El miércoles 1ro. del presente mes, con motivo de recordarse el 106 aniversario del nacimiento del ilustre intelectual jaujino don Pedro Monge Córdova, se realizó la presentación del libro “Pedro Monge: ayer y hoy” cuya autoría corresponde al Licenciado jaujino Gilberto Espinoza Peñaloza, en el Auditorio del Instituto Superior Pedagógico “Pedro Monge Córdova” de Jauja.
Una deferencia inmerecida del autor me llevó hasta el estrado principal para hacer la aludida presentación de esta obra que trae copiosa información del trasuntar del ilustre Maestro josefino por este mundo de carencias y demandas insatisfechas. Vida que se desarrolla casi a lo largo de todo el siglo XX.
La obra, como señala el autor en la introducción, ha sido elaborada en forma didáctica y está segmentada en cuatro capítulos cada cual mas interesantes que los otros. El primero, en mi opinión, es el que llama la atención por los interesantes datos cronológicos que contiene, especialmente de la primera mitad del referido siglo, donde abundaba la actividad cultural que, entonces, desarrollaban connotados jaujinos de la talla del Dr. Adolfo Bravo y Guzmán, Clodoaldo Alberto Espinoza Bravo, Ernesto Bonilla del Valle, los hermanos Max y Manuel Espinoza Galarza, Abelardo Solís Vásquez, Hildebrando Castro Pozo, Pedro Zulen, Armando Castilla, AlgemiroPérez Contreras, etc.. Igualmente explica todos los afanes desplegados por los actores sociales que estaban comprometidos con ese fanal de luz llamado Colegio “San José” de Jauja, asimismo hace un prolijo relato de los larguísimos logros obtenidos por docentes y estudiantes de este prestigioso e histórico centro de estudios.
El segundo capitulo es eminentemente académico. El autor pone énfasis en la metodología de enseñanza de Pedro Monge en el viejo colegio josefino, basado en capitalizar las fortalezas del idioma sobre las bases de la lectura y de una relación empática y dialógica con sus educandos. Es conocida la importante gravitación que tuvo el Maestro en la literatura y la forma como uso a los autores clásicos para sus fines de enseñanza. Todo esto, Espinoza Peñaloza, lo desarrolla con asombrosa paciencia. El tercer capitulo, está dedicado a relevar la actuación de Pedro Monge en el campo literario y nos hace ver los ejes de su preocupación: Jauja, por un lado, a la que consagra su pluma que se expresa en su obra póstuma “Estampas de Jauja” y su obra cumbre llamada “Cuentos Populares de Jauja”. Para su amado “San José” consagró las ediciones varias de la Revista “Xauxa”. Esta actuación, en el campo literario, le dio a Pedro Monge una categoría de autor costumbrista y le mereció el reconocimiento de José María Arguedas, Ricardo Tello Devoto, Carlos Villanes Cairo y otros. Finalmente, en el capitulo cuarto, el autor reproduce dos entrevistas que las juzga históricas por cuanto se dieron en un contexto singular como fue el Centenario del colegio josefino y en el que Pedro Monge deja aflorar todo un mundo de nostalgias y temores. Culmina, Gilberto Espinoza, con una apreciación especial sobre la relación amical que tuvo con otro jaujino de ignorada valía como fue don Miguel Martínez Saravia, quien en su calidad de albacea tradujo los deseos de Pedro Monge de donar la biblioteca y su casa a la Municipalidad Provincial de Jauja y editar su obra “Cuentos Populares”, encargos que final y escrupulosamente cumplió.
En un tiempo de precariedades como el nuestro, el esfuerzo desplegado por el autor para que nuestra comunidad local y nacional conozca la vida y obra de un jaujino emblemático como Pedro Monge, constituye una verdadera hazaña, una tarea incomprendida por los esfuerzos inauditos que hay que desplegar, por ello le alcanzamos nuestra felicitación mas emotiva y nuestros augurios de que su obra se constituya en una fuente de motivación para nuevos anuncios, que de seguro los habrá.
Por mi parte, y como quiera que al concluir el primer capitulo, Gilberto Espinoza, formula una cordial invitación para que estudiosos aporten mayores datos rastreando las huellas indelebles del glorioso “San José”, nuestra Jauja y, especialmente, la vida de Pedro Monge, con el ánimo de contribuir a este enjundioso estudio quiero, respetuosamente, expresar algunas precisiones complementarias, que se desprenden de la lectura de la obra que comentamos:
Pedro Monge estudió en la Universidad de San Marcos en la década del 20 del siglo anterior y obtuvo su titulo muchos años después, en 1966, tal como precisa el autor en la página 29 de su obra. De este hecho hay dos cosas necesarias que decir: el primero está referido al nombre de la tesis de su graduación, pues el autor sostiene que se llamó “Análisis Lógico en la Escuela Secundaria” y, quien escribe este post, afirma que se llamó “Del paso Oral a la intervención oral”, según referencias que aparecen en la Revista Xauxa editada con motivo del centenario del colegio josefino. Por otro lado hay un hecho inusual en la historia de la educación que es necesario remarcar: cuando Pedro Monge estudiaba Educación en San Marcos, su compañero de carpeta era don José Jiménez Borja, que después fuera connotada autoridad y autor de gramática española en nuestra patria; 40 años después, cuando Monge fue a sustentar su Tesis, Jiménez Borja, el otrora compañero de estudios, fue el Presidente del Jurado Examinador. Esta verdad me fue confiada por el mismo Pedro Monge, lo que le otorgó ingrediente original a la vida de un verdadero pro hombre jaujino.
Pedro Monge no ha muerto, está vivo en su obra que trasciende lo inmediato y llega a lo mediato y, fundamentalmente en el ejemplo de su vida que, estoy seguro, inspirará y guiará la vida de muchos de sus seguidores: Mi homenaje a la memoria de este gran jaujino.