Bases para la discusión
Los partidos políticos deben fortalecerse
En su artículo “El Legado Castillista” (1996), la historiadora Carmen Mc Evoy sostiene que la “bonanza guanera permitió aceitar un complejo sistema de dones y contradones que establecía una alianza simbiótica y mutuamente favorable entre los poderes locales y el poder central”. Dentro de esa particular característica, los abundantes recursos de la venta del guano a Europa le permitieron a Ramón Castilla favorecer –en una corrupta y acaso equitativa repartición de la riqueza- a la plutocracia limeña, los agroexportadores de la costa norte, los gamonales serranos y los empleados públicos civiles y militares. Todos ellos pasaron a conformar, a mediados del siglo XIX, las grandes y relativamente bien organizadas clientelas políticas del “caudillo abolicionista”. Esta fue el acta fundacional de la praxis política peruana, la que en esencia, se mantiene vigente hasta el día de hoy.
Por otro lado, la opinión de Víctor Andrés Belaúnde acerca de los partidos políticos de los tiempos de la República Aristocrática (1895-1919) nos ofrece una definición muy similar a nuestra realidad contemporánea. Para Belaúnde “nuestros partidos son…sustantivos abstractos, agrupaciones personales, inconsistentes y efímeras”. De opinión crítica es también el historiador Peter Klaren (2005) quien sostiene que “la fuerza impulsora del sistema político aristocrático era la inclinación a ejercer el botín estatal para satisfacer intereses personales, familiares o del clan”, en suma, una cadena de compadres.
Nuestra perogrullesca política nacional y la evidente repetición de las malas prácticas que hemos descrito en los ejemplos del castillismo y la República Aristocrática grafican una crisis institucional endémica y profundamente enraizada. ¿Pero es un sistema de partidos políticos formal (partido de derecha + partido de centro + partido de izquierda) el horizonte a alcanzar? ¿O es el Perú un país cuya praxis política se corresponde con su especificidad socio-cultural, la que se expresa en la diseminación de redes electorales caudillistas que conviven y alternan con los frentes regionales?
Las próximas semanas analizaré, caso por caso, la trayectoria de Izquierda Unida, el APRA y AP-PPC desde 1980 hasta la fecha y ofreceré algunas reflexiones sobre lo que es la política peruana, sobre lo que pienso debería ser y sobre lo que es preciso para institucionalizarla.
Mi Twitter: @daupare
1 mayo, 2012 at 4:32 pm
Estimado Daniel, muy interesante el tema que prometes desarrollar, a ver si los historiadores se animan a debatir para avanzar en la democratización de la juventud y la modernización del pais. Yo por mi parte estoy empezando a leer "Perú, pais de metal y de melancolia. Memorias de una educación política" (2011), de Alfredo Barnechea. Allí encontré un capitulo interesante: los marxistas de Indias. Saludos. César.