corredor azul

Corredor azul debe instituirse en reemplazo de transporte informal

“¿Usted es el último?”

Recién alcancé a ver algunos programas de opinión reportajes muy  críticos del corredor azul de las avenidas La Marina y Javier Prado que suponen la continuidad, por parte del Alcalde Luis Castañeda, de la reforma del transporte iniciada por su antecesora Susana Villarán. Los informes, bastante sensacionalistas, mostraban a los buses de las líneas 201, 202 y 209  absolutamente atiborrados de usuarios y a estos realizando larguísimas colas para abordar, quejándose de la espera, de la insuficiencia de unidades y de la calidad del servicio.

Me precio de ser usuario de la 209 con la voy y vengo de la PUCP, tanto como de la 201, con la que regreso a casa desde la sede sanmiguelina de UPC y la realidad que he observado es bien diferente  a lo que vi en televisión. Vayamos por lo primero, las horas punta no son difíciles solo en Lima, lo son también en megápolis primermundistas como París, Madrid y New York.

Sin embargo, fuera de estos horarios el servicio de los corredores es bastante amable por lo que da gusto ver a la gente preguntando quien es el último de la cola para colocarse detrás. El orden en los paraderos es supervisado por agentes municipales que recuerdan a los choferes detenerse exactamente frente al letrero que dice “paradero”. De esta manera, los pasajeros suben de acuerdo con su orden de llegada y se les permite abordar primero a los adultos mayores, discapacitados y madres gestantes o acompañadas de niños. Asimismo, los buses cuentan con 6 asientos rojos reservados para esta población vulnerable y el chofer exige inmediatamente que se levanten quienes los ocupan para cederlo, aunque, valgan verdades, los usuarios los ceden por sí solos.

 A lo dicho debemos agregarle la buena presentación de los choferes  y el hecho de que el bus solo se detiene en paraderos separados uno de otro por 4 cuadras, con lo que el viaje es más rápido que en las unidades informales. El pasaje cuesta 50 céntimos más, pero el público paga la diferencia pues quiere un mejor servicio. Sé que todo lo dicho debería ser lo cotidiano pero sabemos que en el Perú no es así.

Nuestra meta tiene que ser homogenizar el transporte público formalizándolo y  eliminando paulatinamente la temeraria competencia informal que las custers y combis les hacen a los corredores azules. Ahora que estamos a punto de interrumpir una importante reforma educativa debido a mezquinos intereses subalternos, el corredor azul nos recuerda lo importe que es para el progreso del país mantener políticas públicas más allá de los gobiernos. No seamos como el cangrejo y sigamos avanzando en lugar de retroceder.

Publicado el 5 de diciembre de 2016 en La Mula

https://daupare.lamula.pe/2016/12/05/usted-es-el-ultimo/daupare/

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