Prefiero a Massa el domingo

Daniel Parodi Revoredo

Prefiero a Sergio Massa para las elecciones en Argentina este domingo, pero no por mérito de Massa, sino debido a Javier Milei. El partido Justicialista    -o peronismo- es uno que, a lo largo de su historia, ha adoptado diferentes posturas en distintos tiempos y que – en su interior- también presenta posiciones inclusive antagónicas. Esto es política y es político, con lo cual no tiene, per se, nada de extraordinario.

Sin embargo, el denominador común del peronismo es sin duda el populismo: eso de relacionar directamente al líder con las masas a través de la administración estratégica y muy publicitada del cargo y la obra pública del Estado. El mérito de la obra, de la redistribución y de la satisfacción de la necesidad popular se le atribuye al líder, en ello radica su magia carismática y, sobre ello, el domingo pasado Massa interrogaba a Milei en el debate televisivo. ¿Vas a ser mago? ¿Vas a darle de todo a la gente? Responda, si o no.

Populista se puede ser de derecha como el propio Juan Domingo Perón o Alberto Fujimori (además de dictador) o de izquierda como Hugo Chávez (también dictador) porque no sé si a estas alturas alguien seguirá sosteniendo que eso de Venezuela fue socialismo. Socialismo el cubano e igual no funciona.

Dentro del justicialismo Carlos Saúl Menen fue un populista de derecha y los esposos Kirchner más bien adoptaron posturas progresistas. Otro elemento del peronismo es el poderoso movimiento sindical que controla y que constituye su principal base electoral. Este es el verdadero freno para el sinceramiento económico del país.

Me explico mejor. Argentina vive con los servicios y subvenciones de un Estado de Bienestar europeo, pero no genera la riqueza para sostenerlo por eso la inflación, el déficit fiscal, la ausencia de reservas y el aumento consistente de la pobreza, así como la merma del poder adquisitivo. Para mí, la economía es cada vez menos reducible a ideologías. A veces se necesita más de John Maynard Keynes, como en el Perú contemporáneo dados los patéticos servicios del Estado, pero, en otras ocasiones, se requiere más mercado, más Milton Friedman o Adam Smith y creo que este es el caso de Argentina.

Primero estabilizas, saneas tu economía y luego avanzas en los beneficios sociales, no a la inversa. Y este es el drama en el que ha sumido al país rioplatense el peronismo: poner los servicios sociales primero, y contar si hay dinero para sostenerlos después. Una gran deuda sin duda que, en lo particular, me genera mucha resistencia a un movimiento que, en efecto, históricamente luchó por los derechos sociales en Argentina, pero no a través de la consolidación de la institucionalidad democrática, sino de un populismo con tintes muy autoritarios.

Lo único que me decanta por Sergio Massa en estas circunstancias, es que, al frente, se desenvuelve un individuo inefable. Pena por Argentina, esta mañana lloro por ti.

 

Javier Milei y Sergio Massa, candidatos a la presidencia de Argentina

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