Tras mucho denostar, Magaly Medina, la noche del lunes, tuvo que admitir que se había equivocado, que había sido “inducida al error” por un grupo de muchachos rimenses que quisieron jugarle una broma, que los miembros de su “unidad de investigación” habían sido sorprendidos, etcétera, etcétera, etcétera. A pesar de ello Angie Jibaja, polémica modelo injuriada, decidió presentar la demanada civil contra la conductora en un juzgado de la capital.
¿Hubo real intención por parte de la presentadora de canal 9 de ofender a la Jibaja? Cierto es que la denostada señorita no es santo de mi devoción, su conducta confrontacional antes de terminar en prisión así lo muestra, pero esa no es razón para considerar que la señora Medina hizo bien. Su “unidad de investigación” grabó un video donde, efectivamente, se ve a una mujer muy parecida físicamente a Angie Jibaja, pero nunca se le ve el rostro, primero. Segundo, el rótulo de abajo decía “Semana Tranca” cuando la grabación ocurrió el 3 de abril. Tercero, al día siguiente del supuesto ampay, y a pesar que esta “primicia” estaba desinflada por las evidencias, la señora Medina insistió en atacar a la modelo.
Como bien recordaba Beto Ortiz en Enemigos Íntimos, el verdadero periodista de investigación no se limita a difundir “versiones sin confirmar”, sino que, en base a los datos que recibe, verifica si la información es verdadera o falsa. Si es verdadera, la denuncia es transmitida, sino se la descarta. Magaly dice confiar en su equipo de “chacales”; sin embargo, uno de ellos ya la mandó a prisión hace seis meses. Urge que, si se precia de ser una periodista, la señora Medina tenga gente que le indique “esto es cierto, esto no”. De no ser así, es posible que vaya a patinar de nuevo y le llueva sobre mojado, como ante la rectificación que le pidió el ex alcalde Martín del Pomar.
Es lamentable que, valiéndose de la recurrente mala fama de una persona, la señora Medina haya querido inflar sus ínfulas y redituar en rating. Ojalá recuerde que, tropezar con la misma piedra, puede llevarla a la cárcel un tiempo considerable.