EL TRIUNFO DE LA PAZ

                                                                   Al agente del Perú en La Haya, Allan Wagner Tizón 

 

Es posible que para la gran mayoría de peruanos y chilenos, la circunstancia más tensa del proceso ante Chile en la CIJ de La Haya fuese la que se vivió el lunes 27, cuando todos escuchamos al juez Peter Tomka leer el resumen de la sentencia. Sin embargo, para quienes hemos vivido el tema más de cerca el día crucial fue ayer 6 de febrero, durante la reunión del 2+2 en Santiago. En realidad, los días siguientes al fallo, las reacciones de ambas partes se expresaron e interpretaron en clave histórica; aquella fue la semana del imaginario, de la percepción y la desconfianza históricas, de la polvareda que siempre deja una batalla, por más que esta se haya librado en un Tribunal Internacional, civilizadamente.

Tal vez fue por eso, aunque creo que más por las cuestiones técnicas que tuvieron que acordar, que la reunión del 2+2 dio a luz su declaración pasada la medianoche, tras 14 horas de trabajo continuo. Al comenzar la presente jornada, podemos felicitarnos de haber obtenido el mejor resultado para la paz, la integración y la rápida ejecución de la Sentencia. Perú y Chile están listos para voltear la página, ahora sólo queda integrarse, ¿qué pensarán en Colombia?, ¿qué dirán en Nicaragua?.

¿Qué es lo que se ha acordado?

En primer lugar se ha acordado determinar en conjunto las nuevas coordenadas geográficas de nuestra frontera marítima siguiendo la disposición 197 de la sentencia de la CIJ. En segundo lugar, si bien no se ha establecido como exigencia chilena la suscripción peruana de CONVEMAR, la declaración sí recoge la voluntad de la Corte expresada en su disposición 178, cuando señala que “el agente peruano declaró formalmente en nombre de su gobierno que la expresión “dominio marítimo”, que se utiliza en nuestra Constitución Política, está de acuerdo con la definición de los espacios marítimos previstos en CONVEMAR en 1982. En tal sentido, el Perú se ha comprometido a ejercer sus derechos y obligaciones en toda su zona marítima, en forma consistente con el Derecho internacional, como se encuentra reflejado en la Convención de 1982”.

Ciertamente, serán los juristas peruanos y no Chile quien establezca como darle funcionalidad a este elemento sensible. Por lo pronto, lo que la ciudadanía debe comprender es que en los espacios marítimos recién obtenidos debemos ceñirnos al Derecho del mar vigente y debemos dar muestras de ello ante el mundo. Hasta ayer dudábamos del cumplimiento chileno de sus obligaciones, pero el fallo nos las exige también a nosotros. Pienso que ha llegado el momento de discutir serenamente la firma de CONVEMAR y alcanzar una decisión soberana.

Gran performance diplomática de Ministros Eda Rivas y Pedro Cateriano

Ciertamente, las expresiones “dominio marítimo” y “mar territorial” suenan mucho mejor que “Zona Económica Exclusiva” pero también es verdad que esas expresiones primigenias, que aportó el Perú al Mundo en las décadas del cuarenta al ochenta, evolucionaron y sirvieron de base para CONVEMAR que es su versión más moderna y civilizada. Si Chile y Ecuador, que nos acompañaron aquellas décadas de lucha por la intangibilidad del mar la han suscrito, no queda más que suscribirla nosotros, pero tomémonos nuestro tiempo, debatamos, pues la declaración de ayer señala que el fallo prevalece sobre la legislación interna de cada país, con lo cual, el suelo ya está parejo y tenemos tranquilidad para hacer las cosas.

Un elemento muy positivo de la Declaración Conjunta, y que puede expresarse como un gesto de buena voluntad de la contraparte, es que se ha acordado que el 8 de febrero de este año, mañana, un buque de investigación peruano, escoltado por otro de nuestra Marina de Guerra, ingrese ya a nuestro nuevo espacio oceánico a hacer trabajo de exploración e investigación. De esta manera, podemos decir que de hecho tomamos posesión el sábado de los 50,000 km2 obtenidos, pero hagámoslo sin soberbia, más bien con sobriedad.

Respecto de la medición de las coordenadas, está se realizará rápidamente. Para llevarla a cabo, los técnicos de ambos países se reunirán en Santiago los días 17 y 18 de febrero para coordinar las acciones a tomar. Luego, el 24 de febrero se iniciará la medición que no debe tomar más de 10 días. En marzo, Chile debe reposicionar la boya DART cuya finalidad es la detección de sunamis y maremotos, y que el país vecino debe desplazar desde su actual ubicación (200 millas según el paralelo) hasta el punto C que es donde se intersecan, en las 200 millas, las áreas de superposición entre los espacios marítimos de cada país. Finalmente, el 24 y 25 de marzo se realizará una nueva reunión del 2+2 en Lima, seguramente para formalizar en acuerdos, las acciones que se ejecutarán en las próximas seis semanas.


Pronto se colocarán nuevas coordenadas

Triángulo Terrestre

Como se ha podido apreciar, en la reunión del 2+2 primó la posición peruana de no tocar la cuestión del triángulo terrestre debido a que los mandatos de La Haya refieren los límites marítimos y no tiene competencia al respecto. Sin embargo, es notable que el párrafo d) del inciso 2 del Anexo aprobado junto con la Declaración, señale textualmente que “Se convino identificar el punto de inicio de la frontera marítima ubicado en la baja marea mediante procedimientos mixtos”. Este aspecto es sustancial porque Chile conviene que la frontera marítima inicia, de acuerdo con el artículo 175 del fallo de La Haya, en la baja mar y no en el hito 1, situado 325 metros tierra adentro.

Sin embargo, tomemos el tema con tranquilidad y sigamos este ejemplo de destreza diplomática de los representantes de ambos países. Es posible que Chile mantenga, a futuro, su postura respecto del triángulo terrestre en función de consideraciones (para nosotros equivocadas o subordinadas a tratados previos como el de 1929) que se desprenden de su interpretación de los contenidos de los instrumentos de 1968 y 1969, los que, mal que nos pese, le permitieron a Chile obtener el inicio de la frontera marítima en la baja marea que cruza el paralelo trazado desde el Hito 1, distinto del Punto Concordia que fue la postura que nosotros defendimos. De presentarse esta situación, existen las instancias pertinentes y es a ellas a las que debemos acudir, esperemos que no sea necesario.

Lo que sí puede destacarse del acuerdo, en este punto, es que Chile no condicionará la ejecución del fallo sobre el límite marítimo a la sesión peruana del triángulo terrestre, lo cual permitirá su rápida implementación y potenciar la agenda de la integración. Este punto quiero subrayarlo porque la semana pasada, en ambos lados, nos ganó la desconfianza –incluido al suscrito- y lo obtenido ayer debe despejar la bruma que alzó, tal vez, una precipitada declaración del Presidente Piñera para así permitirnos a peruanos y chilenos vernos con nuestros nuevos rostros del siglo XXI.

No en vano, en la reunión de ayer se ha acordado la liberación de nuestros pescadores artesanales detenidos en Arica, otro gesto de buena voluntad. Así actúan las naciones maduras y civilizadas que buscan el desarrollo compartido y triunfar en la globalización del siglo XXI. El Perú y Chile han elegido el camino correcto.

Daniel Parodi Revoredo

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