Archivo de la categoría: Fragmentos literarios

Breves creaciones literarias del autor

Los tiempos de Joel (capítulo quince)

[Visto: 808 veces]

(viene del capítulo anterior)

“Por fin”, dijo Alexia cuando salió del auto de Joel, listos para entrar en la casa. Fernando los recibió e invitó al joven a tomar asiento en la sala. “¿Están solos en casa?”, preguntó sin mucha convicción. “No, mi mamá está en la cocina, ya viene”, respondió Fernando sin aspavientos.

Alexia entró toda emocionada a la cocina y abrazó muy fuerte a su mamá. “Ya llegamos”, le indicó y la llevó de la mano hacia la sala. Cuando Sofía entró, se quedó sorprendida al ver ese cabello sobrio que parecía haber olvidado.

Y en el momento que Joel volteó la cara, sus ojos lo miraron con nostalgia y su corazón latió muy acelerado. Él tomó su mano para saludarla, pero fue demasiado para ella: se desvaneció en el acto. Iba cayendo al piso, cuando un brazo la sostuvo.

Sofía abrió levemente los ojos. Era Joel quien la salvó de un golpe en la caída. “Eres tú”, susurrando en voz baja, quedó inconsciente.

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Los tiempos de Joel (capítulo catorce)

[Visto: 785 veces]

(viene del capítulo anterior)

Joel la llevó a Alexia hasta su casa. Se despidieron con un piquito, y, luego de abrir la puerta, ingresó corriendo hacia el cuarto de su mamá. Apenas la vio, la abrazó con mucha alegría. “¡Ya viene, ya viene!”, gritó emocionada.

“¿Quién viene?”, le preguntó Sofía algo aturdida. “Joel, el chico que me gusta”, dijo Alexia. Madre e hija se miraron y se abrazaron otra vez, mientras saltaban en círculo por la habitación. Cansadas, terminaron por echarse sobre la cama tendida.

“¿Y cuándo viene?”, preguntó Sofía una vez que recuperó el aliento. “No lo sé, déjame preguntarle”, señaló su hija llamando a Joel. “En dos semanas”, contestó Alexia después de comunicarse. “Es perfecto”, dijo su madre y tomó un papel para apuntar algunas cosas.

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Los tiempos de Joel (capítulo trece)

[Visto: 790 veces]

(viene del capítulo anterior)

Al mediodía siguiente, Joel recibió a todo del grupo de estudio en su depa. Todos estaban encantados con el buen gusto que tenía. En especial Alexia, que no podía dejar de sentirse fascinada con los muebles y el balcón.

“Está de lujo”, le comentó ella con mucho entusiasmo, “lástima que termine un poco sucio”. Joel se rió, pero resultó cierto. Allí almorzaron y también cenaron, estudiaron e hicieron broma. Para las nueve de la noche, todos empezaron a retirarse.

“¿No vienes con nosotros?”, le preguntó su amiga a Alexia. “Me quedó a ayudarlo con los platos”, respondió la joven, se despidieron con miradas cómplices y volvió hacia la cocina. Se acercó hacia Joel, que estaba lavando los platos, y lo abrazó por la cintura.

Él también volteó y los dos empezaron a besarse. Alexia, sintiéndose muy apasionada, intentó quitarle el polo, pero Joel se lo impidió. “Creo que este no es un buen momento”, se excusó él. Ella se molestó, pues no tenía sentido no hacerlo si era algo que sentían mutuamente.

Joel se cerró en su posición y se alejó un poco, en dirección hacia el balcón. “¿Y cuándo?”, le reclamó Alexia casi llorando. Joel exhaló un suspiro, volvió hacia ella y la abrazó muy fuerte. “Luego que conozca a tu familia”, le respondió con cierta melancolía.

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Los tiempos de Joel (capítulo doce)

[Visto: 807 veces]

(viene del capítulo anterior)

El semestre avanzó. Alexia y Joel se encontraban con buena frecuencia por el trabajo grupal, aunque eso no siempre significara tener un momento a solas. Ya sea porque se reunían en sitios abiertos o porque él se iba un tanto más temprano, el hecho era que a ella le decepcionaba no poder hablarle sobre ellos.

Esa vez, en que todos ya se iban al mismo tiempo, Alexia lo detuvo un momento y le preguntó por qué no iban a su casa. “¿A estudiar?”, preguntó él con cierto entusiasmo. “Claro”, contestó ella, cambiando rápidamente de respuesta.

Joel le dijo que limpiaría su depa y que la semana próxima estaría encantado de recibir al grupo en su hogar. “Gracias guapo”, se alegró ella e, inclinándose hacia su barbilla, le besó apasionadamente. El le respondió con una ligera sonrisa y subió al auto azul.

Una vez en su depa, Joel empezó a rebuscar cosas en su cuarto. Con ahínco, desordenó parte del armario y redescubrió un álbum grande y viejo. Al abrirlo, sus ojos se llenaron de lágrimas, mientras pasaba una a una las fotos que tenía con Sofía. “Menos mal que te encontré yo”, dijo él secándose la cara.

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Los tiempos de Joel (capítulo once)

[Visto: 783 veces]

(viene del capítulo anterior)

Sofía la siguió dentro y encontró a su hija echada boca abajo sobre la cama. “Mi niña, ¿qué te pasa?”, se sentó a su costado y empezó a acariciarle el cabello. Alexia, en su debilidad anímica, se levantó de la almohada y se recogió hacia el respaldar.

“Yo vengo para saber cómo estás y Fernando me empieza a fastidiar”, dijo ella, y se lanza a llorar sobre el hombro de su madre, a la que abraza con mucha aprehensión. “Calma Ale”, la consuela su madre para luego explicar, “tu hermano es un poco loco pero no es malo”. Alexia le preguntó cómo se sentía. “Sólo fue un susto, nada de qué preocuparse”, le dijo Sofía esbozando una gran sonrisa.

Eso la hizo sentir mejor a su hija, lo que aprovechó Sofía para preguntar si le interesaba ese joven. “Sí, creo que estoy enamorada”, respondió Alexia algo ruborizada. “Pues bien, si quieres lo invitas a cenar la próxima vez”, le señaló su madre antes de salir del cuarto.

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Los tiempos de Joel (capítulo diez)

[Visto: 887 veces]

(viene del capítulo anterior)

“Ven, pasa”, le dijo Alexia sonriente. Sin embargo, Joel se puso un poco reacio, aunque trató de disimularlo. “No puedo, aún tengo muchas cosas que ordenar”, él se excusó. Como ella se desconcertara, Joel le besó muy cerca de sus labios, de forma apasionada.

“La próxima vez tendré más tiempo”, se lo prometió mirándola con ternura. Ella bajó del auto y se dirigió a la puerta, mientras él se retiraba de allí. Fernando abrió la puerta con mucha prontitud. “Vaya hermanita, veo que ya tienes enamorado”, dijo fastidiándola.

“¡Qué pesado eres!”, le reclamó Alexia, “es el chico nuevo de la clase”. Pero él la siguió fastidiando y ella, ni corta ni perezosa, se defendió a las manos, trenzándolas con las de su hermano. Al oír el alboroto, su madre apareció.

“¿Qué pasa Fernando?”, le preguntó Sofía a su hijo. Él la soltó y le explicó a su madre: “nada, sólo que Ale tiene novio”. “Basta”, le reclamó la joven y luego le dijo a Sofía, “es sólo un alumno nuevo”.

Sofía se extrañó de la actitud de su hija, puesto que muy pocas veces veía compañías masculinas con Alexia. “¿Y cómo se llama?”, preguntó su madre. “Joel”, respondió ella retirándose a su habitación.

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Los tiempos de Joel (capítulo nueve)

[Visto: 884 veces]

(viene del capítulo anterior)

Joel aceptó encantado. Para cuando terminó la clase, salieron juntos del salón. Alexia, con la excusa de explicarle más sobre el trabajo, se dirigió con él hacia una de las bancas y disfrutar un rato más de su compañía.

En eso estaba cuando recordó la llamada de su hermano. “Sorry, ya te diré bien otro día, me tengo que ir a mi casa”, se despidió la joven, pero Joel la detuvo. “¿No quieres que te lleve a tu casa?”, preguntó mirándola fijamente.

Aquel extraño magnetismo volvió a sentir en ese momento y dijo que sí. Él la condujo hasta el estacionamiento, donde el viejo auto azul lo esperaba. “Wow, ¡qué lindo auto!”, exclamó ella, pero se sorprendió aún más cuando Joel le confesó que había sido de su padre.

“No te creo. ¡Parece nuevo!”, le comentó Alexia emocionada. Subieron al coche y se dirigieron a su casa. “Aquí es”, señaló ella al llegar. Joel no tuvo dificultad en reconocer la casa, a pesar del cambio de color de las paredes.

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Los tiempos de Joel (capítulo ocho)

[Visto: 769 veces]

(viene del capítulo anterior)

Joel avanzó luego por las escalinatas del foro, encontrando un espacio vacío, justo al costado de Alexia que, ruborizada, no sabía qué hacer. Miró un momento hacia el otro lado, como queriendo sacar un cuaderno de la mochila.

El joven se dio cuenta de la maniobra; sin embargo, no dijo nada, y se quedó esperando con la cara fija. Ella volteó la cara y se quedó a pocos centímetros de besarlo accidentalmente. Retrocedió casi por instinto y casi se cae, de no ser porque Joel reaccionó a tiempo y la sostuvo del brazo.

“¿Siempre te caes cuando hay un chico nuevo junto a ti?”, preguntó él con una sonrisa muy expresiva. Alexia rió brevemente, y terminó por eliminar cualquier desconfianza que tuviera sobre él. Recordó entonces una tarea que les había dejado el profesor. “Hay un trabajo grupal por hacer”, dijo ella animada, “¿te unes a mi grupo?”.

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Los tiempos de Joel (capítulo siete)

[Visto: 804 veces]

(viene del capítulo anterior)

Alexia estaba a punto de ingresar a su clase cuando su teléfono empezó a vibrar. Era Fernando, su hermano. “Hola Fer, ¿cómo te va?”, le respondió ella con alegría, alegría que se desbarató cuando su hermano le comentó lo que le pasó a su mamá.

“No Fer, yo voy para allá”, amenazó ella con ir a la casa, pero Fernando la tranquilizó diciéndole que ella ya se sentía mejor. Aún así, Alexia le aseguró que terminando su clase iría para allá. “Lindo mi bro”, habló bajito la joven una vez dentro.

“Señores y señoritas”, habló el profesor a la clase, “tenemos novedades: un nuevo estudiante se integra”. Y a continuación, hizo pasar a un joven de mirada sobria y sonriente. Al mirarlo, Alexia sintió de pronto un irresistible magnetismo que no sabía cómo controlar. “Hola a todos. Me llamo Joel”, dijo el recién llegado.

(continúa)
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Los tiempos de Joel (capítulo seis)

[Visto: 803 veces]

(viene del capítulo anterior)

Parado, mirando hacia el paradero, se encontraba Joel. Sobrio y sonriendo. Pero no era la visión de alguien de su edad, no: era el mismo Joel, tan joven como aquel día que lo dejó. “No puede ser”, se repitió Sofía mientras intentaba cruzar la pista.

Con mucho cuidado, dio los pasos necesarios para llegar al otro lado de la calle pero, cuando apenas los separaban un par de metros, Joel desapareció súbitamente, como si se hubiera esfumado en un recuerdo. Desconcertada, miró hacia uno y otro lado.

Sin saber qué hacer, las emociones la empezaron a dominar. Los latidos que golpeaban su corazón eran demasiado fuertes para ignorarlos, y entonces… Lo primero que vio al abrir sus ojos fue a un paramédico chequeando sus signos vitales al costado de una ambulancia. “Reaccionó rápido”, le dijo al verla levantarse.

(continúa)
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