¿CÓMO CELEBRAR EL FALLO DE LA HAYA?  

El 27 de enero conmemoramos la sentencia de un tribunal, no una victoria militar

El pasado martes 27 de enero conmemoramos el primer aniversario del fallo de la Haya con una solemnísima parada militar en la Plaza de Armas y también abrimos el debate sobre cómo celebrarlo de aquí en adelante. De hecho, el Presidente Humala ya le ha dado un toque castrense al asunto al proponerle al Congreso declararlo “Día de la soberanía marítima”.  

Lo primero que hay que decir es que el 27 de enero sí merece convertirse en feriado nacional sobre todo si nos quitamos de la cabeza la estrecha idea de que una conmemoración patriótica no es tal si no hay de por medio guerras y batallas. Y lo digo con todo respeto a quienes pelearon en ellas.

Hay una razón simple para celebrar el 27 de enero: ganamos. Sí, ganamos 50.000 km2 de mar y es la única vez que hemos crecido desde que un 28 de julio de 1821 San Martín nos proclamó independientes del Imperio español. Por lo tanto, hemos contradicho una larga tradición de recortes territoriales.

Sobre cómo llamar al 27 de enero; yo he propuesto “día de la civilidad” porque una victoria no sólo se logra cuando coronamos nuestra bandera en la posición del ejército contrario. Existen también victorias civiles. En este caso fueron tres presidentes democráticos que le dieron continuidad a una política de Estado que condujo Torre Tagle bajo el liderazgo del embajador Allan Wagner y un gran equipo de profesionales.

Claro que hubo participación de las fuerzas armadas, principalmente del equipo técnico de la Marina. Pero si las batallas de Ayacucho o Tarapacá son inobjetables triunfos militares, más allá del apoyo del gobierno o la población; la victoria de La Haya, al contrario, es un triunfo de los políticos (algunos), diplomáticos, abogados y la sociedad civil. ¡El 27 de enero no conmemoramos una batalla, sino la sentencia de un tribunal!

Quizá “Día de la civilidad” no abarque todo: ¿y el mar?, porque finalmente ganamos mar y riquezas pesqueras. “Día de la civilidad y del dominio marítimo”: así incluimos el océano y, al hablar de dominio, seremos más ciudadanos del siglo XXI y menos del XIX. ¿Cómo celebrarlo? yo saludaría al equipo vencedor en el patio de Palacio y después tonazo en la Plaza de Armas, porque este es una fiesta de todos los peruanos, quienes con su civismo favorecieron el normal desarrollo del litigio y la pronta ejecución de la sentencia.

Publicado el domingo pasado en Exitosa Diario

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