Carta abierta a Carlos A. Anderson*
En referencia a su artículo publicado en el diario Gestión del día Viernes 20 de agosto del año 2010; la versión digital puede ser vista aquí: “Estar en Jauja”

Alguien decía, que el hombre cuando escribía se “desvestía” frente a los demás, este es el caso de Carlos Anderson, profesor de CENTRUM, el Centro de Negocios de la Universidad Católica, veamos -como una muestra- la forma de pensar de este profesional y la visión diminuta que posee de un bastísimo territorio totalmente desconocido para él, y que ha visitado hace poco, plasmando un contexto en su artículo Estar en Jauja; publicado en el diario de economía y negocios del Perú, Gestión.

Las palabras correctas en este caso deberían ser Esto es Jauja, y que éstas fértiles tierras no fueron fundadas como la nueva capital del Virreinato del Perú -como menciona Anderson- y que en esos tiempos no existía como tal; sino, como la primera capital de los Reinos de Nueva Castilla.

Anderson menciona que sus alumnos le preguntan “como se mide el progreso”, diríamos que lo mejor que podrían hacer sus alumnos es “medirle” la “extensión” de su conocimiento.

Es innegable, y no se puede ocultar que todas las provincias de la Región Junín tienen deficiencias en infraestructura y calidad de vida, y esto no significa que sea una “tragedia griega” como argumenta el autor, al afirmar que no hay un aeropuerto en la ciudad de Huancayo y al “aislamiento” en que se vive. Por lo visto el profesor Anderson ha perdido la noción de las distancias, porque a su “viajecito” a la ciudad de Huancayo que es toda una aventura, le incluya también los tramos que hace en la ciudad de Lima para contabilizar su tiempo perdido. Al parecer para el profesor Anderson sería mejor que el aeropuerto lo tenga dentro de su casa y no en la ciudad de Huancayo, claro si de no perder tiempo se trata.

Lo que plantea el profesor Anderson es el mismo centralismo con el que piensa y enseña, todavía no es consciente que el valle del Mantaro es una UNIDAD geográfica de casi 60 km. de largo por 15 km. de ancho, abarcando cuatro provincias, Jauja, Concepción, Huancayo y Chupaca, y que hasta el año de 1860 constituían parte de la provincia de Jauja. El “pensamiento” Anderson plantea que Huancayo tenga su propio aeropuerto, pero no se da cuenta (o no puede darse cuenta) que el aeropuerto está en Jauja a 30 minutos de la ciudad de Huancayo; a 15, de la ciudad de Concepción, y a 30 minutos de la ciudad de Chupaca; a veces las letras de un doctorado son tan grandes en peso y tamaño que obstaculizan nuestra visión. Hoy en día, líderes de opinión pública y candidatos políticos han comenzado a repensar el valle del Mantaro como una UNIDAD a desarrollar, y eso es un gran avance. Anderson puede ser un excelente profesional en banca y economía (y con seguridad lo es), correspondiéndole la mitad de un círculo de calidad; la otra mitad es cuestión de ser, de su calidad humana la que corresponde a una visión de conjunto, a ser flexible, receptivo y adaptable, a generar un contexto que implique conocimiento y realidad; a tener esa particular sensibilidad para plantear CÓMO Junín y el valle del Mantaro pueden desbloquear ese 3% que aportan al PBI nacional; necesita ser un ejecutivo “Glocal” porque los atributos antes mencionados no se enseña ni en las mejores universidades del mundo (como lo menciona la Harvard Business Review), y Anderson los necesita para interpretar el Perú profundo, y porque no, para asegurar la calidad de su enseñanza y el buen desempeño en sus labores profesionales; esto es un punto muy importante que el profesor Anderson necesita aprender, y no estar quejándose por lo “cansada que debe sentirse la avionetita”.

Predica una verdadera descentralización del país, cuando plantea construir otro aeropuerto en el valle del Mantaro, o sea serían dos: uno en Jauja, y otro en Huancayo, donde la distancia a recorrer es de solo media hora (tiempo usual en casi todos los aeropuertos del mundo). Nos preguntamos si, ¿mejor no sería diseñar para el aeropuerto regional “Francisco Carlé” de Jauja los incentivos suficientes para invitar a las aerolíneas a desarrollar esta ruta, y la manera de mejorar la infraestructura existente?. A modo de comentario, a mediados del mes de agosto arribó al aeropuerto de Jauja el avión Boeing 737 de la Fuerza Aérea del Perú con una delegación de 50 personas del Club Deportivo Universidad César Vallejo; también es de resaltar que LAN PERÚ se encuentra interesada en desarrollar esta ruta, para lo cual viene solicitando al Ministerio de Transportes adecue la infraestructura para poder recibir aviones como los Airbus A319 de su flota con capacidad para 144 pasajeros. Mientras los ejecutivos de una empresa aérea y las autoridades están pensando la forma como mejorar la infraestructura del aeropuerto de Jauja, tenemos aquí al profesor Anderson -candidato a Doctor por la London School of Economics- “rezando en voz alta para que no se caiga la avionetita”.

Estar en Jauja se refiere al sentido geográfico, la frase ¡Esto es Jauja! Es sentimiento, es emoción, y por lo visto el profesor Anderson no lo ve así, poco lo siente, y peor aún cuando da a entender que: cuando haya una verdadera descentralización económica en el país la frase Estar en Jauja será moneda común entre los peruanos; y peor, sigue “extraviado”. Reafirmamos una vez más, que la visión que tenían los europeos/españoles, era la visión de todo lo que es actualmente el Perú. ¡Esto es Jauja! Corresponde al país en que vivimos, es el país que sentimos, es el país que construimos AHORA, es el país del cual nos sentimos orgullosos AHORA, no es el país económicamente exitoso del futuro. En el valle del Mantaro, a los hombres nos gobierna más el sentimiento y la emoción, y precisamente son las emociones quienes gobiernan el mundo.

Con el artículo del profesor Anderson, nos damos cuenta perfectamente de cuan “distanciados” se encuentran los de afuera y los hombres del corazón, en los andes centrales del Perú, nosotros los andinos.

Es signo de preocupación cómo piensan y escriben profesionales como Carlos Anderson; desubicados y mal informados, con escasa visión y conocimiento de nuestra historia, artículos con contenido inexacto (como el que motiva esta carta) que difunden en la web, y en los principales diarios del país, y lo más preocupante ¿qué calidad de conocimiento transmiten a sus alumnos?

Del pensamiento de Richard Webb: (…) en la sociedad moderna, el economista ha venido a suplir la función del sacerdote, volviéndose más predicador que investigador, y repartiendo recetas en vez de conocimiento (…), sin lugar a dudas (en nuestra opinión) es la calzatura exacta para Carlos Anderson.

Trayendo a colación la frase del inicio, nos preguntamos ¿querrá revertir esta situación Anderson? ¿Lo hará en su “avionetita cansada”, rezando para que no se caiga, en aislamiento en su departamento de San Isidro, sin ningún esfuerzo y en el menor tiempo posible? O, ¿será una “tragedia griega” y simplemente se olvidará del asunto? Para todo esto, bien le vendría aprender siquiera un poco de humildad, que también es otro de los atributos que mencionan en la Harvard Business Review como requisito indispensable para comprender la realidad social, económica, geográfica, ambiental y cultural del entorno donde se desenvuelven estos ejecutivos, constituyendo uno de los formidables desafíos para las escuelas de negocios que formarán a los líderes de este siglo.

*Carlos Anderson
Candidato a Doctor en Historia Económica de la London School of Economics. Master en Economía de la Universidad de Londres. Bachiller en Economía por la Universidad del Pacífico. Especialista en banca de inversión. Laboró en los bancos UBS, Lehman Brothers y ABN AMRO. Periodista especializado en temas económicos de la BBC, The Economist Group y diversos diarios latinoamericanos. Socio de Europa Partners y de StandSure Corporate Advisors. Profesor de Macroeconomía en la ciudad de Huancayo. Profesor en CENTRUM de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

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