MUCHA INTERFERENCIA RELIGIOSA PARA UN ESTADO LAICO

Unión Civil sí, Concordato no

Quiero comenzar esta nota con su conclusión: la sociedad peruana es la más conservadora de América Latina y nuestro colonialismo mental mantiene valores propios de la Lima de la tapada, en la que el entretenimiento general era la vida del otro; siempre puesta al descubierto entre las celosías de los balcones señoriales.

Más allá del sarcasmo, siento vergüenza ajena y, en lo que cabe, quiero disculparme con los homosexuales del Perú por tanto insulto, por tanto agravio, por tanta ofensa lanzada en su contra en los últimos días. Les han dicho anormales, enfermos, deformados, desviados; he leído en las redes alusiones a Sodoma y Gomorra, las ciudades bíblicas que recibieron el “castigo de Dios”. Hasta un representante de la Patria (porque Padre de la Patria no lo voy a llamar ni hablar) salió a decir que no hay genes gay y cosas por el estilo. Vaya barrabasada.

Al respecto dos comentarios. El primero, ¿alguno de los que lanza tanto insulto y denostación se ha puesto a pensar en toda la gente a la que está ofendiendo gratuitamente, sin que le hayan hecho nada?; el segundo ¿quién les ha dado superioridad moral sobre la vida ajena? ¿acaso la Iglesia Católica ocupa dicho pedestal? Porque yo creo que tiene mucho que limpiar en casa antes de ponerse a predicar y aquí, como es obvio, no me refiero a la existencia de curas homosexuales sino a la pederastia que es un delito y una cosa infame ¿me equivoco?

Respecto de la Unión Civil, el tema de fondo es que si bien somos un Estado laico nuestra sociedad no se ha laicizado completamente en el nivel de las mentalidades. Es por eso que una cuestión básica de los derechos civiles puede ser cuestionada desde preceptos religiosos porque en el Perú nos ha faltado leer a Maquiavelo y toda la doctrina posterior. Por eso, nuestra meta de mediano plazo debe ser construir una sociedad laica en base a una ciudadanía moderna, convencida y defensora de los derechos del individuo, convencida de la separación entre Estado e Iglesia. Primer paso, derogar el Concordato por una sencilla operación: un estado laico no debe subvencionar ninguna Iglesia y la conquista de ese precepto sí merece un referéndum.

Mis palabras finales son un llamado a la tolerancia que de seguro yo no he tenido en esta nota, me asumo en mis contradicciones, que son mías y de nadie más. Carlos Bruce ya ha adecuado su proyecto a lo que nuestra sociedad está dispuesta a aceptar: Unión Civil no es matrimonio o sea no es familia y la Unión Civil no puede adoptar niños, ¿ya pues qué más quieren?, ¿dejar sin derechos civiles a millones de peruanos?

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