¿CÓMO Y ADÓNDE?

Los desafíos de Enrique Cornejo

Daniel Parodi Revoredo

Cornejo

Enrique Cornejo

Aunque asoman otras candidaturas, lo más probable es que el presente mes de agosto Enrique Cornejo se convierta en nuevo Secretario General del APRA. Por ello, y respetando las expectativas de los demás aspirantes a dirigir Alfonso Ugarte, las preguntas que se caen de maduras son cómo llegará Cornejo al máximo cargo ejecutivo del PAP y adónde, es decir, a qué lugar del espectro político conducirá al nonagenario partido de Haya de la Torre.

El cómo implica una disyuntiva: continuidad o ruptura. Continuidad supone tranzar con la cúpula que manda en el APRA hace varias décadas. La ruptura es instalar un CEN al margen del actual status quo, que le permita a Cornejo la capacidad de maniobra suficiente para instalar el orden en el caos, y construir una maquinaria moderna allí donde priman formas de hacer política del siglo XX.

De todos modos, una ruptura puede presentar matices, de manera que Jorge del Castillo podría apuntalar con sus bases leales la construcción de la nueva APRA y Mauricio Mulder, invencible polemista, debiera asumir la vocería del proyecto renovador. De esta manera ambos sumarán al cambio que el PAP requiere urgentemente.

Al contrario, la mera repartición de cargos y la mantención de anquilosadas fórmulas clientelares abortará cualquier proyecto de reforma antes de siquiera ponerse en marcha. De lo que se trata es de comenzar desde ya a enviar inequívocas señales de cambio que pasan por un explícito deslinde del fujimorismo, movimiento político al que buena parte de la ciudadanía vincula con el autoritarismo y la corrupción organizada.

Izquierda democrática es lo que clama la mayoría de apristas, lo que, en clave contemporánea, puede traducirse en socialdemocracia, centro-izquierda o más genuinamente en aprismo si se toma en serio el inaplazable trabajo de actualizar la ideología en un congreso convocado especialmente para dicho fin. Lo he señalado antes, el APRA debe establecer con meridiana claridad qué le ofrece al Perú del siglo XXI, pero no lo hará sin antes cumplir el prerrequisito de suprimir el pragmatismo desideologizado que se hizo fuerte las últimas décadas en Alfonso Ugarte. Enrique Cornejo tiene la palabra.

Publicado el 11/8/2016 en en Portla virtual Punto de Encuentro

 

@palabrasesdrujulas

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