PALABRAS ESDRÚJULAS

Producción académica y periodística del Historiador Daniel Parodi Revoredo.

La Agonía de Mariátegui (reseña)

 

La Agonía de Mariátegui de Alberto Flores Galindo, 1980 (reseña)

Es sabido que un libro tiene tantas versiones como lectores y que cada uno de estos multiplica exponencialmente sus ángulos y perspectivas de interpretación. Tras leer Haya de la Torre en su espacio y en su tiempo, de Planas & Vallenas, La agonía de Mariátegui (LAM) de Alberto Flores Galindo (AFG) me pareció la lectura que naturalmente venía a continuación a pesar de haber sido escrita diez años antes. Además, la experiencia me supuso casi por defecto un ejercicio de confrontación entre dos textos que, hasta cierto punto, representan una lectura más cercana al aprismo y la otra al socialismo doctrinales. Era como iniciarme en una materia buscando sus dos posturas más antagónicas y representativas.

Pero frente a mi búsqueda y motivaciones descubrí, en la parte final del libro, en el anexo que trata de las fuentes, los motivos personales del autor. Este descubrimiento me colocó en una situación paradójica: mi primera impresión es que LAM es una mistificación de José Carlos Mariátegui (JCM), una construcción de un amauta más político de lo que realmente fue.

MARIÁTEGUI, JOVEN

Sin embargo, el referido anexo me llevó a la conclusión contraria: lo que Flores Galindo intentó fue precisamente desmitificar a Mariátegui ante los “mariateguistas”, o ante las decenas de agrupaciones de la década de 1970 que lo habían convertido “en una especie de “megáfono” por intermedio del cual la izquierda propalaba sus posturas políticas, al margen de cualquier respeto a la fidelidad de su pensamiento” (p 119). Y la sentencia con la que AFG cumple su cometido no deja de ser devastadora: Mariátegui no acabó su obra, parece decirnos, Mariátegui no le entregó a sus seguidores su proyecto, su plan, su modelo de sociedad, su libro equivalente a El Antimperialismo y el APRA de Haya, culminado en 1928, si se me permite la última comparación que ciertamente es mía.

Añade Tito Flores que 7 Ensayos es una obra de diagnóstico, no de propuesta. Sobre la inexistencia de un programa mariateguista nos dice dos cosas: que lo más cercano a este fue DEFENSA DEL MARXISMO que, como entonces era habitual, se entregó por partes, en varios números de Amauta publicados entre 1928 y 1929. Lo otro que nos cuenta Flores es que la obra que debió constituirse en el ABC del mariateguismo -el dogma- se perdió en extrañas circunstancias. No hay entonces un Mariátegui política e intelectualmente acabado, como no hay un mariateguismo doctrinal. Su obra puede servir de inspiración creativa, tanto como una invitación a pensar el marxismo desde el Perú, desde lo andino y a interiorizar la célebre “la revolución no es calco ni copia …” pero poco más.

Es interesante, si se me permite el paréntesis, observar como con Haya y Mariátegui les sucede algo similar; uno llevó la dialéctica hasta las últimas consecuencias, el otro se negó a comprender el socialismo peruano sin vincularlo a una concepción de comunismo agrario anclado en la tradición andina, ambos fueron disidentes de la Komintern y ambos obtuvieron de sus seguidores el intento de reducirlos a dogmas, lo que ambos, también, hubiesen rechazado tajantemente. ¿Tan distintos son?

La Obra

Tito Flores ha organizado LAM de manera interesante. Podríamos decir que comienza con el último capítulo –la polémica con Komintern- para luego retrotraerse primero al descubrimiento de lo andino por JCM, segundo a una profunda reflexión sobre la Revista Amauta y el círculo político e intelectual alrededor de esta y tercero a la fabricación de un Mariátegui líder de un temprano proyecto político que se desarrolla paralelo al de Haya de la Torre y que encontramos como la sección más frágil de la obra. Este mismo capítulo salta de la polémica con Haya a la que sostuvo JCM con la Komintern, reconectándose así, casi espontáneamente, con el primero y cerrando el círculo. El epílogo de la obra le otorga al texto una visión de conjunto bastante coherente.

El capítulo 2, titulado el descubrimiento del mundo andino podría parecer el menos vinculado con los demás, en especial con el primero y el último, pero en realidad, a veces de manera implícita y otras explícitamente lo andino se presenta como el rasgo distintivo en el pensamiento de Mariátegui, tanto frente a Haya, como frente a Komintern. He dicho implícita porque a pesar que son otros los temas que aborda AFG cuando trata la primera de ambas polémicas, ese es el aspecto que con más claridad distingue a ambos líderes.

A ese nivel, la mirada de Haya nos parece más cosmopolita y, porque no decirlo, más leninista si nos acercamos a las tesis de Planas & Vallenas. Haya ve el mundo en su totalidad y lo que observa es un planeta dividido en bloques económicos en el que el camino socialista para América Latina (Indomaérica) es su unión política para hacer frente al imperialismo; es desde esa mirada que Haya construye su doctrina. Mariátegui, en cambio, introduce el elemento antropológico en su acercamiento al socialismo, Mariátegui observa el ayllu, la comunidad y en esa resistencia cultural, a pesar de la dominación española, encuentra la base desde la cual lee la realidad peruana bajo el prisma marxista. Estas dos lecturas distan de ser opuestas, sólo representan enfoques distintos del problema que incluso pueden complementarse si nos atenemos a los halagos que JCM formula desde 7 Ensayos a Por la emancipación de América Latina, de Haya, publicado en 1927.

El capítulo tercero interesa porque alcanza, sin querer, la meta que sin éxito AFG se traza para el cuarto. En el tercer capítulo FG describe Amauta, la revista, pero más que a la revista nos introduce al círculo político-intelectual, ese que, ante la dolencia física de Mariátegui, se reunía en su casa que se conocía como Washington-izquierda. En realidad es este capítulo el que,  de manera indirecta, discute las tesis que FG desarrolla en el cuarto.

No voy a caer en el maniqueísmo de apristas = políticos, vs socialistas = intelectuales, pero lo que sí nos muestra el capítulo tercero es que Washington-izquierda convocaba un grupo ideológicamente heterogéneo y no tenía por qué ser de otra manera. Allí confluían figuras del vanguardismo como José María Eguren y Martín Adán, e indigenistas como Luis Valcárcel. Por supuesto que hay política en Amauta y que el socialismo es el denominador común. Lo que no parece tan claro es que se estuviese labrando allí un proyecto político específico, distinto del de los apristas que también colaboraban con Amauta. Más bien, como el mismo FG señala, el PSP parece emerger como resultado de la ruptura con Haya en 1928, para adoptar su forma definitiva entre 1929 y 1230 y no precisamente de la manera como Mariátegui hubiese querido. De hecho, agobiado por enfermedad, Mariátegui abdica en Ravines el liderazgo del PSP que no tardaría en completar su proceso de stalinización para pasar a llamarse PCP.

Hay un tema en el tintero y que amerita ser aclarado. Aunque Flores Galindo señala que el Plan insurreccional de México que Haya comenzó a ejecutar a inicios de 1928 y una supuesta desviación ideológica de este precipitan la fundación del PSP, también señala que este proyecto lo concibió Mariátegui en su estancia europea (1919 -1923), solo que JCM tendía a hacer las cosas planificadamente. En esa lógica, las condiciones no estaban dadas en 1928 para iniciar en el Perú el plan revolucionario de Haya, lo que obliga a Mariátegui a oponersele y adelantar la fundación del PSP para octubre de 1928.

Esta tesis, aunque interesante, es la que induce a AFG a forzar un tanto los resultados del capítulo cuarto. De allí que FG casi desconoce las Universidades Populares González Prada como un proyecto de Víctor Raúl Haya de la Torre y que explica, en gran parte, el levantamiento contra la consagración a los sagrados corazones de 1923 y la súbita eclosión del Partido Aprista en 1930-1931. Al contrario, casi las convierte en el escenario elegido por JCM para forma a las masas en el socialismo, de acuerdo con un proyecto político que él habría definido con anterioridad.

En realidad, ni las Universidades González Prada, ni la correspondencia de JCM con algunos obreros o activistas provincianos que nos presenta Flores Galindo dan luces claras sobre la ejecución de un programa paralelo, ni de la dimensiones del que comenzó a gestar Haya con la UPGP y luego con las células de apristas exiliados desde ciudades tales como París, Berlín, México, Santiago, Buenos Aires, La Paz etc. Al contrario, antes de la fundación formal del APRA, Mariátegui es parte de la misma agitación política e ideológica que concluye con la formación de aquella y de la que él, desde 1928, es un ilustre disidente. Más bien, acierta más Flores Galindo cuando refiere la célula comunista del Cusco, que adopta tal nombre más temprano que nadie en el Perú, desde 1927, y que no depende de la célebre bohemia de Washington-izquierda. Este sí nos parece un proyecto político alterno al aprismo embrionario.

La revolución no es calco, ni copia …

LAM de AFG ha despertado en mí dos lecturas aparentemente contradictorias. La primera atañe la desmitificación de Mariátegui, quien es presentado como un intelectual y político al que la muerte le arrebató violentamente la posibilidad de culminar el programa de un socialismo construido desde las formas de organización socioeconómicas andinas. La segunda es la invención de una tradición –al estilo de Hobsbawm- que presenta a JCM como el temprano constructor de un proyecto político alternativo al APRA, que el destino le impidió concluir.

ALBERTO FLORES GALINDO

La triste anécdota del libro perdido de Mariátegui, aquel que contenía el desarrollo de su programa, nos llama a una metáfora final. El mensaje de Flores Galindo a la izquierda de los 80s y también a la actual es que, por encima de dogmatismos, es a ella a la que le corresponde escribir el libro perdido de Mariátegui, que parte de la reflexión del Perú de hoy desde una mirada de izquierda moderna, acorde con los requerimientos del siglo XXI. Mientras esto no ocurra, los historiadores seguiremos buscando el libro perdido del amauta, mientras que este seguirá esperando, donde esté, que sus seguidores comprendan el significado de su obra y la continúen.

Daniel Parodi

@parodirevoredo

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