(viene del capítulo anterior)
Nati no dudó en llevarlo hasta su habitación en el segundo piso. Jorge no sabía cómo comprender lo que estaba sucediendo. Y así como ella se entregó dócilmente a él, él tampoco dejó pasar la oportunidad. Dos cuerpos desnudos se entendieron en un profundo éxtasis que duró las siguientes horas.
Una vez que se cansaron, Jorge pasó su mano por la cintura de Nati, tocándola con sumo placer. “Te amo”, susurró el joven. Ella sonrió y se le quedó mirando por varios segundos sin decir nada. “Yo también te amo”, Nati rompió el silencio y le dio un beso en los labios. Más tranquilo por esa revelación, Jorge se quedó muy dormido.
Despertó como a las dos horas. Nati ya no estaba a su lado en la cama, así que pensó que estaría estudiando en la sala. Se cambió y bajó lentamente por las escaleras. Él sueña despierto y espera poder tenerla otra vez entre sus brazos. “Hola mi…”, hace su ingreso en la sala sin imaginar que el sorprendido sería él: Nati está sentada en el sofá… junto con Roberto.
(continúa)