¿Qué es la historia? ¿La concatenación de los hechos que ocurrieron en el pasado o la narración que da cuenta de aquellos hechos? ¿Cómo se origina el relato de la historia? ¿Cómo se transforma en el discurso que fija la identidad de una nación?. La Voz de Nuestra Historia, de Eduardo Torres Arancivia, -recientemente publicado por el Fondo Editorial de la UPC- nos acerca a una respuesta peruana a dicha interrogante y nos conduce a un fascinante recorrido por una estación del pasado en donde la voz humana tiene la capacidad de influenciar en la vida cotidiana y en la decisión política.
LA VOZ DE NUESTRA HISTORIA, nuevo éxito de Eduardo Torres
Torres transita un marco temporal más bien amplio – desde el siglo XVI hasta principios del siglo XX- pero encuentra dos pilares que orientan transversalmente su obra: la oratoria religiosa y la oratoria política; en otras palabras, el sermón y el discurso. Es así como el providencialismo católico y el insurgente liberalismo político definen sus espacios de actuación y se confrontan una y otra vez, como ante la agitación ilustrada del siglo XVIII o la guerra de la Independencia de principios del XIX.
En la tercera parte de su trabajo, Eduardo Torres analiza los discursos político y religioso que se proclamaron durante la Guerra del Pacífico. En estos pasajes de su obra, Torres se anima a explicitar su posición frente a la actuación de los oradores, a quienes critica por azuzar a las masas y prometer un triunfo militar imposible: “Desde el Presidente (…) hasta el más común diputado, todos ellos se lanzaron a la palestra para azuzar a la masa y convencerla, sin fundamentos fácticos, de que la victoria sería del Perú”.
Además, Torres recrea un conjunto de autocríticas de la post-guerra que provino de voces ideológicamente antagónicas, como las del clérigo Roca y Bologna y del ensayista Manuel González Prada. Para Roca, la derrota peruana fue una expiación de los pecados cometidos antes de la contienda. Por su parte, González Prada cuestiona con dureza a las generaciones responsables de la tragedia y sentencia que en el Perú “los viejos deben temblar ante los niños”.
Mi única atingencia con Eduardo Torres radica en su posición frente a Miguel Iglesias. Yo coincido con Torres cuando afirma que el colaboracionismo de Montán buscó evitar la guerra de razas que a las élites terratenientes aterraba; pero, precisamente por ello, sostengo que la motivación tras el supuesto sacrificio político de Iglesias fue la defensa de los hacendados y no el advenimiento de la paz.
“La Voz de Nuestra Historia” es un acierto del Fondo Editorial de la UPC en su importante incursión en el mundo de las humanidades y nos muestra a un historiador talentoso que va alcanzando tempranamente su madurez intelectual. Eduardo Torres Arancivia concluye con una pertinente reflexión sobre el presente que es menester considerar en tiempos en los que la estabilidad política y la paz social parecen lejanas utopías:
“Que este libro sirva, entonces, para recordar que hubo momentos en la historia del Perú en que mil palabras podían tener la fuerza avasalladora de un ejército. En Los tiempos actuales, en que los políticos parecen recurrir a lo más elemental del lenguaje, recordemos la importancia que este tiene en un mundo en que la comunicación y la argumentación constituyen la clave para que podamos entendernos en el complicado panorama de nuestra propia diversidad”
Publicado hoy en Diario16
20 junio, 2012 at 3:07 am
No tengo a la mano del texto del señor torres, pero del comentario del profesor Daniel Parodi puedo opinar lo siguiente: a) considero que el conocimiento histórico esta reconstruyendose, hay muchas historias, narradas desde diferentes angulos, como el hecho económico, el político, etc. b) La perspectiva de conocer más sobre nuestra historia a partir de los discursos religiosos y políticos habre nuevas vías para aproximarnos a la historia de nuestro Perú. c) La perspectiva del análisis del discurso, de la argumentación, es una buena entrada .al co
25 junio, 2012 at 1:00 pm
Estimado Dr Parodi: lamento discrepar con sus apreciaciones sobre Miguel Iglesias. Josae Mercedes Puga, cacerista, anti-iglesista combatio a aquel pero murio asesinado.Y los Puga han sido hacendados temimbles hasta al epoca de Odria. Caceres fue hacendado (aunque vendio algunas de sus haciendas para financiar la Campaña de la Breña). Ningun politico peruano queria negociar ni firmar la paz pues eso significaba una muerte politica, y para los politicos de la epoca, sus egos venian antes que el pais. No simpatizo con Iglesias, pero tuvo unatisbo de inteligencia: ´pedir a Chile que enviara al Peru a JA de Lavalle, experimentado diplomatico, quien negocio lo fundamental del Tratado de Ancon, y gracias a el, Tacna regreso al Peru aaños despues. Eso ni lo saben ni lo reconocen los tacneños.El reduccionismo en historia es peligroso y lleva a errores. Atte. MdeA
26 junio, 2012 at 5:16 pm
Estimado Dr. de Althaus:
En dos artículos, publicados en el Diario La República y en este blog desarrollo in extenso mis críticas a Iglesias, le ruego leerlas para seguir la conversación en base a ello.
Saludos muy cordiales, es un gusto tenerlo de nuevo por aquí
Cordialmente
DPR
5 julio, 2012 at 5:10 pm
Estimado Dr Parodi:
recuerdo haber comentado articulos suyos sobre Iglesias. Mas comentarios si cabe: 1) el "grito de Montan" es un textoo que contiene el mismo espiritu de faccion que existia entre muchos politicos peruanos de la epoca;, si lo hubiera fraseado de otra manera dandole mas altura moral; menos dificil hebria sido su tarea; 2) Todo el que firma un tratado de derrota (o armisticio) o lo acepta, se vuelve inmediatamente un blanco de odios. Lo que le paso a F. Ebert, al aceptra el armisticio de 1918 que el no firmo. En 1883 no habia manera de ganar a los chilenos, y ellos quisieron quedarse inclusive con el Dpto, de Moquegua! 3) Ningun politivo perunao queria firmar lo indispensable: un Tratado de Paz en derrota. Los egos antes que la patria. 4) Vla la pena volver a leer las certas del general Iglesias a JA de Lavalle (Revista Historica, tomo 33, años 1980-1982.) Si Iglesias hubiera sido inteligente, habria renunciadoa la Presidencia del Peru despues de ratificado el Tratado. De hecho Lavalle lo firmo, pero renuncio sin esperar su ratificacion..Y axioma: el derrotado no impone un tratadoal pais que lo vencio!
6 julio, 2012 at 7:18 pm
Estimado Dr. de Althaus:
Critico de Miguel Iglesias, más que los contenidos del tratado de Ancón, el haber lanzado el manifiesto de Montán apenas un mes después de las victorias de Cáceres en Concepción, Marcavalle y Pucará; es decir, cuando la resistencia se encontraba más fuerte.
Este acto no significó ningún desprendimiento en araz de la paz como maniqueamente sostiene Basadre -con el respecto que me merece – sino que expresó, como ud. bien dice, una posición faccionalista y además temerosa del levantamiento indigena alrededor de Cáceres. "Primero los chilenos que Cáceres" es la frase que debería decirse y no se dice.
La verdad no entiendo la inspiración de tanto iglesista, Petain en Francia no tiene tantos adeptos.
Ate.
Daniel Parodi Revoredo
10 julio, 2012 at 10:31 pm
Esstimado dr Parodi: la inspiracion de los que entendemos el por que de Iglesias (sin ser "iglesistas") somos las personas que al igual que los diplomaticos peruanos en su mayoria lo han entendido .Ver "osicion Internacional del Peru" de don Albarto Ulloa". Sobre Petain tengo algunas opiniones sobre lo que los franceses pueden pensar de el, habinedo yo vivido y estudiado en Francia dos años.Los franceses son MUY nacionalistas, y es una epoca de su historia que prefieren callar. Los logros de la Resistencia, Jean Mulin, etc fueron ensalzados por De Gaulle quien nunca acepto a Petain. Pero para una mayoria silenciosa que no habla asi nomas, Petain evito la destruciionde Francia por Hitler; no es que lo amen, lo consideran un mal menor: la puerta de un callejon sin salida en su momento.Esas generaciones han muerto, y no creo que las nuvas generaciones hablen del asunto..
10 julio, 2012 at 10:43 pm
Estimado Dr parodi: para ser mejor comprendido, Francia tuvo una guerra atroz, la guerra de Argelia (1954-1962), frnaceses defendiendose y atacando a "musulmanes franceses" (los argelinos) . Una guerra muy parecida a la se SL en el Peru: torturas alpor mayor, ejecuciones extra-judiciales, atentados terroristas terribles, masacres. Jams ha habido una Comision de la Verdad lo que me parece mal. En el 2006 hubo entrevistas periodisticas a dos antiguos oficiales u generaly u oficial que le era subordinado.El general decia que la unica manera de extraer la verdad a los pridioneros era con torturas terribles y como si sobrevivian despues, contarian lo de las torturas, no quedabe si no matarlos esa misma moche, y que no sufria el mas minimo remordimiento por lo que creia haber sido inevitable. El otro oficial, se decia catolico, y vivia con remordimientos y sentidos de culap diarioa a pesar que obedecia ordenes.¡CVR? Nones, ni se lo han planteado: sonmuy nacionalistas.
11 julio, 2012 at 5:05 am
Estimado Dr. de Altahus:
Respecto de su pirmera intervención, debo decirle que apesar de no haber vivido en Francia, he leído mucho en francés sobre el tema y no creo que Petain sea un salvador, ni que el tema se reduzca al nacionalismo de los franceses. Petain es el responsable de la persecusión a los judíos y resistencia franceses durante la ocupación y por ello la imagen que de él ha quedado; aunque sin duda son válidas otras interpretaciones.
REspecto de Iglesias me temo que no llegaremos a ponernos de acuerdo, pero aquello no es obligatorio ni mucho menos.
Su última aclocusión, sobre la CVR, no la he comprendido bien en el contexto de lo que conversamos, le ruego una ampliación si fuese posible.
Muy cordialmente
Daniel Parodi Revoredo