En los últimos días, el fiscal Fidel Castro formuló denuncia contra Eva Bracamonte, hija de la asesinada millonaria Myriam Fefer, y su socia y ex pareja Lilian Castro Manarelli. En su argumentación el fiscal dejó abierta la posibilidad de inculpar a otras personas, en especial al abogado Pinkas Flint, que habrían urdido un plan para cometer el complejo crimen que, 3 años después, aún no encuentra un sentenciado.
En declaraciones a los medios, Ariel Bracamonte, el otro hijo de la fallecida, señala a su hermana y a la socia de esta como autora intelectual y cómplice, respectivamente, del homicidio cometido por el sicario colombiano Alejandro Trujillo Ospina. Para esto, se basa en la propia declaración del sicario, los e-mails enviados por la supuesta suegra del colombiano, los movimientos del accionariado de Inmobiliaria Sideral entre su hermana y Liliana Castro y, según él lo más importante, la llamada de dos segundos que Eva recibió desde el celular de su madre la noche de los execrables acontecimientos.
Por su parte, Julio Rodríguez, abogado de Eva, sostiene que en la declaración del sicario, preso en Argentina y en cura de silencio, no hay una mención a la hija de Myriam Fefer, que el nombre de la supuesta suegra de Trujillo Ospina no existe en los registros públicos del país cafetero, que las acciones fueron cedidas por Eva o compradas por Castro Manarelli con parte del sueldo de esta última, y que no fue una sino dos llamadas más, las que no fueron contestadas por la mayor de los hermanos Bracamonte, en un corto intervalo de tiempo.
Si bien es cierto que, tras meses de investigación policial, el rompecabezas parece estar casi armado, en base a los indicios que pauntan a la principal beneficiada, la posibilidad que deja abierta el fiscal, que alguien más haya tramado el asesinato, obliga a revisar de nuevo los detalles. Esto implicaría que hay un manipulador que obtendría lo que quiere a través de la actuación, muchas veces delictiva, de otras personas, sobre las que influye con su persuasión.
En esta teoría, el manipulador habría influido en Eva Bracamonte para mandar matar a su madre. ¿La razón? Eva poseía la mayor parte de la herencia de su abuelo Enrique Fefer Rotstain, herencia que le correspondía a Myriam Fefer y que el abuelo colocó a nombre de su nieta para evitar que Myriam lo perdiera, por estar en litigio con sus hermanos. Luego, este manipulador habría administrado este patrimonio junto con Eva Bracamonte, lo cual apunta a Liliana Castro.
Pero también es posible que otro haya sido el manipulador quien, al verse desplazado en su pretensión de gozar de la fortuna por la ex pareja de Eva, estaría insistiendo en influir ahora sobre Ariel, enemistándolo con su hermana, y darle supuestas pruebas que hagan aparecerla como única culpable. Por lo que en este “rompecabezas”, mas bien la policía debe descubrir cómo se mueven las piezas de ajedrez en el entorno de allegados a los hermanos Bracamonte Fefer, pues este caso, por sus implicancias de lucro, dará aún mucho de qué hablar. Sigue leyendo
