CAZA DE BRUJAS
Cinta de Luca Guadamino, protagonizada por Julia Roberts
<<Todo el esquema ideológico del progresismo radical, de la batalla cultural y de la cultura de la cancelación es puesto en duda en la cinta CAZA DE BRUJAS sin necesidad de adoptar una postura militante sobre estos temas. Le bastó sembrar la incertidumbre>>
Caza de Brujas (2025) es la última cinta de Luca Guadamino con guion de Nora Garret y descollante actuación de Julia Roberts. La cuestión de fondo es la cultura de la cancelación por lo que ha motivado la crítica de sectores adeptos a vanguardias feministas que plantean que la película enfrenta a mujeres entre sí, o a la narrativa de una mujer feminista adulta, la propia Roberts y la de otra, joven, Ayyo Edeberi, que representa la Generación Z. Edeberi además es afrodescendiente. De esta manera, el debate sobre la discriminación y abuso a poblaciones vulnerables activada por Black Lives Matters en 2019 y, de manera secundaria, las tesis de la teoría poscolonial se incluyen en la trama general de la cinta.
Sucintamente, la película trata de la acusación de abuso sexual que Edeberi, estudiante del doctorado de filosofía en Yale, lanza contra Andrew Garfield, joven profesor de dicha facultad y amigo de Roberts. En el guion, la acusadora no define con exactitud en qué consistió el presunto abuso, ni siquiera queda claro si este en efecto se produjo, se mantiene en hipótesis hasta el final del film. A su turno, Garfield desmiente las imputaciones y argumenta, en su defensa, que previamente había denunciado a Edebiri por plagiar su tesis doctoral con lo cual, el elemento de una posible venganza ingresa a la narrativa.
Pero lo que la película aborda con mayor profundidad son los dilemas de Julia Roberts en el contexto de la batalla cultural y de la cultura de la cancelación. Estos la colocan en la disyuntiva de encontrarse entre dos testimonios contradictorios respecto de los cuales no cuenta con elementos probatorios, salvo su propia intuición. La otra: tratar de discernir entre la larga amistad con un amigo y colega con quien eventualmente tuvo un amorío ((Garfield) y una alumna brillante que manifiesta hacia su maestra de filosofía una atracción con rasgos fetichistas.
El tema va más allá, Roberts conversa con ambas partes, las dos le solicitan su apoyo. La brillante filósofa sabe que por el simple hecho de optar su decisión será catastrófica para él o la desfavorecido. Al final, la catástrofe alcanza su propia carrera académica: los alumnos la escrachan porque entienden que su respaldo a Edeberi no fue suficientemente militante o estuvo cargado de prejuicios socio-raciales, y, del otro, su negativa a apoyar a Garfield le quita a este la última oportunidad de salvar su trayectoria del oprobio público y del despido.
En esa lógica, todo el esquema del progresismo radical, de la batalla cultural y de la cultura de la cancelación es puesto en duda en la cinta sin adoptar una postura militante sobre estos temas que han ingresado a la fase post #meetoo. Esta nueva fase se inició tras la contundente victoria de Jonny Deep frente a su expareja Amber Heart, a quien derrotó sin atenuantes en un proceso judicial que demostró que ella era la agresora y no él a pesar de la campaña de cancelación emprendida en su contra.
El progresismo radical también ha tenido que asimilar el golpe de la anulación de las políticas de discriminación positiva aplicadas por la administración Donald Trump en todas las universidades de USA, junto a otras medidas, para unos draconianas pero que para otros, tienen a nivelar una balanza que, en lugar de equilibrarse, se inclinó súbitamente hacia su otro platillo. Justicia también, tras siglos de patriarcado, pero portador de nuevas injusticias y abusos.
Los ataques directos y las invectivas son fáciles de responder. Las interrogantes, con un toque filosófico, que invitar a la crítica, a cuestionarse el estado de cosas vigente son más complejas porque son polisémicas. El ataque frontal tiende a ser binario, la crítica inteligente va tan lejos como quiera interpretarla el receptor que, al igual que en literatura, es capaz de crear nuevas narrativas. Y eso es lo que hará CAZA DE BRUJAS en los streamings, en la calle, en la producción de nuevas narrativas e imaginarios y a ese torrente no se le puede detener.
Por eso el feminismo radical está enojado, pero ese mismo feminismo debería comenzar a preguntarse si la hora de su vanguardia ya pasó. Si ha llegado el momento de replantearse su vocación hegemonista retomando las viejas banderas de Roberts junto a nuevas banderas de la integración entre los seres humanos que puedan aportarse desde la propia generación Z y desde los tiempos contemporáneos. Tomemos en cuenta el reciente triunfo del demócrata disidente Zohran Mamdani en New York, tomemos en cuenta el viraje, aún paulatino de las izquierdas del mundo hacia la agenda social, como podemos ya apreciarlo en Europa, Chile y Brasil.
El revisionismo histórico conservador es hiper crítico del terror jacobino durante la revolución francesa, en primer lugar por su signo sumarísimo pero, y sin entrar en el debate sobre la violencia, es posible que ante una Francia invadida por los ejércitos Prusiano y Austriaco, en la que todo olía a traición, comenzando por el propio Monarca Luis XVI, la revolución haya requerido salvarse de ese modo. Es posible también que el patriarcalismo brutal que regía el mundo hace unas décadas haya requerido de un terror feminista para despojarlo de sus posiciones de privilegio.
Pero es posible también que los Tiempos Recios que acabamos de vivir haya logrado ya sus principales cometidos y que sea llegada la hora de que una Gironda post #meetoo, no necesariamente derechista como lo fue la francesa, nos permita reconciliarnos con los derechos fundamentales de todas pero también de todos, en el marco de una democracia refundada sobre las bases de la igualdad absoluta, del derecho a una diferencia no excluyente y del principio irrenunciable a la solidaridad entre todos los Seres humanos.
Links del Trailer: https://www.youtube.com/watch?v=Hu2GPX9wofQ

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