El encuentro antre el presidente estadounidense con sus pares de la región ha resultado ser más distendido de lo anunciado en la víspera. De hecho, el saludo de Barck Obama con el venezolano Hugo Chávez, quien calificó al demócrata como “hombre inteligente” y deseó ser “su amigo”, ha sido uno de los momentos más llamativos de la Quinta Cumbre de las Américas que se celebra en Trinidad y Tobago.

En efecto, la cita trinitense confirma el nuevo estilo de Washington, basado en escuchar y ser conciliador, un estilo que ha hecho retroceder en sus ínfulas a Venezuela y sus aliados. Los países del bloque ALBA, con cubanos y llaneros a la cabeza, en una reunión previa realizada en la ciudad de Cumaná, decidieron no firmar la declaración final de la cumbre si no se incluía la cuestión del fin del embargo contra la isla caribeña en tal documento. Al final, dieron marcha atrás en su intención de añadir dicha modificación.

En cuanto a la participación peruana, el presidente Alan García reconoció que la relación con Chile no tiene la misma intensidad que en otros tiempos, debido al diferendo marítimo y la demanda jurídica internacional en ese sentido. Igualmente, comentó el hecho que Obama le pidiera sentarse a su lado a la hora del almuerzo, además de señalar detalles de su reunión con Obama sobre temas tales como la ya mencionada cuestión cubana y la adhesión de Estados Unidos al Protocolo de Kyoto (sobre reducción de emisión de gases contaminantes).

Visto el panorama, la pregunta es la siguiente: