El pasado miércoles 22 de febrero se celebró el 117 aniversario del natalicio de Víctor Raúl Haya de la Torre, líder y fundador de la Alianza Popular Revolucionaria Americana, el partido político de más gravitación en el siglo XX peruano. En la década de 1920, las ideas germinales de Haya marcaron el rumbo político de América Latina. Su deslinde con el comunismo ortodoxo, y la elaborada ideología a través de la cual lo sustentó, sirvieron de inspiración para decenas de partidos latinoamericanos, como la Acción Democrática venezolana, el MNR boliviano y Partido Socialista de Chile.
Víctor Raúl, joven
Sucintamente, Haya observó la tesis de Lenin, quien sostenía que el Imperialismo era la última etapa del capitalismo. Para Haya, la premisa leninista era aplicable a la realidad primermundista en la medida en que sus potencias se convirtieron en imperiales, tras desarrollar el capitalismo industrial. En Latinoamérica, decía, el imperialismo es la primera etapa del capitalismo pues éste se presenta bajo aquella modalidad.
De esa tesis Haya desprendió el argumento de que Latinoamérica debía seguir su propio camino, distinto al de la URSS, que desde la revolución de 1917 había convertido al socialismo en alternativa frente al capitalismo. Postuló, además, que la justicia social debía alcanzarse en democracia, a través de la conformación de un frente único que incluyese, además del proletariado y el campesinado, a las clases medias, intelectuales, profesionales y estudiantiles.
Otro aporte fundamental de Haya de la Torre es su comprensión de que América Latina debía entenderse con el gran capitalismo pues sus inversiones y tecnología son fundamentales para impulsar el desarrollo económico y, a través de él, lograr la justicia social. Para Haya, ser de izquierda democrática implicaba negociar de igual a igual con el imperialismo a través de la unión latinoamericana y, en el frente interno, aplicar un programa reformista encaminado a la conquista de derechos laborales y políticos, así como a la eliminación de las grandes desigualdades socioeconómicas del continente. Hoy, 117 años después de su natalicio, izquierda y derecha son dos posturas para encarar la concurrencia del Estado a un sólo modelo de economía abierta; es decir, la realidad contemporánea ha alcanzado el estadio que él imaginó.
A la luz del tiempo transcurrido, creemos que la trayectoria de Haya tiene que historiarse más y politizarse menos. Concluidos los tiempos de la Guerra Fría y los de la violencia política del siglo XX, debemos comprender que el APRA de los viejos tiempos y su líder-fundador son ya patrimonio de nuestra historia y, como tales, nos pertenecen a todos.
Publicado hoy en Diario 16
21 mayo, 2013 at 3:52 pm
Amigo Daniel Parodi, he estado revisando su blog y encuentro discusiones interesantes sobre el aprismo, haya, mariátegui, etc. etc. Una cosa que me llama la atención es que veo de forma recurrente en sus textos una actitud de permanente defensa/justificación de Haya y del Apra: cada vez que hay alguna observación, crítica o cuestionamiento a la trayectoria de este partido o a la de su desaparecido jefe, hay una actitud de responder y desbaratar a los argumentos críticos con tal de dejar bien parados a los referidos. Siempre salen indemnes, se buscan atenuantes y
quedan más o menos bien jusitificados. Un argumento suyo que veo que recoge de los políticos arrinconados (por alguna denuncia de corrupción o cuando son pescados en algo inocrrecto) es la tesis de la politización. Usted dice que hay que historiar a Haya y no politizarlo, dando a entender que existe una bibliografía sobre él "politizada", del que el libro de Manrique sería el mejor ejemplo, supongo. Me intriga ese concepto de "politización". Estoy casi seguro que lo usa en el mismo sentido que el usado por los políticos en problemas. ¿La tesis de Raúl Haya sober los virajes apristas también está "politizada"? Cualquiera podría decir, con igual legitimidad, que la defensa que usted hace de Haya responde a una actitud "politizada". ¿Se da cuenta? No sé si la idea sea que para escribir sobre Haya no hay que tener pasado (o presente) izquierdista. ¿Por qué el texto de Manrique está "politizada" y no, por ejemplo, los textos de Cossio del Pomar o las respuestas que ustede le ha hecho a Manrique, por ejermplo, cuando usted dice que él se ha rectificado, pero se ve que no es así? En fin, hay más que conversar. Lo dejo aquí por ahora.