La primera de ellas atañe una visión de las relaciones internacionales con claros antecedentes en el siglo XIX. En esta los Estados deben establecer alianzas militares entre sí para repeler las de sus rivales o enemigos. Asimismo, las hipótesis de guerra trascienden su dimensión estratégica, arraigan en el imaginario popular y contaminan la vida cotidiana.
La segunda responde a una visión más contemporánea en la cual, bajo la égida de la globalización económica y el llamado fin de las ideologías, las hipótesis de guerra pasan a un segundo plano y se les superpone el propósito de formalizar alianzas regionales estratégicas y tratados de complementación económica. A nivel político, mal que se me cuestione por la reiteración, el modelo de integración europeo ha neutralizado las hipótesis de conflicto entre los países del Viejo Continente, por eso funge de referente.
Vistas así las cosas, una dimensión inexplorada de la actual controversia es aquella que, al margen de confrontar a peruanos contra chilenos, opone a aquellos que en Chile y Perú fungen de halcones contra quienes, en ambos países, hacen de palomas y apuestan por convertir el fallo de la Haya en la oportunidad de encontrar un nuevo y mejor principio para la relación bilateral.
Al igual que a muchos peruanos, a mí también me asalta un fuerte resquemor frente a la vocación armamentística de Chile y su duro y arraigado nacionalismo, pues pondero que estos le dificultarán el camino hacia el cumplimiento de la sentencia holandesa. Además, la atmósfera en Chile respecto del contencioso marino es bastante más tensa y hostil que en Perú y es lógico que lo sea. Recordemos que Perú no tiene, en términos reales, nada que perder en La Haya, mientras que Chile sí y mucho, desde decenas de miles de kilómetros de mar territorial hasta el orgullo nacional, que lastimosamente ha sido secularmente asociado a sus victorias militares del pasado.
Es por eso que en los meses siguientes arreciarán las provocaciones ante las cuales debemos ofrecer un discurso firme, unitario, pero integracionista. Mientras más hablemos de integración, más piso perderán los belicistas en su frente interno y en el contexto regional, el que será luego importante para presionar la ejecución de la sentencia de la CIJ. En simultáneo, y mal que nos pese, no podemos descuidar la potenciación de una fuerza armada capaz de disuadir cualquier aventura militar en ciernes. Ambos elementos, juntos, deben constituirse en la estrategia de paz del Perú para con Chile y la región sudamericana.
Yo apuesto por la integración y reconciliación bilaterales porque soy el convencido –y lo reitero- de que las nuevas generaciones merecen que les leguemos una relación binacional limpia de la desconfianza que tanto contaminó la nuestra y la de nuestros padres. Además, al fortalecer los proyectos integracionistas debilitaremos las tentativas belicistas de los sectores más beligerantes y, en simultáneo, potenciaremos el desarrollo económico de nuestros países.
Los halcones han hecho de la guerra su hábitat y de las hipótesis bélicas un juego de estrategias muy peligroso; por eso coinciden en el fondo, aunque no vistan la misma camiseta y ansíen exterminarse unos a otros. Todos ellos, en perversa paradoja, anidan en la violencia y convierten a las patrias en entes fraticidas cuyos teatros de operaciones yacen salpicados de muerte y de sangre. No se los permitamos esta vez.
Daniel Parodi Revoredo. Diario16
17 agosto, 2012 at 2:44 pm
Nadie está esperando una guerra en el Perú; pero no hay que ser ni tontos ni ingenuos ante el armamentismo y el apetito hegemónico chilenos, en esta parte del mundo.
18 agosto, 2012 at 11:01 am
Estimado Daniel
Lei con mucho interes su articulo, y hay algo que me llama la antención, que es la posicion en Peru de que la sentencia de la Haya va a poner fin a todas los incordio fronterizos que hay entre Chile y Perú. Yo no estoy de acuerdo, básicamente por dos razones:
1-) Lo que se discute en la haya es un conflicto inventado jurídicamente por Perú, es decir nunca fue un problema hasta hace 15 años atrás (a pesar de que ya desde los 80 en Perú rondaba la idea)
2-) Con las actas de Lima sobre el muelle en Arica a favor de Perú, también se dijo que "era el ultimo problema fronterizo entre Chile y Perú"
Esto significa que siempre habrá un pretexto para tener un problema.
En cuanto a la desconfianza como ciudadano peruano que puedes tu tener en cuanto a Chile, no puedes sino también entender de que como ciudadano chileno no menos que estar sorprendido, porque hasta hace 25 años a Arica en Perú la denominaban la "provincia cautiva" . Creo que la única forma de generar una integración entre ambas naciones es por medio de un cambio cultural generado desde los primeros años de educación, ya ves que entre Chile y Argentina con mucho esfuerzo se ha ido eliminando esa desconfianza, situación que con Perú no existe. ¿Porque no? Respuestas para historiadores del futuro que podrán concluir que entre Chile y Perú hay mas cosas que nos unen que lo que nos separa.
18 agosto, 2012 at 2:56 pm
Estimado Ignacio:
Da gusto recibir sus intervenciones siempre respetuosas y ponderadas. Ojo, no sólo entre argentina y Chile las cosas van mejor, también es el caso de Perú y Ecuador; entonces, en nuestro caso, el reproche se aplica ambas partes.
Sobre las obras de Arica hay elementos que en Chile no se consideran. En primer lugar que lo que dijeron entonces las autoridades peruanas es que se ponía término a los pendientes del tratado del 29 no a todo pendiente.
El problema es que la entrega de las obras se realizó en 1999 y en 2000 -meses después- Chile presentó su línea de bases a la ONU con el paralelo como frontera y, por consiguiente, se presenta una situación nueva ante la cual cualquier país hubiese tomado cartas dada la evidente inequidad del límite marítimo como Chile lo pretende. El Perú no ha sido la excepción, el Perú reacciona ante la presentación chilena de su línea de bases ante la ONU..
Finalmente, el carácter de los tratados de 1952 y 1954 está en manos de los jueces de la Haya. El fallo será de acuerdo a lo que ellos estimen como naturaleza de esos pactos. Obviamente, si el Perú no hubiese tenido al menos un caso no estaríamos en Holanda, ni mucho menos con expectativas de que nuestra demanda sea parcial o totalmente admitida.
Creo que en Chile debe admitirse de que el Perú tiene derecho al disenso y a recurrir, como cualquier país del mundo, a los foros internacionales que para eso existen. Cualquier opinión distinta es pretexto para patera el tablero y salirse de la legalidad internacional. Esperemos que ambos países actúen con madurez y acaten la justicia internacional a la que están sometidos.
Algo más, estimado amigo, oberve ud. el mapa de la frontera marítima y dígame si realmente cree que la reclamación peruana es un pretexto futil como indica en su post aterior.
Saludos cordiales, sus comentarios serán siempre bien recibidos.
Daniel
21 agosto, 2012 at 2:17 pm
Su comentario es muy oportuno y si este tema apareció no hace mas de veinte años fue porque invitado Chile a negociar la nueva franja marítima éste se negó, con lo cual no quedó sino ir a La Haya. Se verá también que, adeemás de que Perú sostiene la verdad, de que los papeles de 1952 y 1954 no son tratados de límites, las disposiciones de la CONVEMAER (a la cual el Perú increiblemente no se adhiere) ha servido perfectamente para no solo firmar un "acuerdo de limites marítimos con Ecuador, sino que el basamento de la posición nuestra en la Corte es, ni más ni menos, que la Convención del Mar y que nos favorece en su contenido y fondo jrídico. Graciasn doctor Parodi
4 septiembre, 2012 at 5:11 pm
En Chile recuerdan siempre la frase del canciller peruano al clebrarse lo convenios de cumplimieto del tartdo de 1929 (¡tanto años despues de 1929) diciendo que ya no hbia asuntos pendientes con Chile. No habia asuntos pendientes juridicos con Chile derivados de la Gueera 1979-1884. Pero los suntos maritimos no son secuela de esa Guerra ni del Tratado de 1929, simplemente no existian en esos tiempos. Mas bien olvidan convenientemente que el 1985, el Embajador Bakula,por ncargo expreso del Gobienos del Peru, viajo a santiago y le entrego una nota diplomatica al Canciller del Valle, señalandole le existencia del problema maritimo.De manera que no es un reclamo sacado de la manga ahora.Chile se ha negado a negociar el asunto, y hemos terminado en la Corte de la Haya, como correpsponde a una solucion pacifica de controversias.
4 septiembre, 2012 at 7:22 pm
Adjunto comentario de Carl H Rams
Diafana aclaración. Perú, en La Haya, demuestra su apego por la paz y seguridad de la Región.
Chile no, es por la razón o por la fuerza,pues se nota ya un ambiente de histeria porque perder 36,000 km2 de mar es Tarapacá y Antofagasta juntos. Y su presidente hoy con el 27% en las encuestras caería a 0%.
Nosotros no perderíamos nada, destacando 27 eximios representantes del Perú, con lo cual habremos aprendido a ser un pais desarrollado
juridicamente. A pesar de Villa Stein.
!Vale!.