Cual guillotina puesta sobre las manos de un verdugo benevolente, en la tarde de este martes 30, el Congreso desetimó la moción de censura contra el presidente del Consejo de Ministros, Yehude Simon, y la ministra del Interior, Mercedes Cabanillas. Los respectivos 56 y 55 votos a favor de dicha propuesta resultaron insuficientes para llegar a la mayoría simple (61 votos), la cual habría mandado a los ministros a sus casas a un mes de Fiestas Patrias.
El parlamentario Víctor Andrés García Belaunde lamentó la ausencia de los 7 parlamentarios humalistas suspendidos hace unos días, señalando que con ellos se estaría dando “una censura técnica”. Asimismo, llamó otra vez la atención el hecho que varios representantes de UPP hayan optado por la abstención. Muchos legisladores opositores han señalado que este cambio de parecer obedece a una serie de negociaciones de prebendas con los apristas.
Más allá de las insinuaciones y suspicacias, queda claro que, tras los lamentables sucesos de Bagua y la Estación 6, existen evidentes responsabilidades políticas que se convierten en durísimas cargas sobre los hombros de Yehude y la ministra Cabanillas. El mismo Mauricio Mulder, secretario general del Apra, ha reconocido el desgaste de este gabinete. Queda claro entonces que, aunque no alcanzó el mínimo requerido, la votación ha tenido un resultado contundente tanto para el oficialismo como para la oposición, y se prepara el ambiente para una renovación oxigenante en el equipo ministerial.