Rómulo Meneses y la fundación del APRA

Por Daniel Parodi Revoredo
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“Los jóvenes a la obra, los viejos a la tumba”. Manuel Gonzáles Prada


Rómulo Meneses dedicó su vida a la revolución y justicia sociales

El pasado 20 de septiembre se conmemoró el 81 aniversario de la fundación política del Partido Aprista Peruano, en su local institucional de la Avenida Alfonso Ugarte. Durante la celebración se rindió homenaje a la memoria de Rómulo Meneses Medina, uno de sus fundadores y militantes distinguidos.

La biografía revolucionaria de Meneses es impresionante. En 1919, a los 17 años de edad, fue apresado por primera vez debido a su participación en las manifestaciones obreras que condujeron a la conquista de la jornada de ocho horas laborales. En 1923 dirige la Universidad Popular Gonzáles Prada en Arequipa. Para 1927, Meneses sufre su primera deportación a manos de la dictadura de Leguía, quien lo destierra a Bolivia, donde funda la célula aprista de La Paz.

En 1929, en medio del debate suscitado en torno a la postura que debía adoptar el frente popular en el Perú, Meneses viaja a Alemania a entrevistarse con los exiliados apristas del Viejo Continente y lleva un mensaje de respaldo a las tesis ideológicas de Haya de la Torre. Vuelve al Perú en 1930 donde sufre su periodo más largo de prisión: 17 meses ininterrumpidos. Gracias a la amnistía política de Benavides, sale libre en 1933, pero es exiliado de nuevo en 1937 y sólo reingresa al Perú en 1945, para hacerse responsable de la campaña electoral del Frente Democrático Nacional en Puno, de donde resulta electo diputado.

Su labor parlamentaria fue igualmente tenaz; Meneses logró la aprobación de cientos de leyes y decretos en beneficio de los más pobres. Fue así que consigue la expropiación de la hacienda puneña Vilurcuni, en favor de sus colonos; obtiene un fondo de compensación económico para los desempleados de la región y gestiona becas de estudios para los niños con menos recursos.

La dictadura de Odría representó la hora más difícil no sólo en la vida de Meneses, sino en la de su familia. Cuentan sus descendientes que encontrándose preso en el panóptico de Lima, su esposa llevaba a sus hijos al piso más alto del Edificio Rímac –frente al penal- para que pudiesen ver al padre cautivo, quien, desde su celda, los saludaba reflejando el sol en un pequeño espejo.
En 1962, Meneses se retiró prematuramente de la vida política. Siendo responsable de la Secretaría Nacional de Campesinado del PAP, su denuncia a la matanza de 7 peones en la hacienda Pomalca no fue publicada en los medios de difusión apristas y por ello se alejó de la institución. Sin embargo, lo hizo de manera austera y disciplinada, como fue su línea política durante toda su trayectoria.

Al revisar la biografía de Rómulo Meneses, me he preguntado qué tanto el llamado fin de las ideologías de 1990 nos ha negado más políticos como éste que, equivocados o no, estaban dispuestos a sacrificarlo todo en defensa de sus ideales. Hoy, cuando la sociedad de consumo ha convertido hasta a la ilusión en medio de cambio, estos entrañables personajes nos parecen más bien lejanos e irrepetibles, como los héroes de las novelas románticas. Pero me he preguntado, también, si acaso las nuevas generaciones no estarán incubando sus propias metas e ideales y si será posible que, más temprano que tarde, nos sorprendan llenando de nuevo al mundo de principios, valores y contenidos.

Respecto del APRA, no cabe duda que fue el partido político más moderno y organizado del siglo XX y es por ello mismo que debería perseguir el objetivo de serlo también en el siglo XXI. Para ello, el primer paso es su urgente relevo generacional, que resultará auténtico sólo si sus próximas autoridades resultan elegidas en comicios universales de la militancia, organizados por la ONPE. Entonces podrá trazarse los nuevos objetivos y adaptarse la ideología fundacional a los requerimientos del tiempo presente.

Siendo el APRA el partido más antiguo del Perú, es su deber encabezar el proceso de institucionalización y modernización de la pantagruelesca y caudillista partidocracia peruana, y con ella, de nuestro sistema político en su conjunto.
P.S. a Florencia Meneses Marone
Publicado en el República el 23/9/2011