La nota publicada por el diario Gestión, en relación con el estudio La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe 2011, de la CEPAL, me parece bastante interesante y elocuente, pues nos muestra que, más allá de la bulla que se genera en los medios de comunicación, el crecimiento de inversiones extranjeras entre los años 2010 y 2011 se dio incluso en países que han tomado medidas cuestionadas por la ortodoxia económica.
CEPAL señala que América Latina y el Caribe recibió 153.448 millones de dólares de inversión extranjera directa (IED) en 2011, lo que constituye un record en cuanto a montos captados por IED. Sin embargo, la CEPAL resalta también que a partir de 2004, la creciente repatriación de utilidades por parte de las empresas transnacionales que invierten en la región, hecho que recuerda que la IED no es un flujo unidireccional. “Las rentas de IED transferidas a los países de origen se han incrementado desde 20.000 millones de dólares anuales entre 1998 y 2003 hasta 84.000 millones de dólares anuales entre 2008 y 2010”, señaló la secretaria Ejecutiva de CEPAL. La misma funcionaria, manifestó que “En este contexto, urge impulsar políticas para orientar la IED y aprovechar sus beneficios potenciales, entre ellos, la transferencia de conocimiento y tecnología, y el incremento de capacidades locales mediante el fortalecimiento de los sistemas nacionales de innovación, la creación de encadenamientos productivos, la capacitación de recursos humanos y el desarrollo del empresariado local“.
Esta realidad (los hechos) debiera ser incentivo suficiente para que se promuevan la mayor cantidad de inversiones extranjeras en el Perú, pero estableciendo condiciones más favorables para nuestro país. Ese es el reto.
Para mayor entendimiento, reproduzco el comunicado publicado en la web de CEPAL:
(3 de mayo, 2012) América Latina y el Caribe recibió 153.448 millones de dólares de inversión extranjera directa (IED) en 2011, cifra que representa 10% de estos flujos mundiales, según un informe presentado hoy por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en Santiago, Chile.
Se trata del mayor monto de IED absorbido hasta ahora por la región, indica el estudio La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe 2011. En 2010 la región recibió 120.880 millones de dólares, mientras que en 2009 la crisis económica internacional hizo caer las entradas a 81.589 millones de dólares. El máximo histórico se había registrado en 2008, cuando los ingresos totalizaron 137.001 millones de dólares.
Los principales receptores de inversión extranjera directa en la región en 2011 fueron Brasil (66.660 millones de dólares, que representan 43,8% del total de flujos a la región), México (19.440 millones de dólares), Chile (17.299 millones de dólares), Colombia (13.234 millones de dólares), Perú (7.659 millones de dólares), Argentina (7.243 millones de dólares), Venezuela (5.302 millones de dólares) y Uruguay (2.528 millones de dólares). De estos países, Brasil, Chile, Colombia, Perú y Uruguay alcanzaron récords históricos.
En América Central los ingresos de IED aumentaron 36% con respecto a 2010 y se destacan los montos percibidos por Panamá (2.790 millones de dólares), Costa Rica (2.104 millones de dólares) y Honduras (1.014 millones de dólares). En el Caribe las entradas subieron 20% en comparación con el año anterior, liderando República Dominicana, con 2.371 millones de dólares.
“A pesar de la incertidumbre que todavía reina en los mercados financieros globales, las economías de América Latina y el Caribe atrajeron importantes cantidades de inversión extranjera directa en 2011, montos que se mantendrían altos en 2012”, destacó la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena.
En 2011, 46% por ciento de los ingresos netos de IED correspondieron a reinversiones de utilidades (el porcentaje restante se dividió entre aportes de capital y préstamos entre compañías), lo cual según el organismo refleja la confianza de las empresas transnacionales y las oportunidades de negocios en la región.
De acuerdo con el informe, esta tendencia, iniciada en 2002, se explica por la magnitud de los activos acumulados por las empresas transnacionales en la región, así como por el aumento de la rentabilidad de estos activos gracias al buen desempeño económico de los países y los altos precios internacionales de las materias primas exportadas.
Sin embargo, la CEPAL resalta al mismo tiempo otro fenómeno que ha cobrado gran relevancia a partir de 2004: la creciente repatriación de utilidades por parte de las empresas transnacionales que invierten en la región, hecho que recuerda que la IED no es un flujo unidireccional. “Las rentas de IED transferidas a los países de origen se han incrementado desde 20.000 millones de dólares anuales entre 1998 y 2003 hasta 84.000 millones de dólares anuales entre 2008 y 2010”, apuntó Bárcena.
El documento señala además que la IED refuerza la especialización productiva de América Latina y el Caribe. En 2011, 57% de la inversión extranjera directa recibida por América del Sur (sin Brasil) se dirigió al sector de recursos naturales, 36% a servicios y 7% a manufacturas. En cambio, 7,8% de la IED percibida por México, el istmo centroamericano y el Caribe se orientó a recursos naturales, 39,7% a manufacturas y 52,5% a servicios. En Brasil, los sectores de manufacturas y servicios recibieron 46,4% y 44,3%, respectivamente, mientras recursos naturales 9,2%.
“En este contexto, urge impulsar políticas para orientar la IED y aprovechar sus beneficios potenciales, entre ellos, la transferencia de conocimiento y tecnología, y el incremento de capacidades locales mediante el fortalecimiento de los sistemas nacionales de innovación, la creación de encadenamientos productivos, la capacitación de recursos humanos y el desarrollo del empresariado local”, enfatizó la alta funcionaria de las Naciones Unidas.
Las inversiones en el extranjero de las empresas transnacionales latinoamericanas y caribeñas, conocidas como translatinas, bajaron a 22.605 millones de dólares en 2011 (en 2010 totalizaron 44.924 millones de dólares). Pese a esta caída, la CEPAL destaca que estas firmas continúan en etapa de expansión.
El descenso, según el organismo, se explica fundamentalmente por el comportamiento de Brasil, donde los préstamos netos desde las filiales en el extranjero a las casas matrices se incrementaron, a la vez que se redujeron los aportes de capital, lo que sugiere que las firmas brasileñas están invirtiendo más en su propio país.
Chile fue el país que más invirtió en el exterior en 2011 (11.822 millones de dólares), seguido por México (9.640 millones de dólares) y Colombia (8.289 millones de dólares).
Según el informe de la CEPAL, la Unión Europea (UE), como bloque, es el mayor inversionista en América Latina y el Caribe. En la última década, la UE invirtió en promedio 30.000 millones de dólares por año en la región, 40% del total recibido. Las inversiones europeas, que se han dirigido fundamentalmente hacia América del Sur, están ampliamente diversificadas y son muy importantes en varios sectores estratégicos, como energía eléctrica y banca.
Entre los principales inversionistas en 2011 se destacan Estados Unidos (18%), España (14%), la propia región latinoamericana y caribeña (9%) y Japón (8%), entre otros.
La CEPAL prevé que en 2012 las corrientes de IED hacia América Latina y el Caribe se mantendrán en niveles altos. No obstante, el organismo advierte que si la crisis en la eurozona adquiere mayores dimensiones se podría revertir la afluencia de inversiones, especialmente europeas.
Debido a esta incertidumbre, y a la atractiva posición de América Latina y el Caribe para las empresas transnacionales, el organismo proyecta que en 2012 las entradas de IED a la región variarán en un rango de entre -2% y 8% respecto de los ingresos de 2011.