“Perú y Chile deben anunciar juntos el fallo de La Haya”
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Daniel Parodi, foto de hoy en Diario16
Daniel Parodi es Máster en Humanidades de la Universidad Carlos III de Madrid, y Licenciado en Historia en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Actualmente es catedrático de Historia en esa casa de estudios y en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas, además de columnista en diario16. Como especialista en la Guerra del Pacífico y las relaciones internacionales entre el Perú, Chile y Bolivia, Parodi es voz autorizada en temas como el diferendo marítimo, las fronteras y los tratados entre nuestras naciones. También es uno de los principales promotores de lo que ha llamado ‘la reconciliación peruano-chilena’. Sobre ese y otros temas pendientes con nuestro vecino país del sur conversamos con el historiador.

-Usted se ha abocado a buscar la reconciliación peruano-chilena. ¿Es la Guerra del Pacífico el origen de la confrontación entre ambas naciones?
El tema de fondo es la Guerra del Pacífico: el hecho en sí y el manejo posterior que se le dio en cada uno de nuestros países, el cómo se escribió la historia. Como todo suceso doloroso en la vida de alguien, se puede superar o a la larga convertirse en un hecho traumático. Chile y Perú reprodujeron esa guerra de maneras distintas. En Chile, país muy nacionalista, se tomó la victoria con orgullo, con un sentimiento de superioridad. No olvidemos que ellos sienten que por muchos años representaron en Sudamérica la idea de una nación occidental, en abierta confrontación con la ‘barbarie’ del resto de la región.

-¿Y el Perú?
En el caso de nuestro país, al perder una guerra que no iniciamos, en la que fuimos agredidos y se ocupó parte de nuestro territorio, por supuesto que se tomó con resentimiento. Entonces la relación entre ambos es por parte de ellos la certeza de que no tienen nada que reconocer o que admitir. De parte nuestra la idea de que hay un tema no solucionado. Nos es difícil ponernos unos en los zapatos del otro, la lógica del discurso histórico ha sido siempre nacionalista y confrontacional.

-¿Y qué tan presente está ese tema en el diferendo marítimo que se juzga en La Haya?
La cuestión de La Haya no es la prolongación de la Guerra del Pacífico. El Perú ha demandado con ímpetu sus derechos ante la ley internacional, y Chile ha aceptado la demanda a regañadientes, pero la ha aceptado. La Corte Internacional es un organismo totalmente imparcial, con jueces muy capaces. También, ambos países hemos puesto lo mejor que tenemos desde las cancillerías. Solo queda confiar en la justicia del fallo que emitirá un ente independiente.

-Usted ha comentado que lo más probable es que la Corte de La Haya emita un fallo dividido, en el cual el Perú obtendrá una parte de lo que reclama y Chile otra. Ahora, la posición peruana reclama la división de la frontera marítima con una línea equidistante, la misma área para ambos países; y Chile considera que su área es mayor, en desmedro nuestro. ¿Esto quiere decir que es probable que perdamos de todas formas una parte?
En forma puede parecer que sí, pero en el fondo no. Cuando se firma el Convenio sobre Zona Especial Fronteriza Marítima de 1954, que ellos esgrimían como el definitivo, como el que delimita nuestra frontera marina, estábamos envueltos en el tema de las 200 millas, que era un reclamo de varias naciones, entre ellas Chile, Ecuador y Perú. Cuando se gana ese derecho de tener el dominio hasta 200 millas mar adentro todo se centra en el gran logro, y no se le presta mucha atención al tema limítrofe entre las naciones.
Según Chile, el paralelo es la referencia para el límite de mares, y en la práctica esa ha sido la demarcación de la frontera marina durante décadas, así ha funcionado hasta los años ’80.

-Y después…
En 1985 nos percatamos de que no había una delimitación formal, aunque sabemos que Chile siempre consideró que era el paralelo. Por eso creo que cualquier fallo de La Haya significará un avance para el Perú y un retroceso para la posición de Chile. Pero cuidado, hay que tomar eso sin soberbia, sin orgullo innecesario.

-Somos bien ‘buena gente’, ¿no? Chile reclama por lo que le corresponde y más, mientras nosotros pedimos solo lo justo para ambos países. ¿No le deja eso la sensación de que los otros países siempre ‘nos atrasan’?
Bueno, muchos países tienen discursos históricos quejumbrosos. Efectivamente, siempre se ha considerado que a lo largo de los años se nos ha recortado el territorio, pero lo mismo pueden sentir en Ecuador y Bolivia, es una percepción. En el caso de Chile, ellos no han perdido territorios, más bien los han ganado. Un ejemplo de percepción: Tras la Declaración de Paz de Itamaratí, que puso fin al conflicto del Cenepa, en Ecuador celebraban como si hubieran ganado, cuando la realidad era que había prevalecido la posición del Perú, que pedía respetar las fronteras establecidas en el Tratado de Río de Janeiro. Pero los ecuatorianos igual celebraban.

-No debe haber triunfalismos.
Yo creo que una victoria en la Corte de La Haya, así sea parcial, debe servir de punto de inicio para restablecer los lazos con Chile, no para alejarnos ni para triunfalismos inútiles. Tenemos posibilidades económicas, la Alianza del Pacífico (Perú, Chile, Colombia y México) que quiere explotar el comercio, a partir de allí se puede sustentar una reconciliación entre nuestras naciones.
-Precisamente el Canciller Roncagliolo ha pedido “promover un clima de tranquilidad y confianza en la ciudadanía” antes y después del fallo. Usted habla de “evitar que las poblaciones reaccionen emocionalmente, pero es cierto que habrá un ganador y un perdedor. ¿Qué esperar de Chile ante un fallo contrario a sus intereses?
No podemos dejar los escenarios al azar. Ambas cancillerías deben tener la madurez suficiente para analizar todas las posibilidades de fallo y anunciarlo en conjunto. No se pueden dejar a la suerte las reacciones en cada país, debe entenderse que el fallo, sea positivo o negativo, para Perú o para Chile, puede ser el punto de inicio de nuevas relaciones bilaterales.

-El peor escenario cuál sería.
Me parece que sería que Chile patee el tablero y proteja su posición con su imponente fuerza militar, pero eso es muy improbable. No olvidemos que Chile es pionero en América Latina en temas de política internacional y globalización, fue uno de los primeros países en exportar sus productos al mundo. Una posición belicista, además de situarlos mal en los foros internacionales, le restaría más que sumar: Perú es uno de sus principales destinos para exportación, así como de inversiones. No les conviene. Además, Sebastián Piñera es un hombre de negocios, no es un militar. Confío en que primará el sentido común.

-Hablando de Piñera, ¿cree que su último mensaje, en el que dijo que defenderán ‘su mar’, fue agresivo?
La verdad, cuando oí el mensaje me puse a buscar las reacciones de la prensa chilena frente a ese tema, y nada. Es un momento crítico para Chile, ellos están más preocupados por otros temas, como la gratuidad de la educación. De nosotros, nada. El mensaje de Piñera ha sido un rendimiento de cuentas ante el Congreso, algo que hace cada año, y dentro de ello no se ha tomado ni 10 segundos para hablar del tema del diferendo. Además, ¿qué ha dicho? Que Chile acatará el fallo, y por otro lado comentó que sus fuerzas armadas están listas para defender su soberanía. Eso es algo que, si lo ponemos en boca de Ollanta Humala, tampoco debe tomarse como una declaración de guerra. Es normal que en Chile el tema sea más sensible que para nosotros, nosotros los demandamos y eso no les hace ninguna gracia.

-Usted aboga por la tranquilidad, pero el diferendo marítimo es una tentación para los políticos, en dos países como Chile y Perú, que ahora mismo tienen una coyuntura interna difícil…
Es cierto, un tema así siempre se presta para ser usado como ‘cortina de humo’. En el Perú hoy se vive una tensa calma, con todos los temas pendientes que tenemos internamente, mientras en Chile también hay temas que tienen en jaque al gobierno. Por eso se debe ‘blindar’ al fallo de los apetitos políticos internos de cada país, y eso, repito, es trabajo de las cancillerías, ambos países deben anunciar juntos el fallo. Muchos políticos buscan réditos con temas como estos, hay que tener cuidado. La prensa tiene, por otro lado, la labor de hacer docencia, que la gente sepa, entienda que se trata de un tribunal reputadísimo, honesto, y que nosotros fuimos quienes demandamos a Chile, por lo que debemos acatar el fallo. Allí deberá reconstruirse la relación bilateral, superar los rencores con políticas de la memoria y la reconciliación, y ser capaces de avanzar. Si no logran eso los políticos, habrán fracasado.
Entrevista de Mariano Vásquez, publicada hoy en Diario16

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