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Agenda pendiente para una mejor regulación de las armas de fuego

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El día de hoy se publica un artículo mío en el Diario Oficial El Peruano. Transcribo el mismo en este post.

aRTÍCULO SOBRE ARMAS

Vanesa Vallejo es una economista neoliberal colombiana que, con extremismo y lógica pedestres, afirma, en el ámbito del uso de armas de fuego (AF), lo siguiente: “Si usted viviera en un lugar muy peligroso y tuviera que poner un letrero en la entrada de su casa, ¿cuál de estos dos elegiría?: ‘Lugar libre de armas’ o ‘Individuos fuertemente armados’”. Concluye luego: “Seguramente todos escogeríamos el segundo, a nadie se le ocurriría pensar que un ladrón o asesino dejaría su arma y haría caso al primer letrero”. En un contexto de inseguridad ciudadana como el que vivimos el debate sobre las AF y su regulación es fundamental; pero con seriedad.

¿Queremos una sociedad en que las AF circulen libremente, sin restricciones?, ¿no nos preocupa su proliferación?, ¿no sentiremos más seguros así? ¿Queremos una sociedad en la que accedan a las AF solo personas que tengan la capacidad legal, física y emocional para usarlas con responsabilidad? La Ley 30299 y su Reglamento son un producto de ese debate, aunque, en mi opinión, quedan aspectos que requieren mejor regulación.

A diferencia de otros países en los que el porte de AF es totalmente restringido (Chile, por ejemplo, donde muy pocas personas pueden portar AF en la vía pública), en el Perú el porte no ha sido regulado de manera explícita. Este punto debe empezar a debatirse, para saber si como sociedad queremos vivir una realidad en la que cualquier persona que tenga AF (como es hoy) pueda portarlas indiscriminadamente, o si, por el contrario, el porte debe ser restrictivo. Mi opinión va por el segundo criterio.

En cuanto a las municiones, se ha hablado mucho sobre las balas dum dum; en realidad, hoy técnicamente este tipo de municiones ya no existe, pero sí las municiones “punta hueca o blanda”, las que se encuentran prohibidas para su uso en conflictos armados. Sin embargo, las normas han abierto la posibilidad de que las utilicen los civiles para su defensa; tendrán legalmente acceso a municiones cuyos efectos son mucho más nocivos que las que pueden utilizar las fuerzas del orden. Contraproducente, pero real y posible por la presión ejercida durante el proceso legislativo. Los usuarios que justifican esta medida cuentan incluso, con visos de nostalgia, la historia de la invención de este tipo de municiones en el contexto de la represión colonial contra las luchas independentistas en la India. Es decir, más allá de la prohibición de estas municiones en el ámbito de confrontaciones entre naciones, se aboga por su uso a nivel doméstico. Pareciera que el Perú, para ellos, sigue siendo una chacra.