Viernes primero de enero de 2010. Es una mañana algo cálida en el mundo aunque un poco resaqueante para mí. Un baile, dos tragos, un baile y otro trago. Ni recuerdo bien cómo terminé en mi casa. Después del desayuno, sólo tengo ganas de bajar al Sótano de los Papeles, un lugar que – como ustedes comprenderán – me resulta un sitio obvio para despejar la mente, leer un tanto y escribir un poco.
Y entonces, vienen a mi memoria aquellos temas que, por demora o por la programación del blog, quedaron fuera de mi agenda el año que acaba de expirar. Allí están Honduras y su crisis política, un presidente destituido que quiere volver, uno en supuesto ilegal y otro electo que no sabemos cómo manejará la situación, un golpe de Estado que dividió a un continente y una negociación entrampada que no esclarece el horizonte.
Está la comisión de la verdad sobre los hechos de Bagua y la divergencia de opiniones de sus miembros, un informe que sacará ronchas tanto en el oficialismo como en oposición, en los policías y los militares, en los nativos y los agitadores, una conclusión que, parece, no consolará a los familiares del desaparecido ni de los indígenas y unifomados fallecidos.
Está la salida sorpresiva de Luis Carranza del MEF y la entrada de Mercedes Aráoz, tan popular y con una mochila tan pesada por demostrar que la disciplina fiscal se puede condecir con mayor gasto público; una inconsulta exoneración a la industria después de los tres mil metros de altura, y el temor que una supuesta farra fiscal en un año pre electoral nos haga perder todo lo avanzado.
También los logros de tantos deportistas, como la victoria en casa de Sofía Mulánovich en la competencia de surf en Piura y su tercer puesto en el campenato mundial de tabla, el momento cumbre en el juego del futbolista Juan Vargas en Europa, y los brillantes desempeños de los hermanos Cori entronizados con trofeos mundiales en sus respectivas categorías.
Sí que quedó mucho de qué hablar este año que acaba de terminar: de lo bueno y lo malo, de lo bonito y lo feo, de las aspiraciones y frustraciones, sueños, confirmaciones y decepciones. Es esto y más lo que se me quedó en el tintero en el 2009. Y cierro por ahora esta carpeta que, en el Sótano de los Papeles, en púdico silencio guardaré.