Archivo por meses: octubre 2017

La puerta que cruzas (capítulo seis)

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(viene del capítulo anterior)

Alfredo se quedó pensando durante algunos días si era conveniente llamar a Nicole. Al final, se dijo que no tenía nada que perder y la llamó. El celular timbró dos veces antes que ella contestara. Alfredo se identificó y ella sonrió cuando oyó su nombre. “Pensé que habías perdido mi número”, fue su gracioso comentario.

“Hay que mantener algo de misterio”, respondió él también riéndose. Luego le preguntó si quería salir a cenar. Nicole aceptó y quedaron encontrarse en el parque cercano a su casa. Con la cita acordada, Alfredo se alistó y luego se despidió de su madre. “No vuelvas muy tarde”, le dijo Arminia en un alegre reproche. Alfredo asintió y fue al garaje para llevarse el auto.

Luego de un rato, el auto ingresó por el parque. Ella lo espera sentada en una de las bancas. Alfredo baja y saluda cortésmente a Nicole. Ambos suben al auto y se dirigen hacia una zona costera. La brisa marina entra por las ventanas mientras avanzan por el camino. Unos minutos después, llegan a un lujoso restaurante.

Sentados en una mesa pequeña mientras esperan que traigan su orden, Alfredo aprovecha para preguntarle por qué ella no quiso que la recogiera en su casa. Nicole hizo una mueca de disgusto, se quedó pensativa unos segundos. “Es por mi madre, piensa que salí con una amiga”, fue su breve respuesta.

(continuará)

Viajero en la noche (capítulo tres)

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(viene del capítulo anterior)

Había llegado un nuevo fin de semana. Memo sale por la puerta de la oficina de lo más despreocupado. Un amigo suyo lo ha invitado a la inauguración de un nuevo bar a unas cuadras de allí y camina darle el encuentro. Finalmente le da el alcance en una esquina.

Gerardo lo saluda con afecto. Es la primera vez que se ven luego de un par de años separados por los compromisos personales de cada uno. Bajan por un par de calles y entran en una espacio amplio. Varias mesas hay por escoger. A un costado, hay una barra donde un barman espera por los clientes.

“¿Qué se les ofrece señores?”, dijo un cortés mozo que se acercó a atenderlos. Ellos pidieron un par de chelas para empezar. “Por la amistad”, dijo Gerardo e hicieron un brindis con el primer sorbo de la bebida. Memo le preguntó a su amigo qué había hecho todo este tiempo que no se habían visto. “Estuve de viaje, un largo viaje”, señaló su amigo con aire de misterio.

(continuará)