[Visto: 877 veces]
He llegado de nuevo
a la puerta de tu casa,
y me siento sobre la alfombra
con su irónico “bienvenidos”.
Tras aquel día gris
en que sin más me marché,
la soberbia me dejó
con mi amargo silencio.
Recapacite depués de un tiempo,
reconociendo el maltrato
al que en forma injusta
te sometí con agravios.
Con no verte, con no buscarte,
con no decirte que lo siento,
la soledad me cubrió
con su manto de melancolía.
Sé que no he vuelto
para entrar otra vez,
en tu vida y tu corazón,
para entregarte la dicha.
Sólo quiero llorar
bajo esta copiosa lluvia
que me humedece el alma
bajo tu puerta cerrada.