Estimados amigos: tengo el agrado de compartir con ustedes el sgte artículo del Dr. Juan Carlos Herrera Tello que trata también la relación entre fútbol e historia. Asimismo , añado un comentario suyo al mío que resulta enriquecedor. Agradesco al Dr. Herrera su nueva participación en este blog.

FÚTBOL E HISTORIA

Juan Carlos Herrera Tello

El lunes 10 de octubre los diarios de Lima a propósito del partido de futbol por las eliminatorias del Mundial de Brasil, aparecieron con los siguientes titulares: A Matar!!!; Noche Peruana; Al Ataque!!!; Vamos Magníficos Guerreros a Recuperar el Morro; Hinchas Emocionados Invaden Redes Sociales Poniendo a Nuestros Craks como Héroes de la Guerra del Pacífico, y hasta el principal diario nacional puso en su primera plana que: Peruanos se hicieron sentir en Santiago.


Herrera cuestiona analogías patrióticas en diarios deportivos

Todo ese triunfalismo se diluyó al día siguiente, ocurrida la contundentederrota peruana cuando los titulares sensacionalistas solo se preocuparon en detallar paso a paso la entrega a las autoridades de la cantante folklórica Abencia Meza. Mientras que lo del partido del futbol era paliada la derrota por el arbitraje del boliviano y por los cuatro pelotazos que dieron al arco y no ingresaron para convertirse en gol.

Lo vergonzoso y falta de tino de todo este despliegue de triunfalismo innecesario, cargado de revanchismo y fuera de contexto entre acontecimientos bélicos sucedidos en la guerra que nos enfrentara en 1879; implica el paralelo entre el violentismo y el futbol; cuando hace solo unas semanas ocurriera el caso Oyarce víctima de la violencia deportiva, y nos vemos otra vez envueltos en ese mismo camino ante una prensa azuzadora, unos torpes haciendo montajes en fotografías de héroes y la complacencia de muchos, como si esto se tratara de una guerra en pequeño donde se encuentra el honor nacional en juego, cuando en realidad se trata de una irreverencia ante la historia y la falta de respeto a nuestros héroes.

¿Donde están esos directores de diarios que vaticinaban en sus portadas la recuperación del morro?,¿ donde están aquellos que vaticinaban la noche peruana?. Que rápido olvidamos, que fácil es echarle la culpa al árbitro y a los ?palos? que no permitieron gritar el gol peruano.

A diferencia de otros años, esta selección tiene un entrenador cuyo trabajo se basa en la disciplina y los frutos lo vimos en la última Copa América, que nos sacó del último lugar en que se encontraba nuestro futbol. Hoy tenemos un equipo que no obstante este último resultado ha demostrado que tiene aptitud y demostrado que no se dejan amilanar ante la adversidad. Pero no por ello pueden pues compararse con nuestros héroes militares.

Pero si se quiere hacer paralelos entre la Historia y el Futbol, entonces la
historia se viene repitiendo. Nuestros ?4 Fantásticos? ahora reencarnados en los héroes navales de 1879, fueron vencidos y acorralados como en Angamos, ya que Ponce (Cochrane), Vargas (Blanco Encalada), Medel, (Covadonga) y Suazo (Loa) cerraron el partido con superioridad numérica de goles.

Lo único de 4 fantásticos que tuvo el partido son los espectaculares cuatro
tiros al palo de nuestros jugadores nacionales, nadie puede negar que eso es muy difícil de alcanzar en una competencia de esta naturaleza, y así como la Corbeta Unión se fue hasta la Antártida en plena guerra de 1879 para capturar armas al entonces enemigo, su proeza fue historiada ya que nadie había llegado tan al sur en aquellas épocas, pero al igual que los cuatro palos, esto tampoco sirvió de nada.

Un amigo abogado muy serio también, se ha atrevido a hacer un paralelo entre
Bolivia y Chile y la salida al mar del primero, como que el árbitro boliviano hubiese favorecido a los chilenos para que tengan una nueva oportunidad en las negociaciones a que los bolivianos tengan un poco de océano por Arica. Digo yo, ¿es posible creer que las relaciones internacionales se puedan supeditar a un mero encuentro deportivo?. O mejor seguimos haciendo paralelos con la historia, de tal manera que Bolivia por intermedio de su árbitro FIFA nos invita a Chile y Perú a jugar un encuentro de futbol, en medio del partido el boliviano se vuelve ciego y no ve dos manos flagrantes de los chilenos que hubiesen sido convertidos en penales y luego en goles peruanos. Como siempre entonces, el Perú perdió por culpa de los bolivianos que como hace más de cien años nos invitaron a que los defendamos por un pacto de alianza, y luego en medio de la guerra se fueron a sus alturas dejándonos solos en la lucha. Para reírse no?.

Lo cierto es que al inicio del partido Chile demostró su superioridad de local, y mientras se entonaba las notas del himno nacional peruano veíamos la desconcentración de Guerrero y de Vargas, que miraban atónitos como si el estadio entero se les iba a caer encima, con eso se demuestra la rapidez de cómo llegaron los goles de Chile, que fueron hechos sin ninguna ayuda del árbitro.

Lo que es imperdonable es que hubo sujetos sin escrúpulos donde en burdo
montaje compararon a los cuatro marinos de la guerra de 1879 con los cuatro jugadores de futbol mejor rankeados, tal es así que Grau, Ferreyros, García y García y Montero ahora eran Pizarro, Farfán, Guerrero y Vargas. Semejante disparate fue azuzado por la prensa especialmente por esos denominados ?periodistas deportivos?: ¿Acaso puede haber igualdad de gente que peleo por el país en defensa de su soberanía con los cuatro peloteros peruanos? No creemos que entre los héroes navales por cada victoria que obtuvieron ante el enemigo, se hubiesen dado ?piquitos? (Vargas), menos que ninguno de nuestros héroes hubiese sido un indisciplinado cuando tiene que cumplir con su deber (Farfán), del mismo modo no hubo engreimientos (Guerrero) y dudo mucho que nuestros héroes estuvieran más ocupados en su apariencia personal y cuidar sus piernas para los clubes que si les pagan (Pizarro).

Lo cierto es que si continuamos haciendo este tipo de papelones mediáticos, solo nos convierte en bulleros de callejón solapados por una prensa deportiva llena de onagros. Un partido de futbol es solo eso y aprendamos a dejar las cosas en su verdadera dimensión para no hacer el ridículo ni acá, ni en el extranjero.

(*) Abogado

LA GUERRA, LA PAZ Y EL FÚTBOL

Por Daniel Parodi Revoredo
Publicado hoy en La República

Combinado del Pacífico

El día martes la selección nacional enfrentó a su par chilena y el partido se caracterizó precisamente por serlo. Claro que hubo una fuerte expectativa, azuzada por la rivalidad que en otras dimensiones enfrenta a ambos países, pero finalmente el ambiente no rebasó sus propios límites.

Hace casi 80 años, en 1933, los seleccionados del Perú y Chile formaron un combinado que realizó una gira de más de un año por Europa. Del llamado “Combinado del Pacífico” formaron parte Alejandro Villanueva y “Lolo” Fernández, los dos ídolos legendarios del Alianza Lima y Universitario. En la excursión se obtuvo todos los resultados: desde resonantes victorias hasta humillantes derrotas como una de 11 a 0 contra el Real Madrid porque el mismo día había que jugar en Barcelona y se partió en dos al equipo. Otros tiempos, sin duda.

Políticamente, la gira buscó promover la reconciliación peruano-chileno, cincuenta años después de la Guerra de 1979 y 30 años antes de la firma del tratado del Eliseo entre Francia y Alemania, que dio inicio a la era de las reconciliaciones internacionales. La excursión fue también parte de la política de acercamiento a Chile y Colombia que adoptó Oscar R. Benavides, contraria a la de su antecesor Luis M. Sánchez Cerro.

La otra cara de la medalla a esta interesante aunque aislada iniciativa se produjo hace 14 años, un 12 de octubre de 1997. Perú y Chile se jugaban la clasificación en Santiago, a Perú le bastaba el empate, a Chile la victoria. Y entonces sucedió lo peor. Súbitamente, la prensa chilena convirtió el partido de ida – jugado en Lima en enero de ese año- en una lid en la que los peruanos habían ofendido los emblemas nacionales chilenos y humillado su nación. Falsa y tardía reacción de la prensa chilena: falsa porque el partido en Lima se desarrolló con total normalidad y tardía porque tras desarrollarse dicho encuentro la prensa chilena no protestó; de hecho, no hubo una sola queja al respecto. Sólo lo recordaron en la víspera de la revancha, cuando la clasificación estaba en juego.

Entonces vino todo lo demás, una potente psicosocial se desplegó en Chile bajo la consigna “les quitamos el Huáscar, les quitamos Tarapacá y ahora les vamos a quitar el mundial”. Los medios chilenos clamaron a los cuatro vientos que lo que estaba en juego era el honor nacional mancillado en Lima. El resultado, los jugadores peruanos agredidos físicamente antes y después del match, impedidos de dormir por una vigilia hostil frente a su hospedaje y un score contundente, obtenido por la razón pero también por la fuerza: ganó Chile 4 a 0 y se clasificó al mundial.

Lamentablemente, esta agresión obtuvo respuesta peruana dos años y medio después, en marzo de 2001, cuando al combinado chileno le tocó visitarnos. Entonces los diarios deportivos peruanos llamaron a la revancha, a devolver el “cariño” y así se hizo, vigilia hostil contra los futbolistas chilenos frente al Hotel Meliá, agresión al autobús que llevaba a los jugadores al estadio y triunfo peruano, también con más argumentos que los estrictamente futbolísticos: 3 a 1.

Aunque varios colegas me comentan que el rebrote de la rivalidad peruano-chilena, bastante ausente en los años ochentas y parte de los noventas, se debió al fin de la guerra interna, yo no he dejado de preguntarme si el 12 de octubre de 1997 tuvo algo que ver. Me he preguntado si el antagonismo que menguó en la llamada “década perdida” no se deslizó de nuevo hacia el presente a través de los pasquines deportivos y de allí saltó a la política cuando Alejandro Toledo y Ricardo Lagos, encontraron en el “tete a tete” bilateral una entretenida manera de desviar la atención.

El martes se perdió en Santiago, pero lo que se perdió fue sólo un partido de fútbol. Ojalá que de aquí en adelante las prensas deportivas de ambos países recuerden más seguido al Combinado del Pacífico de 1933 y que los gobernantes de ambos estados encuentren en el deporte una fórmula más para el acercamiento y la reconciliación.

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