CORNEJO CONCLUYÓ PRIMER TRAMO DEL TREN ELÉCTRICO
Enrique Cornejo y el APRA
Al Partido de la Estrella le hace mucho bien ofrecerle a Lima un candidato de lujo
La última semana el candidato a la alcaldía de Lima, Enrique Cornejo, ha ganado notoriedad por algunas declaraciones que han generado réplicas dentro de su propio partido. El economista señaló que el APRA debe trabajar por mejorar su imagen y ofreció al electorado no copar de correligionarios el municipio de alcanzar el sillón municipal.
La afirmación de Cornejo no puede interpretarse como un reniego de su condición de aprista sino como una reacción a lo que se va convirtiendo en un “tufillo electoral” al que el candidato le hace frente: la referencia a que es un excelente candidato pero se prefiere votar por otro debido a su militancia partidaria. Por lo pronto, lo que parece claro es que el Partido que fundara Haya de la Torre ya no cuenta con un núcleo duro de votantes como el que tenía en tiempos de este. Para no hablar del tercio aprista; diese la impresión que, con excepción de sus plazas históricas, un candidato del APRA partiese casi desde cero, casi tan igual que un postulante independiente.
Las razones de esta situación pueden ser varias; la primera es la suma de la antipolítica que se instaló en el Perú en la década de 1990 con la mala ley de regionalización aprobada en tiempos de Alejandro Toledo. Ambas destruyeron la partidocracia nacional, por eso hoy se reclama más partidos para reinstitucionalizar la política peruana. La segunda es el antiaprismo en su versión contemporáneo. No le hice mucho caso a Carlos Meléndez cuando señaló que aquel era una fuerza electoral en el Perú. Sin embargo, parece que sí lo es y sus voceros, que en prensa se cuentan por decenas, han logrado imponerle a la población la mezquina idea de que el segundo gobierno aprista fue malo y reducirlo a Bagua, petroaudios y narcoindultos.
Ciertamente, todo tema controversial amerita investigación, pero los portavoces del antiaprismo casi le hacen pensar a la población que no fue cierto que el referido gobierno redujo como ninguno la pobreza en el Perú, que potenció acertadamente la inserción del país en los mercados mundiales y que sus obras de infraestructura mejoraron sustantivamente la calidad de vida de la población. Mucho tienen que trabajar entonces el APRA, y mucho tendrá que hacerlo Alan García en su próxima postulación, para revertir el discurso de los contrincantes e instalar en el electorado la percepción de que su segunda gestión gubernamental tiene mucho de bueno que mostrar.
Por otro lado, parece que al interior del APRA no se está valorando lo bien que le hace la postulación de Enrique Cornejo a la alcaldía de Lima. Veamos, alrededor de 20 de los 24 presidentes regionales están procesados, algunos de ellos ya están presos. A contracorriente, el PAP le ofrece a Lima un candidato técnico de la calidad de Cornejo, con un alto grado de especialización, con estudios en políticas de desarrollo, aseguramiento de la calidad y con experiencia de ministro en dos carteras fundamentales para una buena gestión de Lima, como las de Vivienda y Transportes (con la última fue él quien concluyó el primer tramo del tren eléctrico).
En tiempos en donde la informalidad ha copado muchas de nuestras instituciones, el APRA le ofrece a Lima un candidato de lujo y eso le hace bien al partido y al mismo postulante, independientemente de las encuestas, porque se le trasmite a la ciudadanía una imagen de seriedad y profesionalismo. Mientras tanto queda casi un mes de campaña y, con electorados golondrinos como el nuestro, nada está decidido. Por ello, al APRA y a Cornejo solo les queda unir esfuerzos por alcanzar el triunfo electoral el 5 de octubre, con la tranquilidad de ya haber obtenido una positiva valoración de la ciudadanía.
Mi cuenta en twitter: @daupare
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