Si he dedicado mi carrera a investigar los confines del imaginario es porque creo en el poder de la subjetividad y que siempre la encontraremos en el meollo de cualquier realidad plausible. Cuando los chilenos nos recuerdan el tiempo transcurrido desde que concluyó la Guerra del Pacífico y nos preguntan sobre nuestra herida doliente, no reparan en que el daño, que una vez fue material, hoy se ha trasladado a la dimensión del inconsciente colectivo porque aún los dos pueblos no hemos hecho lo necesario para superar el trauma que aquella nos dejó.
En el mismo sentido, hoy ya casi no tiene caso recordar que antes de 1879 Bolivia le daba poco uso a su litoral, geográficamente alejado de los centros políticos de su país, o que el Tratado de 1904 le ofreció una serie de ventajas arancelarias y de infraestructura. El tema en realidad no es ese, sino que Bolivia experimenta con el mar el “dolor de la amputación”, la castración de desposeer lo que antes poseía. Y por eso Bolivia, entendámoslo, no dejará de gritar a los cuatro vientos que quiere mar, y que lo quiere suyo y no prestado.
Para Chile, la dimensión subjetiva del tema nos remite inevitablemente a una deuda que mora en el subconsciente. Si hoy, en La Haya, Bolivia nos recuerda que Chile le ofreció varias veces negociar una salida al mar, es porque en algún lugar de su imaginario a nuestro vecino del sur le ha pesado la mediterraneidad boliviana, de lo contrario no hubiese deseado resolverla en 1950 y 1975.
Finalmente, la soberanía es el gran meollo que confronta a los países. ¿Qué es soberanía? Para empezar un vocablo que indica posesión, pero para pueblos criados aún en el nacionalismo del siglo XIX es el sentimiento, la sangre derramada, el campo santo del héroe, el terruño que se defiende con la vida. Y por eso el tema se hace tan difícil.
Yo estoy seguro de que Chile le concedería a Bolivia un enclave al lado de Antofagasta y le permitiría instalar un puerto y playa propios pero soberanía no, porque esta es el límite infranqueable, lo que nadie cede de motu propio. Y Bolivia, claro, la desea más que nada por el hecho esencial de que la tuvo y Chile se la arrebató. Por eso estudio la subjetividad, porque estos razonamientos básicos se mueven bajo las formas diplomáticas más racionales y exquisitas.
Sobre todo eso conversamos la semana pasada en la UCA de Buenos Aires doce académicos de Perú, Chile y Bolivia. Durante el diálogo, comprendimos bien la situación y demostramos que no solo manejamos los procesos de larga duración, como los llamaba Ferdinand Braudel, sino también las coyunturas, cómo las definió Pierre Vilar. Recién el año pasado el Perú había demarcado por fin su frontera marítima con Chile. Este, a su turno, se defiende en la Haya de una demanda boliviana para negociar precisamente su salida al mar.
Por eso preferimos no pronunciarnos por ninguna solución concreta, porque nos quedó claro que la larga duración debía prevalecer sobre la coyuntura y la cautela sobre el entusiasmo. Entonces, planteamos “el reencuentro de Bolivia con el mar” paulatino, escalonado, fortaleciendo la confianza tripartita, cerrando las heridas de guerra, reconciliándonos con la historia doliente, integrando socioeconómicamente nuestras fronteras. En Buenos Aires, doce académicos que buscamos la integración latinoamericana supimos pulsear el momento, situarlo en el proceso y actuar en consecuencia.
Sin embargo, el manejo político de la iniciativa por parte de las autoridades de la UCA pudo ser superior. La propuesta de mediación de UNASUR y CELAC, con José Mujica a la cabeza, en medio del litigio boliviano-chileno en La Haya, generó una innecesaria controversia que felizmente se ha aclarado con los días y que bajo ninguna circunstancia debe superponerse a la claridad de la utopía planteada, cuya vigencia es incontrastable.
Por ello, es preciso rescatar el consenso bonaerense de reencontrar a Bolivia con el mar pues de lo contrario Chile no dejará de oír el clamor eterno e inexorable de su cercano y a la vez lejano vecino. Ese mismo clamor, que hace 133 años vaticinó Francisco García Calderón, seguirá resonando en el escenario latinoamericano mientras las costas del Pacífico no encuentren la bahía que cobije las playas bolivianas.
@parodirevoredo
Acta de Buenos Aires
En la ciudad de Buenos Aires, Universidad Católica Argentina, doce académicos de Bolivia, Chile y Perú, sociedades con historias ancestrales comunes, nos reunimos para contribuir a una búsqueda consensuada del reencuentro de Bolivia con el mar, fortaleciendo así la unidad latinoamericana.
Más allá de las coyunturas judiciales y gubernamentales, creemos que el diálogo crítico permite visibilizar y comprender la posición del otro para la construcción de un futuro común y plural. Esta metodología puede facilitar la resolución de conflictos mediante la fuerza viva de la palabra en conjunción con propuestas creativas y realistas orientadas a la reparación de heridas históricas.
Estos esfuerzos se inscriben en el marco de la cultura de la paz, la reciprocidad y la integración democrática, inspiradas por el espíritu y los contenidos del Acta de Lovaina. Desde el final de la Guerra del Pacífico hasta el presente, han existido tensiones que dificultan las relaciones amistosas entre los pueblos. Si estas se prolongasen, Bolivia y Chile continuarán sin relaciones diplomáticas y se seguirán difundiendo imágenes negativas del otro.
Todo ello genera gastos militares excesivos; dificulta la vinculación educativa, cultural y económica; e impide la realización de proyectos beneficiosos para la sociedad civil. Estas prácticas perjudicarán a las generaciones futuras, que heredarán una situación de conflicto latente, que podemos ayudar a resolver.
La superación definitiva de los remanentes de la guerra implica el restablecimiento de la cualidad marítima boliviana y ofrece oportunidades provechosas a los tres pueblos. Esta reemplaza los imaginarios de la desconfianza entre Bolivia, Chile y Perú, por una mirada integradora y un clima de amistad.
Este nuevo escenario estimulará intercambios culturales, educacionales y comerciales; y permitirá destinar parte de los gastos militares a políticas de desarrollo, particularmente en las regiones fronterizas. De este modo, favorecerá la normalización de las relaciones diplomáticas entre Bolivia y Chile, imprescindibles entre países vecinos. Esta visión de futuro contribuye con la integración latinoamericana y transmite a las generaciones futuras una paz definitiva.
A partir de estas reflexiones, sostenemos que el reencuentro de Bolivia con el mar forma parte de una agenda de integración trinacional con cooperación efectiva en las áreas fronteriza, regional y nacional. Las principales líneas de esta agenda son las siguientes: construir una memoria histórica común, enseñar en las escuelas una visión plural de los acontecimientos, consolidar políticas de integración cultural y desarrollar políticas públicas para las poblaciones de frontera.
Construir una memoria histórica implica resaltar el pasado ancestral común e implementar una política de reconciliación trinacional respecto de la Guerra del Pacífico. Asimismo, reinventar las tradiciones, crear y difundir los lugares de la memoria, resignificar las conmemoraciones oficiales y concebir la frontera como un lugar de encuentro. Enseñar en las escuelas una visión plural de los procesos históricos significa promover una cultura de la paz en diversos espacios educativos, que contemple la visión del otro y aliente la formación de estudiantes, agentes de cambio.
Consolidar políticas de integración cultural presupone la articulación de centros de formación académica, el aprendizaje mutuo y la defensa de la diversidad cultural. En la socialización de estas políticas, los medios de comunicación tienen un papel fundamental, pues ellos pueden contribuir a la comprensión mutua entre los tres países, privilegiando el diálogo y el reconocimiento de la alteridad.
Desarrollar políticas públicas para las poblaciones de frontera promueve el bienestar, la seguridad interna de aquellas, y fortalece a las autoridades locales. Asimismo, la coordinación de políticas equitativas, viables y sustentables fomenta la inclusión social, el desarrollo económico y la defensa del medio ambiente.
Finalmente, dado que la aspiración a la unidad americana es uno de los legados más valiosos de la Independencia, una agenda de integración trinacional, que incluya el reencuentro de Bolivia con el mar, es una de las tareas urgentes. Por lo tanto, proponemos a los gobiernos y a los actores sociales implicados comprender la aspiración boliviana como un proceso que requiere de mecanismos que resguarden consensuadamente las expectativas y los intereses de nuestros tres países.
Buenos Aires, 21 de mayo de 2015.
De Bolivia: Guadalupe CAJIAS DE LA VEGA Roxana FORTEZA CHÁVEZ Rafael LOAYZA BUENO Ramiro PRUDENCIO LIZÓN
De Chile: Luis CASTRO CASTRO Eduardo CAVIERES FIGUEROA Jorge MAGASICH AIROLA Cristina OYARZO VARELA
De Perú: Cristóbal ALJOVIN DE LOSADA José CHAUPIS Daniel PARODI REVOREDO Marcel VELAZQUEZ
13 junio, 2015 at 9:17 pm
Respetuosamente discrepo de la Declaración mencionada porque muy a nuestro estilo, es puramente principista, sin “aterrizar” en la realidad concreta que es dónde están los problemas.Salida al mar ¿por dónde? “preguntenselo al Perú ” ha dicho el ex Presidente lagos a más de un interlocutor importante,Se sobre -entiende que será un corredor adosado a la frontera Chile.Perú, Eso trae problemas serios que hay que resolver, si no todo el costao económico, social y delincuencial (drogas ) caerá sobre el Perú. Este corredor (sies la opción escogida por Chile y Bolivia) hy que verlo al lado del mapa e la actual frontera con Chile,Lo ddigo porque estamos acostumbrados a trabajar sinmapas, como ocurrió cuando el Perpu aceptó el paralelo como “límit marítimo con Chile” y esose arregló en La Haya. Como el tema es largo loseguiré en mi próximo post.
14 junio, 2015 at 8:01 pm
la actual frontera chileno-peruana sigue de cerca e FC Arica:la Paz que está en territorio chileno,pero hae una inmensa curva hacia donde debería ser territorio peruano para después volver a su recorrido “normal”, Esa inmnsa curva incluye dentro de territorio chileno al Volcán Tacora,porque alli hay unas azufreras que en 1929 eran de propietarios chilenos,Dicha curva de la frontera deja dentro de territorio chileno una parte del recorrido de los canales de irrigación de Uchusuma y Mauri, y por ello Chile ha constituido servidumbres perpétuas sobre dichos canales a favor del Perú;éstos son muy importantes porque sin ellos Tacna muere de sed (el Canal de Uchusuma fue la primera obra de irrigación hecha en el Perú).SI eso se convierte en territorio bolviano, quién impide que se establezcan asentamientos humanos allí y sus habitantes digan “tenemos sed” y extraigan el agua de los canales? ¿Quién establece el orden público allí? Las FFAA y policía bolivianas? Y si se pliegan a los que rompen los canales o no se atreven a hacer nada contra ellos? Pues en la ploicía boliviana no confío.
INFORMACION; las azufrera están abandonadas hace años,por tanto si el Perú es requerido por Chile para opinar según el Tratado de1929,puede pedir una rectificació de fronteras,si Chile no lo desea, el Perú dirá No a la consulta en forma diplomática,,, (continuará)
15 junio, 2015 at 12:00 am
III,- Al llegar al Mar el “corredor soberano” de Bolivia, tendrá una extensión que iría desde el actua frontera Perú-Chile hasta el Norte del casco urbano de Arica, para así construir un puerto,Creo que no lo va a poder hace porque en esa extesión el mar es muy poco profundo. Cuando Leguía por el Perú negociaba con su contarparte chilena el Tratado de 1929, contratá a la Empresa Frederick Snare Corp, para que unicara un lugar para un puerto propio en esa extensión, para no depender de Arica,,,el resultado fue ese, no hay lugar para puerto. Por eso don Carlos D. Gisbert ex Presidentede Bolivia, persona muy culta y respetada y agente de Bolivia en el juicio de La Haya, le ha puesto la miirada a Arica y enlas “negociaciones de buena fe” con Chile, si stas tienen lugar , puede plantear (no creo que con éxito).
Además hay un problema seriio, y es que ese corredor se convertirá en uuna ruta privelegiada del narco-tráfico.Con pensar nomás que enlas tupidas selvas del VRAEM, una avioneta boliviana cargada de droga letal es destruida por las FFAA peruanas; ¡cuántas habráno detectadas,,
Y finalmente el contrabando masivo hacia Bolivia que se hace por Iquique se hara por esa zona soberana, en grave detrimento del Perú,
Finalmente la reconcilión de Chile con Perú pasa por otros temas; más bien el corredor soberano de Bolivia puede agudizar y reavivar las discrepancis entre ambos países a extermos peligrosos y vamos a volver a tener los problema de fronteras que tanto daño nos hicieron en las primeras décadas del siglo XX! Esto debe ser pensado en téminos de realpolitik y dele armametismo chileno. Se hablará del “imaginario” y claro yoo formo parte de él y Ud,–disculpe-también, a su manera,
Atentamnente,
Miguel de Althaus
15 junio, 2015 at 10:28 pm
Miguel, lo invito a leer mi nota Perú&Ecuador / Chile&Bolivia, donde propongo que la salida debe ser por Antofagasta, saludos cordiales
DPR
16 junio, 2015 at 2:52 am
Daniel: encantado leeré lo que Usted ha escrito,Me he referido “in extenso” a una salida soberana de Bolivia al mar adosadoa la frontera conPerú porque esn eso está pensando el agente boliviano don Carlos D. Mesa exPresidente de Bolivia, persoa muy culta y de grandes dotes diplomáticas.Para él Arica es la meta,demasiado ambiciosa,pero a falta de Bolivia está pensando en el corredor adosado a la frontera Chile-Perú, con todos los inconvenientes que tiene, entre los cuales poner otro puesto de frontera cuando 5 millones de chilenos pasan la frontera al año para cuidados médicos de calidad y RAPDOS y medicinas más baratas que en Chile; vienen hasta de Antofagasta!
16 junio, 2015 at 8:45 am
Es verdad, por eso en mis dos últimas notas sobre el tema señalo que la salida debe ser por Antofagasta, incluso tengo una nota titulada Por Arica NO, que adjunto. Saludos amigo De Althaus.
https://daupare.lamula.pe/2015/05/12/por-arica-no-una-respuesta-a-cesar-hildebrandt/daupare/
Un fuerte abrazo
DPR