1:34 am. Esa fue la hora en que un violento terremoto de 8.8 grados remeció las regiones central y sur de Chile, matando más de 700 personas, dejando cerca de un millón de casa dañadas, y que produjo un tsunami que afectó a varias ciudades del país sureño.

El desastre natural que le toca vivir a nuestro país vecino es muy cercano al Perú por varias razones. Una de ellas, la alerta, ya levantada, de grandes olas viniendo a nuestras costas; otra, los miles de compatriotas que residen allí, dos de ellas que lamentablemente fallecieron.

Pero también por los riesgos similares que encierran en cuanto a crecimiento de las urbes. Se ha dicho que, para reconstruir las viviendas dañadas en ciudades como Concepción, Talcahuano y otras, Chile destinará 2% de su presupuesto para repararlas. Además de los problemas de pérdida de medios de comunicación y electricidad, tan necesarios y que también fallaron.

A diferencia de Haití, más allá de la ayuda que pudiera llegar, el gobierno chileno tiene a su disposición ingentes recursos económicos para una reconstrucción lenta pero segura. Nuestra solidaridad con el pueblo chileno y decirles que, a pesar que no se sabe con certeza cuándo ni donde ocurrirá un nuevo sismo, sigan prevenidos pero calmados, que dicha ayuda pronto llegará.