(viene del capítulo anterior)
Carlos trató de apresurarse pero una misteriosa fuerza lo detuvo. “¿Qu… qué es esto?”, dijo él con evidente dificultad. “Esto es lo que pasa cuando enfrentas a cosas que no comprendes”, respondió Laura levantándose de la banca sin ninguna prisa.
Carlos dejó caer el puñal al piso y se retorció de dolor, como si alguien doblara cada uno de sus músculos. La poseída tomó el puñal y se acercó para ponerle fin a su sufrimiento. Sólo le quedaban unos cuantos pasos más hasta que alguien la hizo retroceder.
El desconocido que había curado a Carlos apareció en escena y sus brazos asieron con fuerza el cuello de Laura. “¡Maldito! Así que esta era tu trampa, padre”, dijo la poseída revelando la inesperada sorpresa y dejando a Carlos muy estupefacto.
(continuará)