(viene del capítulo anterior)
Luis y Juan contaron que habían llegado con un grupo de amigos a la playa esa mañana. Entre ellos, había una amiga suya, Sandra, que se había quedado fascinada con la playa. En la tarde, cuando ya iban a recoger las cosas para volver a la ciudad, se dieron con la ingrata sorpresa que no la veían.
Anderson sintió que debía preguntarles algo más, pero decidió que no era el momento. es dijo a los jóvenes que eso es todo y, mientras ellos se retiran, se queda pensando en las algas. Termina de redactar el informe y se lo presenta al comisario. El viejo jefe lee un poco pero se queda extrañado que el salvavidas no haya seguido con la búsqueda.
“Se ha hecho de noche y eso dificulta encontrarla”, se excusó Anderson con apatía. “Bien, pero espero que retomes las labores mañana temprano”, dijo el jefe y Anderson asintió. Se retiró y se fue a dormir pero no logró conciliar el sueño. “Mañana lo confirmaré todo”, se dijo interiormente y cerrando los ojos.
(continuará)