir allí las fuerzas de los países aliados y resistir juntas al invasor. Esta estrategia explica por qué no se produjo en Arequipa una resistencia armada como la que sí ofreció Lima, el 13 y 15 de enero de 1881, en Chorrillos y Miraflores.

¿Por qué se levantó la población el 25 de octubre de 1883?  

Un error fatal que cometió Lizardo Montero al aplicar el plan de retirada fue someter su decisión a consulta popular. Las campanas de la comuna arequipeña sonaron y a la población, reunida en cabildo abierto, se le preguntó ¿quieren la paz o quieren la guerra?

Mayoritariamente los arequipeños se pronunciaron por la guerra por lo que el Presidente les dijo que se dirijan a los cuarteles para ser armados, pero cuando el gentío lo hizo ya se estaba efectuando el plan de retirada y el armamento era conducido a la estación del ferrocarril para ser trasportado a Puno.

La gran contradicción entre la orden del Presidente y el desalojo de los cuarteles generó una gran revuelta popular. Entonces se dispersaron el ejército y la guardia nacional. El alcalde Diego Butrón, partidario de la paz, fue ejecutado por la turba y la Ciudad Blanca, ya acéfala de gobierno, fue ocupada por el ejército chileno tres días después.

A manera de conclusión

Alguien podrá decir que la población arequipeña de todos modos debió resistir al invasor. Pero esto es jalonear las cosas. Además, cuando sucede la ocupación chilena de Arequipa, el 28 de octubre de 1883, hacía una semana que se había firmado la paz de Ancón. En otras palabras, la guerra ya había terminado.

Hay mucho que investigar sobre la participación de Arequipa en la Guerra del Pacífico pero una premisa es innegable, cuando a los arequipeños les preguntaron si querían resistir al enemigo, ellos respondieron que sí.

Especial publicado en suplemento conmemorativo de los 475 años de fundación de la ciudad de Arequipa publicado en Diario El Comercio

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Échale la culpa a Alan

para él todo es una M, para mí no

ÉCHALE LA CULPA A ALAN

En su última columna, titulada “Ciudad de M”,  Augusto Álvarez Rodrich se “admira” del ruido político que se ha instalado en el Perú y que en buena medida es responsable de nuestro frenazo económico, junto, claro está, a la evidente incapacidad de gestión del presente gobierno.

Pero repasemos un poco los hechos ¿qué país le entregó Alan García a la ciudadanía en 2011? ¿Acaso vivíamos así, como cuervos comiéndonos los ojos? ¿Acaso la recíproca acusación de corrupción y el escándalo mediático eran el pan de cada día? La pasado gestión aprista tuvo algunas controversias. Pero ¿era el Perú del 2010, previo a las presidenciales, el hervidero que hoy lamenta nuestro experimentado periodista?