Jóvenes regidores de Cornejo podrían iniciar renovación del APRA

 

Cornejo: el outsider político

El 5 de agosto de 2014 publiqué “Cornejo es el outsider”, nota en la que anticipé que la sorpresa en las municipales limeñas sería Enrique Cornejo debido a su perfil técnico-popular y a la calidad de sus propuestas. También puse en duda el peso específico del antiaprismo como impedimento al crecimiento de su candidatura.

Algunos analistas cuestionaron que usase el término outsider porque este refiere lo que está fuera del sistema o de las normas, por lo que no podría provenir de un partido político institucionalizado. Pero yo invertí las cosas pues nuestro modelo político se caracteriza por la informalidad, los caudillos eventuales y los movimientos regionales.

Por todo ello, un outsider en el Perú ya no puede ser un independiente sino alguien proveniente de lo poco que nos queda de nuestra antigua partidocracia, pues esta se sitúa en la periferia del sistema político (o sistema de partidos). De manera más amplia, referí outsider como candidato sorpresa, como aquel del que se esperaba poco y que de pronto se coló entre los punteros.

Más allá de eso, lo que nos deja la alta votación alcanzada por Enrique Cornejo es lo siguiente:

1.- Existe un nuevo electorado ávido de políticos con perfil tecnocrático y mejor capacitados que la mayoría de nuestras actuales autoridades congresales y regionales. Una nueva generación espera cuadros de alta especialización, capaces de ofrecer soluciones a problemas directos de infraestructura, transporte y seguridad.

2.- Ha quedado demostrado que el APRA, salvo en Lambayeque y La Libertad (a pesar de su aparente derrota en ambas plazas), carece del núcleo duro de votantes con que contaba antes. Sin embargo, ocurre lo mismo con el antiaprismo. En otras palabras, se está manifestado un nuevo electorado sin las fidelidades ni las aversiones de hace algunas décadas.

3.- Al interior del APRA, Enrique Cornejo y los jóvenes que introduce al municipio abren la puerta de una renovación que debería fundamentarse en la modernización institucional y en el fortalecimiento de su democracia interna. Así, un partido adaptado a las formas políticas del siglo XXI podrá captar una nueva y joven militancia.

En sus primeras décadas de vida institucional, el APRA cumplió el sacrificado rol de construir ciudadanía y democracia en un contexto hostil y autoritario. Hoy su desafío es reinstitucionalizar nuestra política y conducirla hacia los estándares del siglo XXI. Lo del 5 de octubre es sólo una clarinada, pronto sabremos si el Partido de la Estrella tiene más que ofrecernos.

Publicado en medios el 10 de octubre de 2014

Puntuación: 5.00 / Votos: 1