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Hoy que en la orilla
me encuentro sentado,
mirando al vacío,
abandonado a mi suerte.
Tu voz se aparece
entre el ruido de olas,
que suave murmulla
un reclamo pendiente.
Que me alejé de ti
en ese día tan gris,
de una manera burda
en una situación absurda.
Que me alejé de ti
con cara de tristeza,
sin luchar por nosotros,
mostrando tibieza.
Oigo tu voz atento
y dejo que la lleve el viento,
porque no soy el mismo,
porque ya no es el tiempo.