Estimados amigos:
Me es grato compartir con Uds. la importante replica del Dr. Juan Carlos Herrera Tello a mi artículo LA RECONCILIACIÓN CON CHILE. Por una cuestión de coherencia con el orden de aparición de ambas notas, he colocado la susodicha réplica inmediatamente después de mi artículo.
Quiero aprovechar la oportunidad para agradecer al Dr. Herrera por sus aportes y observaciones a mis planteamientos
Cordialmente
Daniel Parodi Revoredo
Por: Daniel Parodi R.
Las declaraciones del Canciller Rafael Roncagliolo al diario chileno El Mercurio reflejan el buen momento de las relaciones peruano-chilenas. El concepto de política integral que ha planteado nos parece más potente que el de “las cuerdas separadas”, pues suscribe la premisa de que entre ambos países existe una complementariedad económica que debe potenciarse en el futuro. También saludamos su afirmación de que la demanda ante la Haya es la última discrepancia entre el Perú y Chile, y que se trata de una cuestión que sólo le compete a ambos estados.
La reconciliación viene junto con el perdón
El Canciller ha referido, además, la especial coyuntura que generará el fallo de la Haya y ha comentado que le planteará a Alfredo Moreno, su homólogo chileno, la necesidad de prepararse juntos para dicho escenario. Considera Roncagliolo que el fallo contribuirá a cerras las heridas del pasado, tanto como lo hará la certeza de que acontecimientos aciagos del pasado no volverán a repetirse. Es sobre este último aspecto que quisiera ofrecer algunos alcances.
Eventualmente, el fallo de la Haya puede favorecer la cicatrización de viejas heridas, pero es insuficiente para superar el trauma dejado por la Guerra del Pacífico. Por ello es preciso prepararse para el fallo de la Haya y prepararse, también, para después del fallo de la Haya. El primer caso supone capear las eufóricas reacciones que emergerán de los sectores nacionalistas de ambas sociedades, así como lograr la inmediata ejecución de la sentencia, pues su aplazamiento avivará más las susceptibilidades. El segundo implica hacer del veredicto un hito histórico para la integración y el punto de quiebre con un pasado signado por la desconfianza, la aspereza y el recelo. Entendido así, el fallo debería constituirse en el lugar de la memoria inaugural de una nueva etapa en las relaciones peruano-chilenas. Esta es, pues, una oportunidad única de cerrar las heridas del pasado y colocar aquellos malos recuerdos en posiciones periféricas de nuestra memoria colectiva.
El tema, no obstante, dista de ser sencillo; de por medio está la Guerra del Pacífico y las secuelas que ella ha dejado, las que no se resuelven con fáciles vueltas de página o expedientes del olvido. Pensamos, más bien, que la cancillería peruana debe promover la ejecución de una política bilateral del perdón y de la reconciliación, la que es condición sine qua non para lograr el histórico cambio de giro, que, en el papel, ambos gobiernos anhelan.
Ciertamente, la Guerra del 79 será la cuestión más compleja en la negociación de dicha política pues sobre la referida conflagración circulan versiones contradictorias que se corresponden con las visiones de cada país. Sin embargo, aquel conflicto fue una expedición militar chilena sobre el Perú y Bolivia, que implicó su invasión y desmembración territoriales, con la natural secuela de memorias conflictivas, malos recuerdos y resentimiento. Es sobre este tema que la colectividad peruana espera un pronunciamiento chileno, el que puede propiciarse dentro de la actual atmósfera de cooperación.
La política referida debe promover también los gestos amistosos, como la devolución del patrimonio sustraído durante la guerra o la conmemoración conjunta de sus principales batallas, como lo hicieran Kohl y Mitterrand para el caso franco-alemán. Asimismo, será importante destacar acontecimientos positivos del pasado, como lo fue la defensa conjunta de las costas sudamericanas durante la Guerra con España de 1865 y 1866.
Ciertamente, la reconciliación es sólo un aspecto de la relación bilateral. En otras latitudes, las políticas del perdón han ido siempre de la mano con la integración socio-económica y política. Sin embargo, el cierre de las heridas del pasado es fundamental porque atañe la subjetividad de dos colectividades cuyas autoridades parecen querer acercar. De la perseverancia en los objetivos anunciados, y de la sinceridad y transparencia de los actores dependerá el resultado.
P:D Publicado el día de hoy en el Diario La República
REPLICA DEL DR. JUAN CARLOS HERRERA
En el interesante artículo del historiador Parodi, del 15 de setiembre
último en el diario “La República”, manifiesta una serie de ideas las mismas
que me permito decir en mi modesta opinión no son concordantes con la
realidad, sino más bien fundadas en los buenos deseos. Entre ellas
encontramos:
*1) **“el fallo de La Haya puede favorecer la cicatrización de viejas
heridas, pero es insuficiente para superar el trauma dejado por la Guerra
del Pacífico.”*
El Fallo de La Haya, no cicatrizará nada, porque este proceso internacional
solo está encaminado a culminar un aspecto que no es secuela de la guerra de
1879, y que nace por la interpretación de dos acuerdos internacionales uno
de 1952 y otro de 1954, los mismos que no tienen nada que ver con el Tratado
de 1929 que cierra la frontera terrestre después del incumplimiento del
Tratado de Ancón. Por otro lado, el señor Parodi generaliza a estigmatizar a
la sociedad peruana de estar traumatizada por lo sucedido en 1879, esto no
es así. El “trauma” como tal no existe, salvo en sectores ultranacionalistas
que creen que los Tratados internacionales debemos cambiarlos para recuperar
territorios. El Perú firmó en 1929 un Tratado y Protocolo con lo que le dio
fin al conflicto de Tacna y Arica, y nunca hemos puesto los peruanos en tela
de juicio aquel acuerdo. Los traumatizados son otros, que están allende la
cordillera y que los acuerdos que firman los niegan en todo los sentidos, no
obstante haber recibido concesiones, ferrocarriles y dinero.
*2) * *“es preciso prepararse para el fallo de La Haya y estar listos,
también, para después del fallo”.*
Esta interesante conclusión que nos presenta el historiador Parodi, es algo
que atañe netamente al gobierno actual, el mismo que debe tomar las medidas
acuerdo a su soberanía adoptará las medidas adecuadas.
*3) **“**el fallo debería constituirse en el lugar de la memoria
inaugural de una nueva etapa en las relaciones peruano-chilenas. Esta es,
pues, una oportunidad única de cerrar las heridas del pasado y colocar
aquellos malos recuerdos en posiciones periféricas de nuestra memoria
colectiva”*
El fallo de La Haya se constituirá en un hito importante entre los dos
países, porque ambos acataran sus disposiciones. Así también las heridas del
pasado se encuentran cerradas desde hace tiempo, exactamente desde 1929
cuando terminó el conflicto por Tacna y Arica, hablar de heridas hoy, no
solo es fábula sino además una pésima acción de hacernos creer que lo que
sucedió ayer sigue ocurriendo ahora. Además mientras existan bibliotecas e
investigadores del pasado y se escriba sus acontecimientos, aquella memoria
volverá y no podrá olvidarse.
*4) **Pensamos, más bien, que la cancillería peruana debe promover la
ejecución de una política bilateral del perdón y de la reconciliación, la
que es condición sine qua non para lograr el histórico cambio de giro.*
Los peruanos y en especial nuestra Cancillería no debemos de promover nada,
de acuerdo a los Tratados vigentes es todo cuanto se puede hacer para seguir
adelante, y qué mejor que respetar aquellos acuerdos como base de la
seguridad y paz permanentes. ¿Debemos pedirle a Chile que nos acerquemos
para que ellos nos pidan perdón? ¡No!, seamos dignos. Chile se sintió
ofendido cuando Bolivia violó un Tratado de Límites, luego para ello contó
con la alianza del Perú establecida desde 1873 por un Tratado secreto y tuvo
que guerrear con ambos para hacer prevalecer lo que ellos creen su derecho a
defenderse. El Perú de acuerdo a sus fuentes estuvo al lado de su aliada
cumpliendo el pacto que lo ataba a ella, porque había la probabilidad, que
Bolivia después se alíe con Chile y nos atacara, luego soportamos en
solitario todo el peso de la guerra, para finalmente tener que suscribir una
paz con mutilación territorial. Los perdones y reconciliaciones se dan
cuando los recuerdos, llámese trofeos, banderas etc., son devueltos y no son
materia de exhibiciones ni fabulas de cómo fueron obtenidos. Ejemplos de eso
hay en todo el mundo, hasta en nuestro propio continente como lo que
aconteció contra el Paraguay.
*5) **“aquel conflicto *(la guerra de 1879)* fue una expedición militar
chilena sobre el Perú y Bolivia, que implicó su invasión y desmembración
territoriales, con la natural secuela de memorias conflictivas, malos
recuerdos y resentimiento. Es sobre este tema que la colectividad peruana
espera un pronunciamiento chileno,”*
La verdad que el conflicto fue una guerra, no se puede minimizar a una
expedición militar de un solo país. El Perú se defendió como podía ante la
huida del aliado a sus alturas, después de perdidas las batallas no quedó
otra cosa que capitular en Ancón donde perdimos la provincia de Tarapacá.
Todas las secuelas de la guerra no son pues por culpa del Perú, todo ello
deviene por el incumplimiento del Tratado de Ancón, el mismo que duró más de
40 años, ante la persistencia chilena de quedarse con Tacna y Arica (además
de Tarata). Peor aún que el fallo arbitral del Presidente de los EEUU le
había dado en parte la razón a Chile, posteriormente la Misión Lassiter
destruyó la tesis chilena ante la realidad de los acontecimientos que el
representante del árbitro encontró. No es pues que el Perú deba pedir
también perdón por algo de lo que no es responsable y que más bien por
acciones de Bolivia y Chile (ferrocarril de Arica a La Paz) perdiera la
provincia de Arica.
La colectividad peruana no espera nada de Chile, más que cumplir los pactos
que suscribe, dicho cumplimiento es la seguridad de que podemos seguir
adelante en paz, sin contradicciones, solicitar, pedir, procurar acciones de
Chile solo demuestra la falta de personalidad de un Estado ante el contexto
de las demás naciones del mundo.
Carmen McEvoy ha presentado recientemente un texto basado en fuentes
exclusivamente chilenas, “Guerreros Civilizadores” es pues una forma de cómo
el Estado chileno tiene permeabilidad con los peruanos a investigar su
historia y su posición, ése es el camino a la integración, y no solicitar
perdones ni propiciar entrega de trofeos, que nos hacen menos dignos de
nuestra historia.
Al no ser esta la primera vez que escribo sobre un artículo del historiador
Parodi, no se crea que no comulgo con algunas de sus proposiciones, más bien
creo que coincidimos en lo que ha acontecido con el traslado de los restos
de Miguel Iglesias donde, con estilos diferentes, llegamos a una misma
conclusión
Dr. JUAN CARLOS HERRERA TELLO
(*) Abogado
15 septiembre, 2011 at 2:02 pm
Primero.
Qué credibilidad se puede asignar por Chile a la expresión formulada por el Canciller Roncagliolo acerca de que el litigio planteado ante La Haya es la “ultima discrepancia” de Perú respecto de Chile. La pregunta es pertinente tomando en consideración que ya en 1999 al suscribirse las Actas de ejecución del Tratado de 1929, el canciller peruano Fernando de Trazegies manifestó que con ello se ponía fin al último litigio o tema pendiente entre Perú y Chile; expresión que guarda coherencia con lo escrito por otros cancilleres peruanos como Eduardo Ferrero Costa, o lo que Edgardo Mercado Jarrin había escrito sobre los temas limítrofes pendientes de Perú, en su libro “Geopolítica del Tercer Milenio”, o en su artículo de 1992 de la revista Nueva Sociedad, “Perú. El nuevo rumbo hacia sus vecinos”, en los cuales trata detalladamente los conflictos limítrofes que Perú mantiene pendiente, y que tratándose de Chile dice relación únicamente con lo pendiente del Tratado de 1929, sin mencionar, ni de pasada, que esté pendiente la delimitación marítima, tema al que tampoco se refiere en su ponencia como Canciller, titulada “Soberanía marítima: Fundamentos de la posición peruana”.
sigue …
15 septiembre, 2011 at 3:53 pm
Segundo
Cuál es el tema que se discute ante el Tribunal de la Haya, el objeto de la controversia entablada por Perú en contra de Chile, la Guerra del Pacífico o la delimitación marítima entre ambos estados? La respuesta está en el propio título de la demanda entregada por Perú en enero de 2008 “Caso concerniente a la delimitación marítima entre la republica de Perú y la República de Chile”, en cuyo punto I “materia de la controversia” se señala “la controversia entre el Perú y Chile está referida a la delimitación del límite entre las zonas marítimas de los dos estados en el Océano Pacífico …”, y en cuyo punto II “Los hechos” se señala “ Las zonas marítimas entre el Perú y Chile nunca han sido delimitadas ni por acuerdo ni de alguna otra forma …” ( si esa afirmación fuera cierta, entonces Perú no habría redactado ni suscrito el Convenio de 1954 en cuyo Considerando se deja por establecido, como hecho cierto, que se viola la frontera marítima entre los estados vecinos, Chile Perú y Ecuador Perú; pues para que ese fenómeno se haya podido producir, en ambas fronteras como se señala, es requisito indispensable que previamente haya existido un límite, una línea que los pescadores cruzan sin permiso, dando lugar a la violación y la correspondiente sanción). Dicho lo anterior, como es posible que una sentencia de La Haya, sobre esta materia, si existe o no existe delimitación marítima entre Chile y Perú, pueda cicatrizar heridas que de acuerdo a lo señalado tienen su origen en la Guerra del Pacífico, cuando a lo menos formalmente el litigio no versa sobre esa guerra, y las autoridades peruanas niegan que tenga que ver con ella y con la posibilidad de que se plantee otorgar a Bolivia un corredor al Norte de Arica.
sigue….
16 septiembre, 2011 at 3:00 pm
Tercero.
Respecto de lo que se denomina “política del perdón y la reconciliación”, si ese es el tema que Perú desea tratar con Chile, que Chile le pida perdón, entonces Perú debe estar dispuesto a excusarse por su comportamiento en lo que dice relación con la Guerra de 1879, con la promoción del Tratado de 1873, cuyo objetivo es Chile, como lo admite el embajador peruano Irigoyen al canciller argentino Tejedor (quien lo califica de tratado ofensivo), con el apoyo otorgado a Bolivia, estado que violaba un tratado de límites, el de 1874, en perjuicio de Chile, y que se negaba al arbitraje, Daza remueve a su canciller Martin Lanza, por el mero hecho de aceptar la propuesta chilena de negociar, y lo reemplaza por Serapio Reyes quien declara la guerra a Chile en marzo de 1879. La guerra, el proceso que desencadena Bolivia declarándosela a Chile, consiste precisamente en el uso de los medios navales y terrestres para neutralizar a los del adversario y luego poner fin al conflicto, la neutralización de las fuerzas enemigas se llevará a cabo en el lugar que mejor convenga a dicho fin, pudiendo ser, por tanto, en territorio propio o enemigo. Salvo el caso del zar ruso Alejandro, enfrentado a Napoleón, la regla general muestra que los estados, una vez que se ven enfrentados a la guerra, optan por desplazar sus fuerzas al territorio enemigo, a fin de evitar que las secuelas de la misma afecten a sus nacionales; por lo que en ese sentido la conducta de Chile no hace excepción ni constituye caso aislado en la Historia Universal.
Atentamente.
18 septiembre, 2011 at 12:43 pm
señor Marcelo Contardo: la list es larga y no exhaustiva:1)la expedicion Lynch de "merodeo" con cobro de cupos exorbitantes, destruccion de ingenios de axucar usando dinamita,&&&; 2) el incendio de Mollendo;3) el incendio de Chorrillos y el incendio "preventivo" de Barranco: 4)el desamntelamientoy envio a Chile de las instalaciones culturales y las industriales modernas de Lima y Callao;5) los "malones" a los pobladores indigenas de la sierra con exigencia de "doncellas"; la destrucicion de Chupaca e incendio de varios pueblos del valle del rio Mantaro en la sierra, el incendio de los pueblos situados en la quebrada del rio Rimac ( los 7 pecados capitales) como lllamaban los corresponsales chilenos a dichas poblaciones. Los saqueos previos a pueblos indefensos por la expedicion Letelelier (ver Ahumada Moreno), el incendio de la iglesia y part del puebo de Lunahuana, etc. A los saqueos de Lima y Callao les dedico capitulo aparte siguiente.
18 septiembre, 2011 at 7:01 pm
Sr.Marcelo Contardo: (2) Los saquos en Lima: fue idea de benjamin Vicuña Mackenna y de otros politicos chilenos prominentes ear debilitar al Peu de manear tal que nunca pudiera levantar cabeza ni rivalizr con Chile. Para eso, saquearle sus bienes culturales, cienticos e industriales era fundamental. Por ello, se llevaron a Santiago la Bibkioteca Nacional; Vicuña Mackenna y sus agente de llevaron el archivo de correspondencia del periodo 1826-1844 de los presidentes y caudillos militares(que estan en el Archivo Nacional de Chile) asi como documentacion colonial. En materia cientifica se llevaron la biblioteca y aparatos de la Escuela de Ingenieros; la Factoria de Bellavista (Callao) con maquinaria que permitia reparar las averis mecanicas mas serias de los vapores de esa epoca, y no existia una igual en Chile; la maqinaria de la Escuela de Artes y Oficios que permitia hacer carinteria metalica y algunos aparatos mecnicos de metal; y aunque parezca pueril, muchas de las plantas del jardin botanico, amen de monumentos de parques publicos que hasta ahora aparecen como provenientes de Lima 1881 en las guias Turistel ce Chile 8ej. parque Victoria de Valparaiso. Y esta lista no es exhaustiva..¿ahora que ha hecho Chile al respecto?