Ayer una aeronave que sobrevolaba las líneas de Nazca se precipitó a tierra, muriendo instantáneamente las personas a bordo. Poco después de las 11 de la mañana el Cessna U206F de matrícula OB-1117, que era pilotado por Andrés Chávarry y que llevaba a 6 turistas, habría sido alcanzado por una turbulencia que provocó el fatal accidente, según una versión.
Sin embargo, como informa el diario Correo, la avioneta de Nazca Air Line había sufrido el 2008 un aterrizaje forzoso debido a una falla mecánica. El propietario de la empresa, Franklin Horler, es el mismo que se vio involucrado en una presunta falta de mantenimiento de otra avioneta suya que cayó a tierra en noviembre de 2009, y donde fallecieron cinco turistas extranjeros.
Aunque el empresario afirmó que sus naves son inspeccionadas luego de cada 50 a 100 horas de vuelo realizado, lo cierto es que la incidencia de este tipo de tragedias e incidencias ocurre con cierta frecuencia en la zona en los últimos dos años. A pesar de ello, nada se ha hecho para hacer una verdadera supervisión en este negocio en una zona con tal potencial turístico, que se ve seriamente amenazado por la irresponsabilidad de unos cuantos “empresarios” aéreos.