JEFF Y EL APRA

Nota de homenaje al R.P Jeffrey Klaiber, recientemente fallecido

Le dio una mirada diferente a los estudios sobre el APRA

Al reflexionar sobre la relación entre Jeffrey Klaiber y el APRA pensé primero en referir sus obras, desde su tesis de máster (1968) acerca del rol desempeñado por las universidades populares Gonzáles Prada, hasta sus más recientes, como el artículo “el Miedo al APRA”, en el que explora el fenómeno del antiaprismo en el Perú (2005) y el último titulado “la visión latinoamericanista de Haya de la Torre” (2013).  

Sin embargo, voy a establecer la referida relación desde otra premisa, tal vez buscando descifrar cómo el historiador se acerca a su problema de investigación. En los estudios acerca del APRA, en tanto que gran movimiento político peruano del siglo XX, Klaiber inicia un camino que hasta hoy han transitado pocos, casi todos extranjeros. Se trata del camino del análisis historiográfico que se pretende objetivo o cuyos sesgos no alcanzan a anular su valor intelectual. Se trata, también, de la pesquisa no teñida con el color político del autor, al punto de caer en el maniqueísmo de la exaltación o de la denostación del objeto de estudio.

La particularidad con la que Klaiber enfocó el fenómeno aprista es fundamental pues ninguna otra agrupación política peruana del siglo XX ha despertado las pasiones que el APRA, ni desatado una polarización a todo nivel: familiar, política y académica. Pero Klaiber fue un Sacerdote Jesuita norteamericano que se vio atraído, más bien, por la especificidad de un movimiento que, aunque revolucionario en sus prácticas originales, levantaba las banderas de la democracia oponiéndolas a las del socialismo. Al mismo tiempo, a Klaiber le parecía que dicho Partido presentaba elementos de una religiosidad vinculable con el cristianismo, y, desde esa mirada, estudió su trayectoria y la de su líder Víctor Raúl Haya de la Torre.

Al padre Klaiber lo invité varias veces a hablar del APRA en mis cátedras, en búsqueda de un enfoque alternativo, así como invité a mi amigo el historiador Carlos Chávez para confrontar la posición de Jeff con otra más crítica e igual de valiosa. Lo que quería, en realidad, era que mis alumnos pudiesen ver la historia del APRA del siglo XX como eso, como un tema de estudio, sujeto a diferentes visiones y análisis, las que pueden y deben ir enriqueciéndose con el pasar del tiempo para así desprenderse de una vieja dicotomía que, básicamente, limita sus posibilidades. Al respecto, en 2005 El Padre klaiber esbozó un balance historiográfico sobre el APRA y clasificó las acusaciones sobre aquella, como la de ser fascista o haber traicionado su ideología primigenia, para líneas después sostener la insuficiencia del enfoque ideológico para definir este movimiento. Seguidamente, insistió en su religiosidad, estableciendo la analogía –expresada en el fervor de los militantes- entre el martirologio aprista y la crucifixión de Cristo.

Hace pocos años tuve el honor de compartir una mesa académica con el Padre Klaiber en un evento convocado por la base aprista de Breña y de aquella vez recuerdo las palabras de respeto de Carlos Roca, importante líder del APRA, hacia el sacerdote norteamericano, tanto como la admiración de la militancia y el agradecimiento por la mirada distinta. Creo que faltan décadas para que el APRA deje de ser –como señala Hugo Neyra- un problema epistemológico para el investigador peruano, pero Jeffrey Klaiber dejó pautas que hay que seguir si se quiere comprender mejor el complejo movimiento político que se fundó en México en 1924 y que pronto cumplirá 90 años de vigencia.

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