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Héctor Mayhuire R.
Enero 1 del 2011. Me encuentro en Nueva Jersey – EE.UU y mi vuelo de regreso a Perú está programado para las 14.00 horas. Felizmente el temporal de nieve que azotó dicho estado fue desapareciendo, pero los estragos causados por este fenómeno natural son notorios, en especial en Nueva York, donde centenares de vehículos quedaron enterrados. Bueno esa es otra historia.
Para llegar al aeropuerto tengo que realizar un viaje de 2 horas, por ello debo salir a las 9 de la mañana para estar a las 11 a.m. y pasar los controles aduaneros y migratorios. Todo se desarrolla con normalidad y viajo a Lima – Perú, donde arribo a las 22.00 horas.
Del primer terminal aéreo viajo en auto aproximadamente 45 minutos para llegar a mi domicilio en un distrito limeño. Todo bien y sin novedad arribo a mi casa.
Cuando uno desea trasladarse de un lugar a otro tiene que realizar estas travesías, pero si todo está planificado nos acostumbramos a las distancias que finalmente resultan cortas.
Durante los últimos días se realizaron diversos debates en la región Junín, y uno de ellos llamó mi atención, ya que se promocionaba la construcción de un nuevo aeropuerto en el valle del Mantaro, pese a que ya tenemos uno que desde hoy nuevamente reinicia sus vuelos ante la presencia e inauguración de nuevas frecuencias de viajes, que lanzaron conocidas empresas aéreas en la ruta Lima-Jauja-Lima y Lima-Huánuco-Jauja-Lima, y quizás en breve Lima-Jauja-Ayacucho-Lima.
Es gratificante que por fin al aeropuerto “Francisco Carlé” de Jauja se le brinde la importancia que no se le dio durante varios años y quizá sea por ese gran “cuco” y falsa creencia que asegura que viajar en avión no es rentable. Pero sí lo es para quienes urgen ganar tiempo por cumplir diversas actividades.
Se equivocan quienes de buena intención promocionan la construcción de otro terminal en el valle del Mantaro, ya que la inversión que pueda destinarse para los estudios y otros (se informó que se gastaría no menos de dos millones de soles) debe ser para el aeropuerto de Jauja, donde debe mejorarse las instalaciones y otros requerimientos, de ser posible ampliarlo.
Pensar en un nuevo terminal en Orcotuna o Sicaya es hacer una cosa sin planificación y gastar innecesariamente los escasos recursos económicos en algo que no se justifica. En pocas palabras, estaríamos hablando de un derroche de dinero en un innecesario proyecto, cuando debemos repotenciar el “Francisco Carlé”, el mismo que se encuentra en la capacidad de recibir aviones de considerable tamaño.
Faltan realizar ciertos ajustes en dicho terminal y en eso sí hay que preocuparse.
Más de uno argumentará que el referido terminal aéreo se encuentra alejado, pero si sacamos la cuenta nos daremos cuenta que viajar en auto a Huancayo nos demora entre 25 a 30 minutos, en bus se hace 45 minutos. Entonces dicho argumento no tiene la consistencia del caso. El valle necesita descentralizar este tipo de servicios y la ubicación del aeropuerto “Francisco Carlé” es estratégica.
Anteriormente también comenté sobre la urgencia que tiene Huancayo de contar con un hospital de nivel III, pero como siempre hacemos las cosas a la “diabla”, insistimos en cambios tontos como lo realizado en los nosocomios vetustos “El Carmen”, “Daniel Alcides Carrión” y el ex Centro Materno Infantil.
Lamentablemente no pensamos en grande y apostamos por proyectos que no van a ningún lado.
El Gobierno Regional de Junín parece que no aspira en promover ese gran nosocomio que tanto espera todo el valle del Mantaro, que posiblemente se puede ubicar en los distritos de Chilca, Pilcomayo, San Pedro de Cajas o San Jerónimo.
Hay que entender que la urbe tiene que crecer hacia Chupaca, Concepción y Jauja.
Antes de imponer una verdadera solución estamos con parches de aprendiz de enfermero.
Fuente: Diario Correo
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