No estás deprimido, estás distraído*

Daniel Parodi Revoredo
parodi.da@pucp.edu.pe

“Dios te puso un ser humano a cargo
Y eres tú”

Facundo Cabral

Me gustaría decir, en estas líneas, que Facundo Cabral no está deprimido, está distraído, pensando sobre qué escribir y sobre qué cantarle una vez más a la vida. Me gustaría decir que está observando sus delfines y que sigue decidiendo a cada instante lo que quiere hacer, que está pensando en la gloriosa vejez de Moisés, aliviándose a sí mismo y aprendiendo más lecciones de la vida.

Me gustaría decir que sigue en constante movimiento, viviendo el presente y dejándole a Dios el futuro, me gustaría que me consolase en estos momentos, diciéndome que no perdí a nadie y que el que murió solo nos adelantó y se fue a ese lugar donde viven Gandhi, La madre Teresa, tu abuela y mi madre.

Me gustaría que hoy me diga que para encontrar la felicidad debo escuchar a mi corazón antes que a mi cabeza, aquella cabeza que no acepta que la vida es como es y no como debería ser. Que me anime, que me diga que haga lo que amo y que no haga nada por obligación, para así poder alcanzar la plenitud.

Me gustaría que me ponga de ejemplo la muerte de su esposa e hijo en un accidente de aviación para levantarme los ánimos, que me diga que me ame primero a mí para después amar a los demás, que me reconcilie conmigo mismo y que decida hoy mismo ser feliz. Y que me recuerde que sufrir es una pérdida de tiempo.

Me gustaría que me mencione las mil y una noches, la nieve del invierno, las flores de la primavera, la baguette francesa, los tacos mejicanos, el vino chileno, el fútbol de los brasileros, la Divina Comedia, el Quijote, Pedro Paramo, a Beethoven, Mozart y Chopin, A Picasso y a Rembrandt. Me gustaría que hoy me sugiera que en lugar de desocuparme en mi pena, me ocupe en el servicio a los demás, que ayude al niño que me necesita y a los viejos, y que me recuerde que, frente a su propio asesinato, el bien sigue siendo mayoría -solo que es silencioso- y que hay millones de caricias que alimentan a la vida.

Me gustaría que me diga que crezca en el amor para ser más pleno y que no deje al miedo distraerme del amor, que no me distraiga de las maravillas que suceden a mi alrededor y que no me deprima por algo que pasó. Como quisiera que hoy me diga que no me distraiga del todo, que es ahora mismo.

*Título de hermoso poema de Facundo Cabral, con el que dialogo en estas líneas.
Este artículo se publicó en el Diario La República el día de Hoy

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