Estimados lectores:

Tengo el agrado de reproducir el interesante comentario de mi amigo Javier García – de los tiempos escolares- acerca de mi artículo sobre la elección de Sebastían Piñera. La agudeza de sus críticas ha motivado su publicación en una nueva entrada, la que acompaño con una respuesta mía. Aprovecho pues la oportunidad para saludar a los foristas de Palabras Esdrujulas por la altura y nivel que han manifestado en sus intervenciones.

Saludos muy cordiales y como siempre muchas gracias

Daniel Parodi Revoredo

Querido Daniel

He leído tu artículo acerca de Piñera. Lo considero interesante, sin embargo, tengo varias críticas acerca del enfoque que le das.

Empiezas tu artículo comentando que hace 20 años abrigabas la esperanza que los pueblos peruano y chileno limasen asperezas y enrumbasen hacia su reconciliación. Pero ¿por qué desde hace solamente 20 años? ¿Quieres decir desde que Pinochet dejó el poder? Según tu teoría entonces, ¿la no reconciliación entre peruanos y chilenos se debió a la gestión de Pinochet o en todo caso éste la impidió? No estoy de acuerdo ya que en esa época, del golpe de estado de Pinochet, había planes de guerra por parte del Perú. Los que no queríamos reconciliación, en esa época, éramos los peruanos y no los chilenos.

Continuas tu artículo describiendo lo que pasó en los sucesivos gobiernos democráticos chilenos y das sinceramente la impresión que si no hubo o no hay reconciliación es porque los gobiernos de turno sucesivos en Chile no han querido dar el paso para ello sin comentar nada acerca de la posición peruana (en una relación siempre hay dos). ¿Los peruanos queremos realmente la reconciliación? Mi respuesta es NO. NO porque cuando escuchas a un general del ejército, y no cualquier general, el mismísimo comandante general del ejército del Perú, tratar a los chilenos en un video que salió a la luz con desdén propio de un resentido social y muy lejos del comportamiento que debería tener una persona que porta ese uniforme, cuando el presidente del Perú trata al país en cuestión de republiqueta, cuando un candidato presidencial que llegó a la segunda vuelta junto a Alan García con mucho apoyo popular, Ollanta Humala, es un antichileno declarado.

No ocultemos la verdad: la mayoría de peruanos es antichileno y somos nosotros los que no queremos reconciliación. No leo ninguna autocrítica en tu artículo, Piñera no podrá hacer nada ni a favor ni en contra de lo que ya está establecido, a lo más comprará más armas y están en su derecho. Por el contrario, la crisis está en el Perú. En vez de preocuparse de la Historia de Chile, yo me preocuparía más por la Historia del Perú. Si se sigue enseñando la historia como nos la enseñaron a nosotros, no me extraña que el sentimiento antichileno siga en la memoria de nuestros niños y jóvenes. Hasta ahora tengo en mi mente el resentimiento que un maestro de nuestra escuela tenía contra los chilenos y eso, más de 130 años después de la guerra es inconcebible.

Entiendo que hayas querido presentar lo que pueda hacer Piñera en lo que concierne a las relaciones bilaterales, pero la impresión que dejas es otra, la de achacar la responsabilidad de los problemas peruano-chilenos exclusivamente a los chilenos.

Un fuerte abrazo querido amigo.

Javier

Querido Javier:

Saludo una crítica tan aguda a la vez que respetuosa y alturada. Estoy de acuerdo en que mi artículo carece de la necesaria autocrítica del proceso peruano en el marco temporal que desarrollé (los últimos veinte años). Ciertamente, hubiese sido deseable un enfoque comparativo que desarrollase la evolución de las políticas en Perú y Chile sobre la temática en cuestión

No obstante, discrepo contigo cuando cuestionas el “exceso de memoria” peruano sobre la Guerra del Pacífico. Este existe, que duda cabe, pero no es un tema unilateral como sugieres. Así por ejemplo, la reconciliación franco-alemana se hizo realidad debido a que los estados interesados firmaron el tratado de los Elíseos que supuso la aplicación de una serie de políticas del perdón y la reconciliación.

Sobre estos particulares estimo que ambos estados, el peruano y el chileno, están lejos de forjar una coyuntura propicia. Alemania, por ejemplo, le ha pedido perdón a las diferentes comunidades a las que infringió daño en la Segunda Guerra Mundial. Es que las heridas dolientes del pasado sólo cicatrizan así.

Sobre los exabruptos de autoridades peruanas que refieres, estos son lamentables, pero ojo que también los ha habido de la otra parte, como el caso de los ministros Foxley y Grozni, que incluso fueron vacados por Bachelet hace un año por esa razón. Además, la presentación de una demanda ante la Haya parece la manera “civilizada” de dirimir diferencias –no lo parecen tanto las guerras y carreras armamentísticas- por lo que sería muy deseable que el fallo –el que fuere- sea aceptado y cumplido por las partes involucradas.

En todo caso, en este mismo blog, aparece el artículo nacionalismo peruano-nacionalismo chileno, en el que se desarrolla algunas de las temáticas aquí planteadas. Adjunto link.

http://blog.pucp.edu.pe/media/avatar/511.pdf

Un abrazo muy cordial

Daniel

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