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EXITOSA FUE LA CONFERENCIA DE PRENSA SOBRE EL PRÓXIMO “20 DE ENERO”

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Realizada el día de ayer en la ciudad de Jauja

Centro Jauja

Dario A. Núñez Sovero

Pese a una persistente lluvia que no llegó a aplacar el optimismo de los asistentes ni del público que aplaudió a las instituciones participantes, se cumplió con éxito la Conferencia de Prensa programada para esta fecha por la Municipalidad Distrital de Yauyos y la Asociación de Tunanteros del “20 de enero” de Yauyos-Jauja.

Previamente, hubo un alegre pasacalle motivador de estas festividades en el cual las 23 instituciones aportaron con bailantes. Ellos bajo los sonoros acordes de la Orquesta Sensación del Mantaro que lidera el prestigioso músico “Chita” López bailaron y gustaron al público que vio esta actividad.

En la misma conferencia de prensa destacó la participación de expositores como el Profesor Pablo Salazar Cóndor, el Ing. Percy Sánchez Pinto, el CPC Neri Orihuela Miguel y el Alcalde Ricardo Gonzales Urco, quienes expusieron los alcances organizativos, históricos y artísticos de nuestra fiesta y la necesidad de preservarla con autenticidad y jerarquía, pues, se trata de un producto emblemático de nuestra nacionalidad que corre el riesgo de ser distorsionado.

A su turno los periodistas asistentes, mayormente de la localidad de Huancayo, preguntaron del por qué de la ausencia de autoridades de la provincia pues, tratándose de una fiesta bandera de Jauja, ellos deberían ser los primeros en promoverla, en forma especial el Alcalde Barrera, obteniéndose respuestas poco satisfactorias. Asimismo, quedó en claro que existe voluntad de preservar la tradición vía la Escuela de la Tunantada que viene implementando la Asociación de Tunanteros y la ejecución de un Reglamento que cautela la originalidad y arte de nuestra festividad, mediante la puesta en arte de los chapetones, chutos, bolivianos, huanquitas, tucumanos o arrieros y jaujinas, habiendo quedado en revisión la participación de otros danzantes como la sicaína, el chuncho, etc.

Con esta actividad, prácticamente, se rompieron los fuegos de la famosa fiesta del “20 de Enero” de Yauyos-Jauja, versión 2010, la misma que esperamos y deseamos sea éxitosa.

Foto: Domingo Martín Castilla

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LUCES DESLUMBRANTES QUE NUNCA SE APAGARÁN

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Institución Tunantera Centro Jauja

Los tunanteros del Centro Jauja que descansan en paz

Darío A. Núñez Sovero

Guido Madrid, Edilberto Balvín y Rodolfo “Achcar” Cordero se han ido en el año que nos antecedió. Se fueron dejando una estela luminosa inagotable en el cóncavo cielo de los Yauyos-Jauja.

La alegría que sabían contagiarnos ha quedado suspendida en la memoria colectiva del Centro Jauja, institución que ellos amaban con la pasión y el desborde que sólo los verdaderos amantes saben hacerlo.

Ellos constituían un magisterio permanente de la verdadera tunantada en ese cóncavo cielo yauyino, escenario magistral para mostrar el auténtico orgullo xauxa. Por ello será difícil que nuestra decana institución encuentre sustitutos.

Sin embargo, la enseñanza mostrada será para todos un permanente aprendizaje que nutrirá a nuestros danzantes cuando de mostrar identidad y prosapias xauxas se trate.

Cuando se extienda sobre la plaza de la fiesta esa música tunantera que encandila y arroba nuestros oídos, los rostros de Edilberto, Guido y Rodolfo sorprenderán nuestros recuerdos y los veremos como siempre lo hemos hecho: con una sonrisa abierta y caracajeante, con pasos acompasados a esa música siempre triste y dulce y esa terca y porfiada vocación de galantear y enamorar a cuánta dama divisen a su alcance.

El “20 de Enero” de este año tiene el condimento de saber que nuestros desaparecidos tunanteros nos acompañan desde su morada eterna con sus nombres acunados en nuestra memoria, con sus alegrías envolviendo la nuestra y sus guapidos alentando a este añejo y glorioso “Centro Jauja”, orgullo de nuestra nacionalidad y rectora de esta tradición anual, en la concavidad inmensa del cielo de los Yauyos-Jauja.

No es fácil retrotraer este recuento cuando de nuestros amigos estamos hablando, los relatos se llenan de palabras tristes que se cristalizan en el tiempo y se suspenden como estalactitas níveas en nuestras miradas, pero esta vez cuando evocamos la jocundidad y gestos chascarreros de nuestros tres tunanteros ausentes, el guapido eufórico y fiestero del “Centro Jauja” se revitaliza y renace cual émulo mítico griego que renace de sus cenizas, mismo ave fénix tunantero. Entonces de estos también míticos “chutos” volveremos a escuchar en típico dialecto xauxa y con guitarra en mano:

Maltrko hualan nimanquim
(dónde amaneces, duermes, vives, me dices)

Maltrko shipshin nimanquim
(dónde, con quién fornicas, me dices)

Taracapa shikintrko hualalá
(al píe del “taraco” amanecí)

Ishkay huamlata sajtalcul
(entre dos mujeres amanecí)

Foto: Domingo Martínez Castilla

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Fallece promotor de la muña jaujina

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Lamentable fallecimiento de Hugo Mayor Bravo

muña jaujina
Darío Núñez Sovero

Luego de una penosa enfermedad, el día de hoy nos acabamos de informar que Hugo Mayor Bravo ha fallecido. Miembro de una visible familia jaujina, Hugo, se distinguía por sus dotes de un respetable caballero, siempre atento a toda circunstancia y presto para brindar su amable apoyo.

Todavía lo recordamos con su inacabable cigarro entre labios, ya sea acompañando a sus hermanos o a sus hijos en esa algarabía que los jaujinos solemos dispensar en temporadas de fiesta. Hugo jamás retrucó su amistad, menos sus gestos de amplia cordialidad. Hombre de amena charla e innumerables odiseas que solía contar con típico estilo jaujino. De verdad que su presencia nos hará mucha falta en adelante.

Hugo Mayor está muerto y nuevamente la familia Xauxa se arropa con su crespón negro, desde esta tribuna informática extendemos nuestro pesar a su viuda Consuelo, sus hermanos y, especialmente, a sus hijos: Hugo, Rosendo, Daniel, Miguel y Patricia. Quiera Dios que desde España, esta dilecta familia, logre alcanzar estar presente en sus exequias que se realizarán en Jauja.

Hugo Mayor: ¡paz en tu tumba!
Hugo Mayor: ¡presente!

La imagen de este post, guarda relación con uno de los productos que Hugo más promocionó en su vida, la muña jaujina.

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APORTES DE LA COMUNIDAD JAPONESA AL DESARROLLO DE JAUJA

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Japoneses jaujinos en la Laguna de Paca
Histórica foto que recuerda la visita del Embajador de Japón a Jauja hacia los años 60. Se aprecian de izquierda a derecha: Los tres primeros son visitantes, siguen don Víctor Hiroshi Kanashiro, Joaquín Kanashiro, Shimabukuro, Eduardo Onuma, Antonio Iseki, la autoridad local de ese tiempo, el Embajador de Japón, Benito Araki, Nobuo Taniguchi, Masao Miura, José Fukushima, esposos Tabuchi, visitante e Hiroshi Kato (parados). Visitante, Makino Umemoto, Fernando Toichi Taira, visitante, Ricardo Otzuka, Chinen, Pedro Onaka y Murakami (hincados).

Darío A. Núñez Sovero

El gran y desaparecido humorista peruano Sofocleto en una de sus columnas célebres llamada Frases para la Histeria solía decir que los japoneses tienen un déficit de sueño porque tienen atrasado por siglos su vida onírica, aludiendo a los ojos rasgados que tienen. Durante la primera mitad del siglo XX una pujante y numerosa comunidad nipona llegó a Jauja con las ansias de una realización personal insospechadas. Vinieron sin más equipaje que un caudal de ansiedades, o como diría el poeta “cargando sus locas esperanzas”. Llegaron desde lejanos lugares del Japón como Okinawa, Hiroshima, Yokohama, etc., para darle a nuestra tierra una vida más que febril y dinámica. Y, para alegría nuestra su paso por la historia de Jauja ha sido más que satisfactoria. Por nuestra parte y siempre hospitalaria y haciendo alusión a su denominación de la muy noble ciudad de Jauja hubo una receptación de amplia prodigalidad y un rico proceso de mestizaje que han dejado huellas memorables en nuestro devenir.

La importancia de este proceso migratorio radica, entre otros aspectos, en que sólo en los últimos cuarenta años tres alcaldes niseis han dirigido los destinos de nuestra provincia. Los memoriosos recuerdan la gestión muy provechosa de don Juan Makoto Higuchi Imamura a quién, entre sus numerosas obras, debemos que numerosas calles de Jauja fueran pavimentadas. Tiempo después un japonés como Pedro Onaka Ichiroshi, fuera el responsable de continuar la obra de su anterior paisano y hacia 1987, José Iseki Koitabashi, sería el encargado de concluir esta triada dirigencial de nuestro pueblo, habiendo descollado en la culminación de numerosas obras como la Antena Retrasmisora de Tv, la Vía de Evitamiento y otras que sería largo enumerar. Pero lo mas destacado de estas gestiones eran, por un lado, que no percibían remuneración alguna por su labor siendo íntegramente ad honorem, y, por otro, que fueron gestiones de una absoluta transparencia, no habiendo recibido cuestionamiento alguno al manejo económico, situación que en este tiempo de corrupción generalizada es difícil concebir.

Cuando llegó este grupo poblacional a Jauja, la vida de nuestra ciudad cambió radicalmente. El valor del trabajo se consolidó y enseñoreó en nuestra economía y muy pronto muchos ciudadanos japoneses empezaron a demostrar que con tesón y constancia se podía avanzar. Tanto que casi en todas las actividades económicas tuvieron un rol descollante. Es de recordar que fue don Genaro Higuchi quién abrió el campo de la fabricación de bebidas gaseosas con la emblemática Inka Kola que dio trabajo a decenas de trabajadores jaujinos. Su hermano Fortunato sería paralelamente un hombre destacado de la panadería y desde esta actividad proyectaría entonces el mundo de los panetones Higuchi que hizo las delicias de los paladares jaujinos en navidades de antaño. Hoy, esta familia, está afincada en Lima dedicada a los caballos de carrera en el Hipódromo Monterrico. En paralelo a don Genaro, Pedro Onaka, abriría más tarde la fábrica de aguas gaseosas Inti. En el campo agrícola, como si fuera ayer, recuerdo nítidamente cómo don Antonio Iseki trasladaba a bordo de su viejo camión a peones hasta sus campos de cultivo para desempeñar faenas de los que obtenía grandes cosechas (¿sabrán nuestros paisanos que el Barrio San Antonio de Jauja fue denominado así en recuerdo a este venerable patricio japonés?). Como para demostrar que no todo lo que brilla era oro, muchos japoneses a su arribo tuvieron que pasar difíciles momentos, algunos de sus paisanos recuerdan cómo Makino Umemoto y un tal Kawamura tuvieron que vender tamales y panes en la estación del ferrocarril a fin de agenciarse de recursos para sobrevivir.

A pesar de ello, en el rubro de los bazares cómo no recordar a las familias Kato, Kanashiro y Miyahira, la primera de las cuales todavía resiste la seducción de la emigración, pues que sepa los últimos volvieron a su tierra de origen. Las mejores pulperías y tiendas de abarrotes eran de japoneses: es de recordar en este rubro a los hermanos Chinen, a la familia Yamamoto, a los Taira y en especial a quién inició el trabajo como un gran mayorista luego de revertir su indigencia: don Makino Umemoto. La tienda que expendía cueros y suelas estaba bajo la propiedad de la familia Higa y los mejores restaurantes de Jauja estaban bajo la responsabilidad de los Nakamura, Araki , Miura y Nakasone, las fotografías de los hermanos José y Ricardo Otzuka eran visibles frente al Cine Colonial, y en cuanto a hoteles cómo no recordar al Hotel “Los Angeles” de don Joaquín Kanashiro en el Jr. Junín. En el deporte, es de destacar el concurso de Luis Sato como asistente de Akira Kato en la preparación de la selección nacional de Vóley que dio tantos lauros al país; pero, además, hubo algo que no supimos aprovechar: el japonés Zoko Nakachi (siempre callado y meditabundo) era cinturón negro de Karate y quería a como dé lugar poner una academia para enseñar a la juventud jaujina el arte de la defensa personal, murió en Jauja sin contar con el apoyo que buscaba.

Zoko Nakachi

Zoko Nakachi, llegó a Jauja muy joven y vivió ahí hasta su muerte. No pudo consolidar la idea de consolidar una academia de karate, cuando no había ninguna en el Perú, dada su condición de cinturón negro

La actividad de la comunidad japonesa les permitió incursionar en todos los órdenes de la vida de nuestra Jauja: la familia Onuma fabricaba caramelos; en el ámbito del folklores es de recordar la participación de un nisei, nacido en Jauja, que cantaba huaynos en la vieja carpa de la avenida Bolívar en el Porvenir-Lima llamado Makino Tori donde al lado de Juan Bolívar destacaba nítidamente con su poncho y pañuelo jaujinos, mas adelante César Ichikawa se encargaría de pasear su voz por el mundo como vocalista de los afamados Dolton’s (a este respecto, José Kato nos dice que, César nació en la 5ta cuadra del Jr. Grau donde ahora funciona el local de la Beneficencia). En el campo del arte pictórico, Jauja tiene su representante nisei y él se llama Oswaldo Higuchi Onaka quién ha hecho exposiciones en el país, Norteamérica y Europa, siendo reconocido como un artista plástico notable. En el campo profesional tenemos que mencionar al Dr. Tabuchi quién actualmente es un destacado médico del Hospital del Niño en Lima y a la fenecida Dra. Rosa Kanashiro, quien fuera una destacada Presidenta del INABIF. Ni qué decir del bazar de la familia Onaka donde se encontraban trajes típicos en épocas de carnavales o las peluquerías de Makino en el jirón Grau o la relojería de Fukushima (todavía recuerdo las memorables noches que pasábamos en el Doria donde don José daba magistrales demostraciones de billar a tres bandas haciendo “voladas” hasta el cansancio) y la joyería de Nobuo Taniguchi en el Jirón Grau (único japonés que tenía a su servicio a una bellísima geisha). Recuerdo que, en épocas de carnavales, don Fernando Nakasone era asiduo derribador de montes en los barrios de Jauja, así como después lo haría su hijo Yoshío, lo que demuestra la rápida compenetración de esta comunidad con nuestra rica cultura. También hay que mencionar que, en el ámbito de las gestiones, descendientes de ellos han posibilitado grandes obras en Jauja como, por ejemplo, la realizada por doña Lucía Yamamoto Horita gracias a cuyo entusiasmo se adquirió el terreno donde actualmente se ha construido el Coliseo del Colegio “San José” de Jauja, cuando desempeñó el cargo de Presidenta de la Asociación de Padres de Familia . De esta misma familia, años después, tendríamos al Reverendo Padre José Chuquillanqui Yamamoto, quién actualmente despliega generoso y reconocido trabajo en pro de la comunidad de Manchay en Lima, habiendo transformado a una comunidad pobre en un poblado lleno de progreso y esperanza.

La comunidad japonesa residente en Jauja, anualmente, se reunía para celebrar el onomástico del Emperador Hiroito de Japón, así como también hacían sus reuniones campestres para celebrar el advenimiento del Año Nuevo, especialmente en los parajes de Huertas; tenían además un local social “El Nisei” donde actualmente está la sede del Colegio San Agustín y, no olvidemos, el famoso Parque Chino era de ellos, el mismo que luego fuera cedido para que funcione el Instituto Superior Pedagógico “Pedro Monge” (al parecer este desprendimiento es usual en la colonia japonesa, amigos míos me comentaban que en Huanta el pueblo vive agradecido con la familia Hiraoka la que ha donado su casa para que en ella funcionen oficinas públicas). ¡Qué rica actividad cívica de esta comunidad japonesa en la vida de Jauja!.

Es posible que en el desarrollo de este post haya olvidado el valioso aporte de muchos otros distinguidos ciudadanos provenientes del país del sol naciente que llegaron a Jauja para dejar una imborrable huella de bienestar y progreso. Sobre esto expreso, en primer lugar, mis disculpas, pues es una omisión involuntaria. En todo caso estoy refiriendo aquello que he visto y de lo cual me felicito, pues en muchas ocasiones tuve la suerte de alternar con muchos de los mencionados. Recientemente, el gobierno, pidió perdón, a nombre de la nación, a la comunidad afroperuana por la marginalidad en que vivió en el pasado, pienso que este es el momento en que Jauja, vía sus entidades políticas y sociales, debe reconocer y premiar el esfuerzo y aporte de la comunidad japonesa al progreso y desarrollo de Jauja. No importa que muchos ellos ya no estén (más de trescientos japoneses descansan sus restos en nuestro Cementerio General), lo que importa es que su paso por nuestra historia ha sido muy provechoso y útil.

Jauja, diciembre de 2009.

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Apuntes sobre el Palacio Municipal de Jauja

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Municipalidad de Jauja

Darío Núñez Sovero

Corría el año de l989 y concluía la gestión de don José Iseki Koitabashi al frente de la Municipalidad Provincial de Jauja, gestión que por lo demás fue impecable y sin mácula de algún dolo o algo por esclarecer. El entonces Alcalde mandó imprimir un folleto para ser distribuido en la comunidad dando cuenta pormenorizada del manejo económico de su gobierno, allí figuraba como obra de su gestión la Restauración del Palacio Municipal, obra que se hacía cumpliendo un acuerdo de la Junta Edilicia de entonces y que se hizo por un monto de 11’995,535 intis, de los cuales el 80% los proporcionó CORDE JUNIN (lo que ahora es el Gobierno Regional) y el 20% restante fue cubierto con Recursos Propios del Municipio. Para entonces el frontispicio del local estaba a punto de derrumbarse como consecuencia de los continuos atentados terroristas que asolaban al país y, como un trágico símbolo de los mal llamados “terrucos”, a éstos no se les ocurría mejor idea que inmediatamente, después de cada apagón, estallar cargas de dinamita en el frontis de nuestro concejo. No está demás recordar que vivíamos una época de generalizado temor, de una escondida y callada repulsión a un grupo minúsculo de mozalbetes que paralizaban de terror el país en cualquier momento.

La obra le fue confiada al Contratista Civil José Rojas Calderón quién, al mando de un numeroso contingente de obreros, se puso “manos a la obra”. Al iniciarse los trabajos de excavación ocurre un hecho sorprendente: uno de los obreros al picar las bases, para después reemplazarlas por otras, rompió una botella que estaba sellada y cuyo interior contenía un Acta firmada por los ciudadanos José Márquez, Luis Bardales, Juan Villar y otros, dando cuenta que el año 1901 se estaba restaurando el mismo Palacio Municipal siendo Alcalde el Sr. Luis Ibarra, con lo que se concluye que este edificio data de más de un siglo de antigüedad.

El tiempo, la humedad, los dinamitazos ya expuestos, hicieron temer que nuestra sede municipal se caía en cualquier momento por lo que su restauración era apremiante. Pero, como ocurren muchas veces en nuestra patria, no se contaba que el local no podía tocarse, el bendito INC y su angurrienta burocracia lo había declarado Monumento Histórico y como tal era intangible. El tema se tornó polémico en cuanto muchos urbanistas y modernistas discrepaban del carácter de monumento histórico asignado al local municipal sosteniendo que una estructura cuyo techo es de calamina no puede tener tal calidad, auspiciando su demolición.

Pero el asunto no quedó allí: hay otros aspectos que no se conocen y que deben deslindarse: sucede que el local municipal no es del municipio, es de la Iglesia. No existen documentos que indiquen que la sede que cobija al municipio sea del pueblo de Jauja. Espero que desde aquella fecha hasta ahora esta irregularidad ya se haya superado. Sin embargo, contra viento y marea, las obras se concluyeron y por fin hacia Diciembre de aquel año el pueblo de Jauja pudo ver restaurado este local, con el que se siente vinculado sentimentalmente, por constituir un edificio que identifica nuestra plaza principal y ser orgullo de la provincia de Jauja.

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Zoilo Bullón Méjico: Continuando con la heredad artística Xauxa

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Valorando lo nuestro

Cortamonte de Huarancayo en Jauja

Darío A. Núñez Sovero

Fui a visitarlo de un modo inopinado. Era una mañana radiante y lo temprano del día todavía no difuminaba el vaho de la helada de ese tiempo. No bien me reconoció de inmediato me invitó a pasar a su atelier. Allí entre paletas y cuadros a medio terminar empezamos una extensa charla. Volvía de Lima donde había sido noticiado por mi sobrino Manuel Rudolf que en la Biblioteca Nacional se había realizado una exposición de cuadros y uno de ellos, que correspondía a su creación y que hacía alegoría a nuestros “chutos” tunanteros, había sido vendido en dos mil dólares. A modo de sorna le dije que iba para invitarlo a que parte de ese monto lo gastara conmigo. Sorprendido me contestó que no sabía nada, que recordaba de aquel cuadro del que le hacía mención. Pero, para sorpresa mía, me contó que lo había hecho en una mañana en que, igual, recibió la visita de unos hermanos jaujinos que portaban un dulce anisado y, entre trago y trago, mientras brindaban se le ocurrió pintar el cuadro rematado sin presagiar que iba a ser, después, vendido. Me di cuenta de su humildad y amplitud, de su grandeza de espíritu y su desprendimiento expontáneo.

Plaza de Huarancayo en Jauja
Cortamonte huarancaíno grabado en el nuevo escenario de la Plaza del Barrio.

Entonces recordamos que, cuando era todavía josefino, visitaba mi casa acompañando a mis hijos y allí pergeñaba algunos cuadros que aún conservo y para rematar la visita me ofreció el cuadro que a continuación acompaño y que gustosamente compré con un adelanto simbólico.

Cuadro de Zoilo Bullón
Cuadro que reproduce la bella campiña de Huasquicha – Jauja

Además me hizo notar que estaba dedicado a una faceta poco conocida en él: la escultura. Las plazas de su Huasquicha natal, de Parco, Sausa, Llocllapampa, entre otras más, están orladas con hermosas esculturas suyas. Por un descuido mío aquella vez no portaba mi cámara fotográfica para registrar esas bellas alegorías que se muestran en la plaza huasquichana, pero inconforme con mi descuido de retorno a Jauja alcancé a registrar las bellísimas y perínclitas muestras escultóricas que en relieve ha hecho para el campus carnestolendo del Barrio Huarancayo de Jauja y que a continuación enseño.

Traida de Huarancayo
Antigua traída de monte en el que se resalta que el árbol era trasladado en hombros, con apoyo de kermas (palos), y el padrino es llevado encima.

Shajteo de Huarancayo
Shajteo Tradicional que la madrina brinda a los asistentes a la traída del monte.

Zoilo Bullón Méjico nació el año 1966, ante todo se considera de Huasquicha porque sus padres y abuelos son de esa hermosa tierra. Como para coronar esta vehemencia por los lares de sus pagos actualmente es el Alcalde del distrito de Pancán, cargo que le fue confiado en abrumadora elección. Después de egresar del Colegio “San José” de Jauja, estudió en la Escuela de Bellas Artes. Ha hecho exposiciones en el Museo de la Nación, Biblioteca Nacional, Galería Peruano-Británico y otros en Jauja y Huancayo. Además ha paseado su arte por países centroamericanos, Ecuador y Chile. Ahora poco, en un sorpresivo reencuentro, alcancé a decirle que espero que cumpla su mandato político para que el arte jaujino recobre a uno de sus más preciados exponentes. El consintió conmigo este juicio, aceptando que en él la voluntad del poder está subordinada a su espíritu exquisito y sensible. Cuando me alejé, después de despedirme cordialmente de Zoilo, me puse a pensar qué novelas hubiera perdido el Perú si Vargas Llosa hubiese sido elegido Presidente del Perú en 1990, como ahora Jauja pierde el arte de Zoilo Bullón por estar dedicado a los menesteres de la política local. Ironías de la vida……..

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Ha muerto Guido Madrid Ampuero

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Darío A. Núñez Sovero

Nos habíamos habituado a verlo, por tiempos que se pierden en nuestros recuerdos, al lado del viejo Erasmo Suárez Zambrano y su emblemático bastón recorriendo las calles de Jauja presidiendo esa legendaria comitiva del conjunto tunantero “Centro Jauja” en plenas festividades del 20 de Enero. Su figura alta destacaba más por la corona calva de su cabeza y los variados ternos en los que se enfundaba. Esa comitiva orquestal ya no la volveremos a ver, más aún si decimos que le antecedieron al “mas allá” otros tunanteros de renombre como Beto Suárez Marticorena, Pepe Camarena Saravia, “Achcar” Rodolfo Cordero y Beto Orihuela, todos de esta añeja institución.

Guido Madrid Ampuero ha muerto. Un diálogo en el messenger, habido recientemente con Beto Baldoceda me lo acaba de comunicar y ensombrecidos pesares empiezan a anidarse en nuestro espíritu y a recrear recuerdos de un ayer que no volverá.

Según la nueva, un fulminante derrame cerebral lo arrancó de este mundo y nos priva, dolorosamente, de su alegre compañía. Sus restos serán recogidos del Hospital de Policía y luego trasladados a Jauja donde descansará finalmente.

Es que luego de servir al país por varias décadas en la institución policial, Guido, retornó a su Jauja nativa donde compartió en sus años postreros, con su familia y compoblanos, numerosos compromisos, especialmente en el 20 de Enero y los carnavales del barrio La Salud; justo premio para una vida fecunda y llena de cumplimientos como a él le gustaba y por los cuales se ganó el aprecio y la estimación de todos los que lo conocíamos.

Desde este lugar cibernético enviamos nuestras condolencias a su digna familia y a Guido le decimos: ¡paz en tu tumba!.

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DIEGO DARIO: una voz xauxa para el mundo

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Diego Dario

Darío A. Núñez Sovero

Un niño es un proyecto de hombre, solía decir, con mucha sabiduría, Jorge Luis Borges. Podríamos añadir que un niño es la simiente del pretérito tiempo que se dibujará en el futuro. Estas son simples ideas que se nos ocurren a propósito del niño materia de la presente exégesis. Era para no creerlo, corría el mes de Noviembre del año 2007 y en plena Plaza Huamanmarca de Huancayo un niño jaujino estaba alternando con los internacionales K’jarkas de Bolivia y ese niño era nada menos Diego Darío que, con sus once años a cuestas, encandilaba con la transparencia de su voz a la multitud presente agolpada con motivo del Aniversario de la fundación de dicha ciudad.

Desde el fabulado aposento de los antiguos xauxas y envuelto en el rumor de las bravías aguas del Rio Jauja (luego llamado Mantaro) y la brisa tonificante de nuestra Laguna de Paca, aquella noche, aparecía como un frágil, pero luminoso, rayo de luz este gran (y a la vez pequeño) intérprete.

Aquella noche, había llegado portando esa música que le salía del alma para aplacar la sed del enamorado que, nostálgico, invoca el recuerdo de la amada. Para decirnos que venía de esa tierra bendita de los xauxas. Si: de aquella Gea griega anidada al medio de esa serpentina orográfica de nuestros andes que lo viera nacer teniendo ese cielo esplendoroso preñado de azul, como es el cielo de su Jauja.

Hoy, dos años después, Diego Darío es el portavoz de la inmaculada espiritualidad xauxa y su caudal inagotable. Es el mensajero del amor, hecho pentagrama. De su voz sale esa música que atropella dulcemente nuestros sentidos, removiendo el recuerdo de todo aquello que amamos en esta relampagueante vida.

Diego Darío, ese niño proyecto xauxa, hoy es un púber que aguarda que su naturaleza supere las dificultades que pasan todos por el inevitable cambio de voz para volver a deleitar a quienes lo hemos escuchado con atención en diversos escenarios. Mientras tanto nos contentaremos con poner en los equipos radiofónicos el hermoso CD que ha grabado con el acompañamiento de los no menos famosos Chopkja’s. Sabremos entonces que las eternas voces de Juan Bolívar, Amadeo Abregou, Juan Loayza Castro y tantos otros bardos jaujinos han encontrado un digno heredero.

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‘Baño de Jauja’ en un domingo limeño

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Cardenal Juan Luis Cipriani y el Padre José Chuquillanqui

Darío A. Núñez Sovero

Apura nuestra ansiedad el avance de las horas. Una pertinaz vigilia ha asaltado nuestros sueños. Ya es de madrugada y la noche nos va pareciendo eterna. En esa pavorosa oquedad azabache de la noche limeña, nos atemoriza escuchar el persistente ulular de las sirenas de los carros de emergencias, presagio que la implacable muerte acecha en esta ciudad sembrada de violencia y cemento. La estridente música que de las fiestas vecinas se agolpan en nuestros oídos, son trágicas ofrendas que perturban nuestra desfalleciente voluntad de descanso.

Finalmente las luces de la aurora se filtran por nuestra ventana y las urgencias de la naturaleza apuran nuestro aseo. Es domingo, día especial para el peruano promedio, dia para el cual hemos reservado una serie de acciones fuera de la rutina semanal. Pero de todas, con el riesgo de la prescindencia, hay una insoslayable que como todo buen cristiano hay que cumplir: asistir a la misa dominical. Estamos en Lima, hay una serie de barreras que nos alejan de nuestra tierra: la distancia, la idea de que los nuestros están a esa misma hora haciendo los mismos apremios pero, probablemente, alertados y convocados por el hermoso tañido de la campana central, la soledad forzada a la que nos obliga esta lejanía…. Con la hora que se nos cuelga como un péndulo, salimos con una rapidez de rayo hacia la catedral. Vamos en busca del confort espiritual con el que nos suele abrigar una misa. Ya dentro de la Iglesia una suerte de obligada comparación nos retrotrae mentalmente a nuestra Iglesia Matriz jaujina, vemos que faltan esos grabados hermosos que adornan y solemnizan la cúpula central y rápido pensamos en que hay cosas que la nuestra es de mayor esplendidez. La catedral de Lima será la primera del Perú pero (sigo mentalmente comparando) la iglesia matriz de la primera capital del Perú es mejor en algunos aspectos como el que ya mencioné.

De pronto, una voz grave nos avisa que va a empezar la misa y de la parte posterior sale una música que acompaña la armonía de las voces, entonces nuevamente mis recuerdos me devuelven a mi Jauja y pienso en las bellas notas que se podrían arrancar de ese viejo órgano que duerme en la soledad del desván del templo jaujino. Los fieles presentes se ponen de pie cuando una corte de acólitos empieza a desplazarse por el altar mayor. Los siguen dos sacerdotes con túnicas verdes y luego, portando un cayado dorado con terminal arqueado, la figura del Cardenal Juan Luis Cipriani aparece en el recinto. Para cerciorarme bien restrego mis ojos y confirmo que uno de los sacerdotes es el R.P. jaujino José Chuquillanqui a quién el Reverendo Cardenal agradece su presencia y también a la grey de su Vicaría que lo acompaña. Nuevamente me digo que Jauja respira por mis poros, siento que estoy lejos pero como en familia y agradezco a Dios por estas raras coincidencias, que ponen a mi terruño en el primer plano de la espiritualidad. Luego de este banquete espiritual abandono la Iglesia no sin antes recibir la bendición del representante del Papa en el Perú.

Estaba por disponerme a retornar a mi casa cuando advierto que un gentío se atiborra frente a Palacio de Gobierno para ver el tradicional cambio de guardia. Turistas, en su mayoría, se disputan un lugar preferente para captar alguna toma fotográfica. Otros más audaces registran los hechos con máquinas filmadoras. La alegría me inunda cuando la banda de música presente entona la marcha militar “Jauja” y con pasos entrecortados y muy marcialmente el batallón Húsares de Junín va asumiento el protocolo y mientras la gente insiste afanosamente en captar y registrar el mínimo detalle, me voy alejando discrétamente con el regocijo de escuchar aquella melodía que me devuelve a mi tierra.

Entonces pienso si es que Juan Bolívar y el “pupo” Amadeo Abregou habrán pensado que algún día aquella canción que inspiraron serviría igual para alegrar a la Patria y mientras mis pasos van devorando veredas siento que me he dado un “baño de Jauja”. Para mí ha sido un día especial en esta brumosa y atolondrada Lima.

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¡Basta de piraterías! La Laguna de Paca es de Jauja

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La Laguna de Paca es bien jaujina

Darío A. Núñez Sovero

Una ola de indignación recorrió el país cuando, no hace mucho, en actitud intolerante y de abierto desafío en Bolívia reclamaban al “Cóndor Pasa” del huanuqueño Daniel Alomía Robles como canción boliviana. Igual sentimiento de repulsión ocurrió cuando Chile reclamó como originarios suyos el suspiro limeño, la chirimoya y el pisco. La reacción visible del pueblo peruano, en contraposición de la acartonada diplomacia peruana, hizo que el asunto no vaya a mayores. Comentario que me merece atención por cuanto, pienso, que igual venimos soportando los jaujinos con relación a nuestro valioso patrimonio natural e histórico que, deliberadamente, acometen nuestros vecinos de Huancayo. Penosa situación que no es nueva por cierto, pero que desde este blog reclamamos con la más airada voz. Veamos.

Revisando el contenido de la Revista El Rajatabla encuentro en su página central una fotografía de nuestra Laguna de Paca y a pie juntillas el comentario siguiente: “Entidades de Huancayo promocionan los recursos del valle incluyendo la laguna de Paca. Para el visitante, Jauja es un distrito de Huancayo” (García Rosales, H.R.” El Rajatabla”. Año II, Nro. 3. Jauja, Marzo 1999. P.33). Hecho que es verídico y que los jaujinos hemos venido tolerando silenciosamente sin alzar nuestra voz de protesta ante semejante atropello que lesiona la dignidad de nuestra identidad. Eso lo hemos venido constatando reiteradamente, pues en spots televisivos, cartillas turísticas, trípticos, etc., se ha venido promoviendo a nuestra querida Laguna como que perteneciera a Huancayo. Va uno.

Dos: el día domingo 18 reciente recibí una llamada de mi hijo Darío Wílbert desde Francia, donde estudia en La Sorbona, contándome que el dia anterior, sábado, al concluir por la noche la procesión de nuestro peruanísimo Señor de los Milagros, la banda de música que había amenizado el evento, en el atrio de la Iglesia Notre Dame de París, en la misma capital cultural del mundo, entonó nuestro huayno emblemático “Jauja”, y, sin dudarlo, saliendo de en medio de la muchedumbre, dos asistentes con atuendo huanca empezaron a bailarlo en ritmo de huaylas. Naturalmente que reprendí a mi hijo por no haber hecho la corrección del caso pero me explicó que en la multitud eso era imposible.

Ya, por otro lado, anteriormente agencias de viajes venían engañosamente promoviendo vuelos de Lima a Huancayo, cuando todos sabemos que en realidad se trataban de vuelos a Jauja, felizmente esta situación se ha rectificado pues se trataba de una estafa al cliente sobre la que existe penalidad. Igualmente, gracias a Waldemar Espinoza Soriano se ha venido diciendo que Tunanmarca es la Capital de la Nación Huanca, cuando estudiosos de la talla de Carlos Hurtado Ames, nos indican que el reino huanca nunca ha existido, sólo en la imaginación de Espinoza Soriano, diferenciando claramente las etnias xauxa y huanca.

Lo relatado me mueve la ira y me indigna más todavía la pasividad con la que los jaujinos toleramos estos y otros atropellos. Esto no es chauvinismo ni reacción sanguínea, es legítima defensa frente a esta agresión. En nuestra música, nuestras danzas, en nuestra vestimenta, nuestra comida, nuestra gloriosa historia, nuestros usos y costumbres, está latiendo todo el legado que hemos recibido de nuestros mayores y toda la rica creatividad de una nación, en este caso la nación Xauxa. En tal sentido, tenemos la obligación perentoria de preservarla y continuarla con la mayor pristinez y autenticidad. Ésta es, en el caso de nuestras autoridades, llámense políticas (gobernación, municipios, etc.), culturales (INC-Jauja), doblemente obligatoria. Por eso con el más estridente de los ruidos y el mas vocinglero de nuestros gritos, decimos: ¡Basta ya de atentar contra la identidad Xauxa!, los jaujinos a una sola voz rechazamos estos atropellos.

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