Cuando llegó a su casa, Manuel se dirigió directamente al cuarto de su hija. “¿Dónde está tu madre?”, le preguntó apenas terminó de cerrar la puerta de la habitación. Alexia le contestó que Fernando estaba hablando con ella sobre sus estudios.
“¿Te pasa algo?”, ella le cuestionó al verlo tan ansioso. “Tu novio… Joel, o como se llame… te ha estado mintiendo”, le dijo su padre, y empezó a contarle la charla que tuvo con Salvio. “No sé quién es en realidad, pero hay algo muy cierto: él busca algo y, definitivamente, no es algo bueno”, afirmó Manuel tratando de convencerla.
Para Alexia, de alguna forma empezaron a encajar las cosas. “Papá, creo que debes saber esto”, murmuró la joven y le contó el episodio con Sofía en la casa de Joel. Manuel simplemente quedó perplejo. “No hables nada de esto con tu madre”, le dijo su padre una vez que se repuso del asombro.
Manuel decidió no ir al cuarto matrimonial, sino que más bien fue hacia el salón de despacho contiguo a la sala. Entró dejando entreabierta la puerta de la oficina, pasó al costado del escritorio y se acercó hacia el casillero izquierdo.
Sacó una llave de su bolsillo, abrió y miró dentro. Su mirada se detuvo un momento en la parte superior derecha. Retiró los papeles que allí se encontraban y sacó un pañuelo verde que ocultaba algo. Volteó y abrió la cubierta: era una pistola. Mientras la volvía a guardar, una sombra observaba tras de la puerta.