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La creatividad de Edgardo Rivera Martínez: Premio Nacional de Cultura 2013

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Edgardo Rivera Martínez

Edgardo Rivera Martínez (Jauja, 1933) Premio Nacional de Cultura 2013 en la categoría Creatividad, por el Ministerio de Cultura, vive ahora en Lima pero retorna con frecuencia a Jauja, su ciudad natal, donde vivió su familia materna, y donde se manifestó su vocación por la literatura. Jauja, o en el hermoso valle donde se encuentra, es el escenario, y centro medular de su hermosa producción narrativa.

Hace un mes estuvo en ella. Le hicieron un cálido homenaje en el que participaron agrupaciones culturales y sociales de su ciudad. Piensa volver a Jauja siempre que le sea posible porque ahí están sus raíces, su casa familiar, y porque una de sus hijas aún vive allí.

Edgardo Rivera Martínez considera que los premios en el área de cultura cumplen una función de suma importancia. Afirma que por una parte son un estímulo para la creación; y por otra parte son expresión del reconocimiento de nuestro país al trabajo creativo de escritores, artistas, músicos, y a la labor de instituciones culturales.

Lo visitamos en su apacible departamento de Miraflores, cerca al mar. Se muestra afable, de buen humor, dispuesto a la conversación. A través de la forma que utiliza para expresar sus pensamientos y emociones se trasunta la sencillez del maestro, y de aquel adolescente que en una ocasión decidió escribir un cuento y recibió las palabras de estímulo de uno de sus profesores. Las palabras de aliento que él ha ofrecido a más de un novel escritor.

Le preguntamos, ¿en qué momento decidió ser escritor?
Fue una experiencia temprana. Mucho influyó mi familia materna, y en especial mi hermano mayor, Miguel, gran amante de la lectura. Después, ya en el quinto año de secundaria, mi profesor de lenguaje, una persona muy culta, Pedro S. Monge, leyó un cuento que yo había escrito y lo publicó en la revista del Colegio Nacional de San José de Jauja, en el que estudié. Ya me sentía en ese entonces llamado para la creación literaria, también para la música, pero más profundamente para aquella.

Pedro S. Monge, escribió, en la revista de ese Colegio una nota de presentación al primer cuento que se publicó en ella, La cruz de piedra, en la cual dice: “Lector impenitente, ha barajado a todos los representativos de la literatura universal en su afán encomiable de acopiar concepciones estéticas y modelos de estilo para iniciar su propia elaboración literaria. Temperamentos y méritos como los de Edgardo Rivera Martínez justifican holgadamente que un profesor rompa sus normas de rígida imparcialidad para SALUDAR AL DISCÍPULO DISTINGUIDO, CON LA SEGURIDAD DE SALUDAR EN ÉL A UNO DE LOS FUTUROS ESCRITORES DEL PERÚ”.

¿Considera usted que el escritor nace, o puede también formarse?
Son las dos cosas. Son dotes naturales que los seres humanos traemos para la ciencia, para el arte, para la literatura, para la acción, para el deporte. Y al mismo tiempo, el estímulo que significa el ambiente familiar, el ambiente de los estudios de primaria, de secundaria, el medio en el que ha nacido el futuro escritor o escritora, la importancia de la cultura en nuestras ciudades, en nuestros pueblos.

¿Reconoce la influencia de otros autores en su narrativa?
Es difícil responder a esa pregunta. Pero diré en todo caso que hay escritores en prosa que me han fascinado: García Márquez, Borges, Azorín, en lengua castellana; Proust, en francés. Y de los clásicos he sido un temprano lector del Quijote, gracias a que nuestro abuelo materno nos dejó una hermosa edición ilustrada por Gustavo Doré. También el hecho de que mi hermano mayor fuese un gran lector, todo lo cual se ve reflejado en mi novela País de Jauja. Ese adolescente, su protagonista, es en muchos aspectos lo que yo fui o me sentí en esa etapa de la vida.

¿Cómo surgen sus historias?
Es difícil que pueda resumir cómo es que me viene la idea de un cuento. He escrito cuentos en diferentes etapas de mi vida, y a partir de  muy diferentes vivencias y experiencias..

¿Nos puede confiar su método de trabajo?
Cuando inicié mi trabajo literario lo hice con una máquina de escribir. Pero como tenía el afán de expresar o representar del mejor modo lo que tenía en mente, mi trabajo creativo era entonces un poco lento. Pero eso cambió radicalmente con la computadora. Gracias a las facilidades que ofrece para rehacer, cambiar, corregir, escribí País de Jauja en algo más de un año. Con la máquina de escribir era más complicado. ¡Cómo sería cuando los escritores escribían a mano y con pluma! ¡Cómo sería en la época de Cervantes!

¿Disfruta usted al corregir sus propios textos?
Sí. Es un trabajo que a veces es un poco arduo, pero se disfruta de los resultados. Es grato volver al mismo texto después de un tiempo, y ver qué puede mejorarse, qué se puede agregar.

¿Qué papel cumplen las ideas, la reflexión, en cada texto narrativo?
Un enorme papel. En mucho planos, y de diversas maneras. En la obra literaria, como en la obra de arte, hay una convergencia de pensamientos, de convicciones, de sentimientos, de aspiraciones, y de otros factores.

Nota: Edgardo Rivera Martínez es autor de una extensa obra narrativa. Su primer conjunto de cuentos, El Unicornio, se publicó en 1963. En 1982 se hizo acreedor de la primera versión al cuento de las 1000 palabras  de la revista caretas con Ángel de Ocongate. Su celebrada novela, País de Jauja, llegaría en 1993 (fue finalista en el prestigioso Rómulo Gallegos dos años después y se le consideró la mejor novela de la década). Rivera Martínez destaca además por sus importantes aportes en el estudio de los Viajeros del siglo XIX.

Fuente: Ministerio de Cultura

 

 

 

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Asociación Cultural rendirá Homenaje a Edgardo Rivera Martínez en Jauja

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Además se inaugurará exposición realizada en la Casa de la Literatura Peruana

ERM

(Jauja, 26 de septiembre) Hace unos meses País de Jauja, considerada por los críticos la mejor novela peruana de los años 90, cumplió 20 años de ser publicada. Edgardo Rivera Martínez, su autor y uno de los escritores más importantes que tiene el Perú, nació en Jauja un 08 de setiembre de 1933.

Paradójicamente, Rivera Martínez, ha recibido importantes homenajes y su obra ha sido objeto de estudio en coloquios internacionales de diferentes instituciones académicas y culturales de todo el Perú. Así, la Real Academia de la Lengua, la Cámara Peruana del Libro, la Feria del Libro Zona Huancayo, la Feria Internacional del Libro de Arequipa, la Casa de la Literatura Peruana, son algunas de las instituciones que reconocieron al autor del célebre cuento “Ángel de Ocongate”.

Sin embargo, Jauja, la histórica, guardaba la deuda con su insigne escritor que merece el mayor de los reconocimientos por la transcendencia de su obra literaria, en la que se plasma gran parte de esta tierra histórica donde nació y vivió, comprendiendo y dando a conocer el proceso de sincretismo cultural del mundo occidental y andino a través de sus personajes.

Es por ello que la asociación cultural Xauxa Tiempo y Camino, con el apoyo de empresas e instituciones, organiza y realiza el Homenaje de Jauja a Edgardo Rivera Martínez, el próximo 5 de octubre en la casa de la Beneficencia de Jauja a las 5:30 p.m., escribiendo así un capítulo importante en su historia y quehacer cultural, reconociendo y agradeciendo a su autor por toda una vida dedicada a la literatura y por inmortalizar su tierra en las páginas de sus libros.

Exposición de la Casa de la Literatura Peruana

Con motivo del Homenaje, se gestionó y realizó el traslado de la exposición “Edgardo Rivera Martínez: una literatura andina de amarus, unicornios y ángeles” que realizó la Casa de la Literatura Peruana en el mes de mayo y permanecerá en el mismo local de la Beneficencia hasta el 09 de noviembre.

Cabe resaltar que la exposición, producto de un trabajo de investigación por parte de la Casa de la Literatura Peruana, cumplirá el propósito de difundir la obra del escritor y que toda la población de Jauja y la región central pueda conocer y admirar.

Dato

En el homenaje participarán el director regional de cultura, Jair Pérez Bráñez; el historiador Carlos Hurtado Ames y Marko Capcha Solís, presidente de Xauxa Tiempo y Camino.

Con el ruego de su difusión.

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Rivera Martínez y la historia de Jauja

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El escritor peruano, nacido también en Jauja, acaba de publicar un libro que desanda la historia de esta ciudad que se convirtió en quimera de los españoles.

ERM

Carlos Villanes Cairo. Madrid

Cuando unos duros extremeños, hombres bajitos y extenuados por el hambre, divisaron la ciudad de Jauja, llena de gente y riqueza, desde la cumbre del cerro Huancas, se hincaron entre gemidos y alabaron su destino: arribar al mítico país de la abundancia.

Les colmaron de comida, regalos y doncellas. Su capitán, analfabeto y bastardo de los Pizarro, decidió refundar Jauja como la primera capital del Perú. Poco después la abandonó, pero la leyenda del paraíso alimenticio y metálico había nacido.

Xauxa para los nativos y Jauja para los españoles, era la consumación de una vieja quimera medieval, llegar más allá de los mares al País de la Cucaña o de Jauja, el lugar donde: “ Se nada en opulencia/y pobres no hay…sin crímenes, ni policía,/ni pleitos, ni guerras civiles…ni abogados, ni notarios/no se pagan contribuciones…porque como no hay dinero,/no se conoce nunca la miseria”, el poema es de Antoni Bori y Fontestá y aparece en el nuevo libro de Edgardo Rivera Martínez, Historia y leyenda de la Tierra de Jauja. La calidad de la narrativa de Rivera Martínez opaca la trayectoria académica, de investigador y antólogo, pero no por eso deja de ser importante su largo trabajo ensayístico. Sus libros sobre viajeros y ciudades como Lima, Trujillo, Arequipa, Huamanga, la Amazonía y Jauja son de gran ayuda para conocer la opinión de los más selectos intelectuales a través de los siglos.

En Historia y leyenda…, encontramos a François Delpech, posiblemente el mejor estudioso de la leyenda de la Tierra de Jauja en el siglo XVI. Carlos Urani, profesor en Ontario, dice: “Es un lugar ideal para los glotones, no hay jerarquías sociales; pagan por descansar y castigan por trabajar” (p.26)

De Lope de Rueda, transcribe un breve juguete teatral, La Tierra de Jauja, impreso en 1567 con 3 personajes a cual más confundidos y hambrientos. De Manuel González de la Rosa, presenta un texto publicado en París en 1907 sobre la leyenda de Jauja y un largo poema anónimo, “La isla de Jauja”. Por su parte, Manuel Herrero estudia la significación de Jauja en el contexto cultural español de mediados del siglo XX.

De Porras Barrenechea: “Jauja, mito y realidad”, donde el maestro dice: “Y aunque el Cuzco o Pachacamac fuesen más ricos, es Xauxa el nombre que retiene el prestigio de asombro.”(p.79 ) y un artículo de Rosa Pellicer sobre Islas singulares: Amazonas y Jauja. Finalmente, los textos de Rivera Martínez y Espinosa Bravo.

El apasionante libro trae reproducciones de cuadros afines donde sobresalen los de Pieter Brueghel, O. Berrfurth, Wenceslao Hinostroza y de K. Kasparavicius.

Fuente: La República

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‘A la luz del amanecer’, novela de Edgardo Rivera Martínez

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Ese es el título de la cuarta novela de este destacado narrador peruano, cuyo protagonista regresa a los andes para quedarse en la casa donde pasó su infancia y juventud. A la luz del amanecer (Alfaguara, 2012) será presentada este miércoles 21 de marzo.

Edgardo Rivera Martínez

Sobre Edgardo Rivera Martínez (Jauja, 1933) dijo el ilustre crítico literario Antonio Cornejo Polar: “su narrativa deslumbra, más que por la afanosa búsqueda de novedad, por la limpieza y hondura de su espléndida sencillez”. Este año, el autor de la célebre novela País de Jauja (1993) presenta su cuarta novela titulada A la luz del amanecer (Alfaguara, 2012).

El argumento del libro se centra en la historia del protagonista y narrador, Mariano de los Ríos, quien regresa a su casa natal, en Soray, en los andes centrales para quedarse en ella. Cuando recién llega vuelven los recuerdos de su infancia y juventud, de su familia y de las mujeres que ha amado.

“Una vez más en esta novela, que tiene no poco de libro de memorias, se va, como en las anteriores, de lo andino a lo universal, y se dan en ella diferentes situaciones, un balance vital, y un manejo terso del lenguaje”, se lee en la contracarátula de la novela.

La nueva obra de Rivera Martínez, a quien entrevistaremos próximamente, se presentará el miércoles 21 de marzo, a las 7:30 p.m., en librería Íbero de Miraflores (Av. Comandante Espinar 840). Los comentarios estarán a cargo de la poeta y guionista Giovanna Pollarolo y el el crítico literario Ricardo González Vigil.

Fuente: Perú 21

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Convocatoria al Congreso Nacional “LAS IDEAS DE NACIÓN EN LA NARRATIVA PERUANA DESDE LOS AÑOS CINCUENTA.HOMENAJE A EDGARDO RIVERA MARTINEZ”

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Edgardo Rivera
LAS IDEAS DE NACIÓN EN LA NARRATIVA PERUANA DESDE LOS AÑOS CINCUENTA

HOMENAJE A EDGARDO RIVERA MARTINEZ

17 al 21 de octubre de 2011

El Centro de Estudiantes de Literatura de la Universidad Mayor de San Marcos

Lima, Perú

CONVOCA AL CONGRESO NACIONAL

“Las ideas de nación en la narrativa peruana desde los años cincuenta.

Homenaje a Edgardo Rivera Martínez”

Semana de la literatura en San Marcos

¿Cómo se ha configurado la idea de nación en la narrativa peruana de las últimas décadas? ¿Cuáles son los planteamientos ideológicos a partir de este concepto? ¿De qué manera se construye la idea de nación en la obra de Edgardo Rivera Martínez? A partir de los años cincuenta, la literatura peruana atraviesa una serie de cambios que dialogan con los distintos procesos sociales y culturales en el país. El espacio de la creación verbal toma nuevas direcciones. De este modo, surge la narrativa urbana y se renueva el indigenismo; a su vez, sistemas no canónicos como el relato fantástico y el policial se fortalecen. En suma, se forman importantes derroteros para un largo proceso de modernización en nuestras letras. Es en este contexto donde aparece la obra de Edgardo Rivera Martínez la cual difiere de otras propuestas pues este autor rompe con las dicotomías establecidas en el ámbito histórico y literario, que se han repelido y atraído, pero pocas veces conjugado.

La comisión organizadora de las actividades académicas por la Semana de la Literatura en San Marcos convoca a la comunidad académica nacional e internacional a presentar trabajos de acuerdo a los siguientes ejes temáticos:

1.- Las ideas de nación en la narrativa peruana desde los años cincuenta.

2.- El proyecto de nación ligado a los procesos de modernización.

3.- Problematizar el periodo de nuestra literatura a partir de la categoría de nación.

4.- Metacrítica (teoría e historiografía) sobre conceptos como indigenismo, neoindigenismo, posindigenismo, etc.

5.- Investigaciones en torno a la obra de Edgardo Rivera Martínez.

-Problematizar de la clasificación de su obra.

-Estudios sobre su novelística y cuentística.

-Relaciones e influencias en su obra.

Los interesados deberán presentar sus sumillas a la siguiente dirección electrónica:

semanadelaliteratura2011@gmail.com; asimismo deberán cumplir los siguientes requisitos formales:

Un archivo de formato word conteniendo el título de la ponencia,el resumen descriptivo (de aproximadamente 250 caracteres) y los datos del participante (Nombres, teléfonos celular o fijo, correo electrónico y, de manera obligatoria, la filiación institucional).

El Comité Organizador acusará recibo de las propuestas y notificará la aceptación de las sumillas antes del 25 de setiembre por medio de un correo electrónico o una llamada telefónica. Luego de conocidos los resultados, el seleccionado deberá enviar su ponencia a más tardar el 15 de octubre, la cual no deberá exceder las 10 carillas (excluida la bibliografía), en formato A-4, Arial 12, a doble espacio y con el citado de fuentes según el sistema internacional del MLA. La extensión de las ponencias no deberá exceder los 20 minutos de lectura oral. La lengua del congreso es el español. Asimismo, se deberá adjuntar los créditos o la reseña biográfica del ponente.

Comité organizador CELIT-UNMSM
– Manuel Larrú Salazar (Director de la EAP Literatura – UNMSM)
– Antonio González Montes (Coordinador del Dpto. Literatura – UNMSM)
– Dorian Espezúa Salmón
– Mauro Mamani Macedo
– Elizabeth Lino Cornejo

Fuente: CELIT UNMSM

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EL ALMA Y LOS MUCHACHOS MÚSICOS

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Cuentos Populares de Jauja (Pedro S. Monge)

Cuentos de Jauja

Aprovechando una noche de luna salieron al campo varios muchachos de escuela, llevando sus instrumentos musicales. Iban por los caminos tocando diversos aires, hasta que acertaron a pasar por delante de una capilla, en cuya puerta divisaron a un alma que rezaba. Se les ocurrió entonces fastidiar a esa alma con sus instrumentos de música. Y, sin más ni más, se situaron detrás de la capilla y desde allí comenzaron a tocar sus instrumentos, con todas sus fuerzas, formando un estrépido de los mil diablos.

El alma no toleró tamaña burla, y, revolviéndose furiosa, arremetió contra los bullangueros. Pero en lugar de mandarlos con la música a otra parte, los obligó a permaneces donde estaban y a tocar sus instrumentos toda la noche, sin descansar, so pena de ser muertos si otra cosa hacían.

Los muchachos se vieron obligados a obedecer y se quedaron tocando toda la noche, de miedo al alma. De esta manera se pasaron las horas, toca y toca, hasta el amanecer. Cuando rayó el alba, el alma se fue, dejándolos en libertad.

Jauja, 17 de noviembre de 1955.
Referido por Esteban Mayta, de 56 años, natural de Julcán, padre del alumno. Sabe leer.
Recogido por José Godofredo Mayta Torres, alumno del 4to. Año de Secundaria, Sección “B”.
Recopilado por Pedro S. Monge, profesor del mismo colegio.

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Nota: Pedro S. Monge Córdova. Cuentos Populares de Jauja. Publicado por la Municipalidad Provincial de Jauja, 1991, p. 20.

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EL LEGADO DEL ALMA

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Cuentos Populares de Jauja (Pedro S. Monge)

Cuentos Populares de Jauja

Había una señora que tenía mucha fe en los difuntos. Iba todos los días al cementerio a orar en las tumbas. Buscaba, de preferencia, las tumbas caídas, olvidadas, de hacía mucho tiempo. Rezaba muy devotamente arrodillándose al pie de cada tumba.

Una día de tantos, cuando estaba orando según su costumbre, le tocó el hombro un caballero vestido de negro. La señora se asustó mucho, pero el caballero le dijo que nada temiera porque ella era la única que se acordaba de ellos, y que en premio a su virtud iba a comunicarle un secreto que le traería felicidad.

La señora, ya respuesta del susto, le escuchó atenta, y el caballero le dijo:

– Dios no me recibe en el Cielo porque fui rico. Tengo mi casa en tal parte (y le indicó el lugar en que se encontraba la casa), pero está encantada y nadie puede entrar en ella: yo estoy viviendo allí porque no puedo ir al Cielo. Tengo también chacras, cercos, y también dinero escondido. Te dejaré todo eso. Los “papeles” están en la casa, en tal parte (y le señaló el sitio donde estaban las escrituras de sus propiedades). Todos tienen miedo de ir a mi casa porque está encantada, pero tú no tengas miedo, anda no más, saca los “papeles”, no te haré nada. Una vez que te hayas dueña de todos mis bienes, yo podré irme al cielo.

Diciendo esto desapareció.

La señora fue a la casa y saco los “papeles” del lugar indicado por el caballero. Y tal como éste lo dijera, al día siguiente la señora era rica, poseedora de casas, chacras, cercos y dinero. El caballero no volvió a presentársele más.

Mientras tanto nadie sabía cómo se había hecho rica la señora que un día antes era pobre.

Jauja, 19 de abril de 1954.
Referido por Octavio Quispe B., de 46 años, sabe leer.
Recogido por Grimaldo Quispe Hilario, alumno del 4to. Año “B”, del Colegio Nacional de San José.
Recopilado por Pedro S. Monge.

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Nota: Pedro S. Monge Córdova. Cuentos Populares de Jauja. Publicado por la Municipalidad Provincial de Jauja, 1991, p. 19.

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UNA BRUJA Y TRES HUÉRFANOS

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Cuentos Populares de Jauja (Pedro S. Monge)

Cuentos Populares de Jauja

En la ceja de la selva vivían antiguamente un hombre y una mujer que llegaron a tener tres hijos, el segundo de los cuales había nacido con una estrella en la frente y la virtud maravillosa de pronosticar el porvenir y adivinar el pensamiento de los demás.

Un día los padres partieron hacia la montaña a traer fruta. Los pequeños aguardaron ansiosos su regreso, pero pasaron muchísimos días y los padres no volvían porque habían sido devorados por las fieras. Entonces el niño que tenía la estrella en la frente adivinó la muerte de sus padres y entre los tres acordaron ir en busca de sus restos. Prepararon su fiambre y, cuando todo estuvo listo, emprendieron el viaje. A los tres días de penoso camino llegaron a una casa en donde vivía una anciana, quien al verlos les dijo:

– ¿A dónde van “huillcas” (nietos)? Yo soy abuelita de ustedes; viviremos aquí y se acostumbraran con mi “huilllquita”.

Los tres huérfanos que habían llegado llorando, se tranquilizaron oyendo hablar a la vieja. Después de la comida la anciana les dijo que dormirían con huillquita. Efectivamente, los tres niños y la chiquita de la anciana se acostaron en la misma cama y se durmieron, mientras la anciana se quedo “chac-chando” su coca.

Pero esta vieja era una bruja malvada. Había atraído a los tres huérfanos con el propósito de victimarlos. Felizmente, a cierta hora de la noche, el chico que llevaba la estrella en la frente se despertó y conoció los designios de la vieja que en esos momentos tenía ya preparado su cuchillo. Entonces despertó a sus dos hermanitos y les dijo:

– ¡Vámonos: nos escaparemos! ¡Esta vieja bruja nos quiere matar!

Sin perder un momento, los tres huérfanos salieron en silencio, con mucho cuidado de la casa y se fueron, siguiendo su camino.

A poco rato la bruja entró despacito a donde dormían las criaturas esgrimiendo su gran cuchillo. En la oscuridad agarró una cabeza y la cortó. Buscó la segunda cabeza pero no la consiguió ni tampoco la tercera. Entonces, renegando, prendió luz y vio que había matado a su nieta a quien tanto quería. Los tres huérfanos no estaban.

La bruja gritó, lloró y rabió. Hecha una furia tomó un costal y su tinya y salió en busca de los huerfanitos. Tomó detrás de ellos el mismo camino que habían seguido y a cada paso tocaba su tinya diciendo al mismo tiempo:

– ¡Pára, ñañacha! ¡Tín! ¡Pára, ñañacha! ¡Tín! ¡Pára, ñañacha! ¡Tín!

A cada golpe que daba en la tinya y a cada palabra que pronunciaba la vieja bruja, los huerfanitos no podían caminar, sus pies se ponían como lana.

Entonces el chico adivino aconsejó a sus hermanitos para que se subiesen a un árbol, a donde la vieja no podría subir. En efecto, el mayor se subió hasta la copa del árbol, el segundo, o sea el adivino, se quedó en la mitad sin poder subir más; pero el menorcito no pudo subir nada, y como la vieja estaba ya cerca, pensó esconderse entre las raíces del árbol, cubriéndose con sus ramas, y así lo hizo.

Cuando llegó la bruja vio a los huérfanos encaramados en el árbol. Entonces aparó la boca del costal al pie del árbol y cogiendo su tinya empezó a tocar diciendo:

– ¡Cae, ñañacha! ¡Tín! ¡Cae, ñañacha! ¡Tín! ¡Cae, ñañacha! ¡Tín!

En ese momento cayó el chico adivino dentro del costal, cuya boca amarró la bruja inmediatamente. Como el mayor no caía del árbol, la bruja resolvió subir. Dejó al pie su tinya y se subió al árbol. En ese momento el menorcito salió de su escondite y corrió a desatar la “amarradera” del costal para libertar a su hermano. Una vez desatado, el adivino agarró la tinya y comenzó a tocar diciendo:

– ¡Cae, bufacha! ¡Tín! ¡Cae, bufacha! ¡Tín! ¡Cae, bufacha! ¡Tín!

Y ¡tín! La bruja cayó dentro del costal, cuya boca los chicos cerraron y amarraron fuertemente. Luego, entre los tres, los huerfanitos cargaron el costal con la bruja dentro y lo llevaron a un río y lo echaron allí.

De esta manera terminó la vida de la bruja y los tres huérfanos se volvieron a su casa llenos de temor, llevándose la tinya de la vieja. Se salvaron gracias al niño adivino.

25 de setiembre de 1946.
Masajcancha, anexo del distrito de Paccha, provincia de Jauja, departamento de Junín.
Referido por Epifania Gómez, de 36 años, a Aparicio Pomasunco Vilca, alumno del Tercer Año del Colegio Nacional de “San José”
Recopilado por Pedro S. Monge, profesor del mismo Colegio.

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Nota: Pedro S. Monge Córdova. Cuentos Populares de Jauja. Publicado por la Municipalidad Provincial de Jauja, 1991, pp. 230/232.

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EL JOVEN AMANTE DE LA BRUJA

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Cuentos Populares de Jauja (Pedro S. Monge)

Cuentos Populares de Jauja

Cierta vez, en un pueblo lejano, había una bruja que tenía una hija bonita. Esta muchacha tenía un amante que iba continuamente a verla en su casa.

Un día la muchacha le dijo al joven:

– Esta tarde no vas a venir a verme, porque no voy a estar en casa. Tengo que ausentarme.

No quiso decirle a donde se iba a pesar de que el joven le rogó. Por esta razón el joven se picó, cuando llegó la tarde decide ir a la casa de su enamorada. Llega a la casa y halla las puertas cerradas. Sin embargo, por una ventana que da a la calle ve que hay luz en esa habitación, señal de que alguien está adentro. Lleno de curiosidad se propone averiguar quién está en el interior de la casa, acerca el oído a la ventana y escucha que hay dos personas que conversan en la habitación: son la bruja y su hija que hablan. Intrigado por tal misterio, quiere ver lo que hacen allí madre e hija y asomando la cabeza por la ventana, aguaita con todo cuidado. Lo que entonces vio lo dejó maravillado.

En la habitación había un gran recipiente lleno de agua, que al parecer esperaba a las dos mujeres que estaban desvistiéndose. Cuando estuvieron desnudas se metieron al recipiente y comenzaron a bañarse. Pero el agua del recipiente era sin duda un agua especial, compuesta para brujas, porque a medida que se bañaban les salían plumas por todo el cuerpo. En seguida les aparecían alas y finalmente les salió el pico; total, que las dos brujas quedaron convertidas en un par de lechuzas.

Las tales lechuzas intentaron volar para ver si estaban en aptitud de hacerlo y a la segunda intentona comenzaron a volar. Se salieron por la puerta y desaparecieron por el espacio.

El joven contemplaba pasmado la transformación de su amada y de su madre en dos lechuzas que se fueron volando. Entró a la casa y fue a tocar la ropa de las mujeres que habían quedado en la habitación. De pronto, sin pensar en lo que iba a hacer, le entró la tentación de probar en su persona la virtud de esa agua de brujas. Se desnudó rápidamente y se metió en el recipiente, donde comenzó a bañarse, imitando los movimientos y gestos que había visto hacer a las brujas.

Instantáneamente comenzó su cuerpo a cubrirse de plumas y a los pocos instantes estaba a su vez convertido en búho. Levanta también en el vuelo y sale hacia el espacio, donde se orienta y se dirige por el lugar que habían seguido las brujas.

Volando y volando, llega a las puertas de un gran palacio, a donde penetra audazmente. Allí encuentra a la bruja y a su hija junto a unos grandes príncipes, que no eran otros que los diablos y demonios.

Las brujas, que vivían familiarmente con los diablos, se entregan a realizar actos asquerosos con ellos. Lamían el ano de los diablos, mientras éstos se zurraban asquerosamente. También el joven, impulsado por ese espíritu de imitación, que era fuerte en él, se aviene a participar en uno de estos actos, pero se asquea de repente y exclama: “¡Jesús!”.

Al instante desaparecieron los diablos, las brujas y el palacio en que se hallaban. El joven apareció entonces en el fondo de un barranco muy profundo, entre unas montañas escabrosas. Estaba completamente desnudo. Toda su metamorfosis en búho había desaparecido.

En fin, para salir de allí tuvo que sufrir mucho. Viajó desde ese lugar muchos días, veía gentes, pero éstas huían de él con espanto creyéndolo un fantasma, porque lo veían desnudo, lleno de heridas, hambriento y que iba gritando.

Algunos días después halló chozas en las punas. Los puneños se convencieron de que era gente como ellos y le tuvieron lástima. Le regalaron sus ropas viejas y víveres, y el joven contaba a la gente lo que le había sucedido y cómo había llegado a ese estado. En un pueblecito donde había parroquia se confesó.

Así iba peregrinando, camino a su pueblo, pero muy lejos entre gentes desconocidas. Desgraciadamente, al poco tiempo perdió el juicio a causa de los males que había sufrido y poco después murió sin llegar a su terruño.

Agosto de 1949.
Jauja, capital de la provincia, departamento de Junín.
Referido por el alumno Epifanio Valenzuela Cueva, del 4to. Año “B”, del Colegio Nacional “San José”.
Recopilado por Pedro S. Monge.

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Nota: Pedro S. Monge Córdova. Cuentos Populares de Jauja. Publicado por la Municipalidad Provincial de Jauja, 1991, pp. 227/228.

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EL JOVEN QUE SE DISFRAZABA DE ALMA

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Cuentos Populares de Jauja (Pedro S. Monge)
Cementerio de Jauja

Por aquellos tiempos había un joven a quien le llamaban “Almatapla”, por las veces que había tropezado con las almas, según contaba él. Este joven cada vez que moría una persona en la ciudad, solía salir por las noches cubierto con un hábito blanco a deambular por las calles del pueblo. Lo hacía para asustar a las personas miedosas, que creían que era el ánima del difunto.

En una de esas noches que recorría la ciudad en hábito de alma, se encontró con un ser realmente del otro mundo que le detuvo en su camino para preguntarle quién era y a dónde iba. Sorprendido y asustado el joven disfrazado no supo qué contestar por el momento. Entonces el alma le preguntó si era de este mundo o de la otra vida. Viéndose apremiado, el joven recobró todo su aplomo y respondió resueltamente que era del otro mundo.

Pero ya el alma había advertido que se trataba de un farsante y para comprobar su mentira, lo llevó a una iglesia y deteniéndose ante la puerta cerrada le dijo:

– Si eres del otro mundo, abre esta puerta para que entremos a rezar.

El joven hizo grandes esfuerzos tratando de abrir la puerta, pero no pudo. Entonces el alma pronunció unas palabras extrañas y la puerta se abrió por sí sola.

Entraron al interior de la iglesia. El joven iba detrás del alma, dispuesto a hacer lo que ella hacía. Así se dirigieron al pie de la primera imagen y puestos de rodillas comenzaron a rezar. El alma rezaba de una manera muy distinta de cómo rezamos entre los vivos y el joven trataba de imitarle. De este modo recorrieron la iglesia arrodillándose al pie de cada imagen y rezando muy devotamente.

Cuando al fin terminaron de rezar abandonaron la iglesia y el alma cerró la puerta con las mismas palabras extrañas. Luego se dirigieron al cementerio, a donde el alma regresaba para bajarse a su sepultura. El joven iba encantado con la compañía de este ser del otro mundo, esperando averiguar aún más lo que haría en la noche.

Una vez en el cementerio, el alma le preguntó al joven cuál era el sepulcro en que habitaba. El joven, que no tenía sepulcro, creyendo que podía engañar a un alma, le indicó sin vacilar el sepulcro de otro. Entonces el alma, que conocía muy bien al habitante de aquel sepulcro, no pudo sufrir esta nueva mentira, y, lleno de cólera, victimó al mentiroso.

Al día siguiente hallaron el cadáver del “Almatapla” tendido sobre una tumba.

Jauja, 05 de abril de 1954.
Recogido por José Mayta Torres, alumno del 3er. Año “C”.
Referido por Pedro Vivanco, de 50 a 60 años, natural de Julcán, de oficio zapatero, sabe leer, hermano de la abuela del alumno.

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Nota: Pedro S. Monge Córdova. Cuentos Populares de Jauja. Publicado por la Municipalidad Provincial de Jauja el año 1991, pp. 22 y 23.
Foto: Gynko Álvarez

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